La ministra de Defensa, Azucena Berrutti, negó ayer que la cartera se encuentre investigando un presunto tráfico de influencias por la venta de armas al Ejército.

En este momento, el Juzgado Penal de 10° Turno analiza los alcances de una denuncia anónima presentada a la Presidencia de la República que involucra a Gonzalo Nin Novoa, hermano y secretario del vicepresidente Rodolfo Nin Novoa.

Tras trascender esa denuncia anónima, Gonzalo Nin Novoa concurrió a la Justicia Penal para que ésta determine si participó o no en un hecho ilegal en las ventas de armas.

Consultada sobre un informe que le envió el comandante del Ejército, Jorge Rosales, sobre esa situación que involucra a Nin Novoa, Berrutti respondió que el único documento que recibió del alto mando militar se refiere a la compra de fusiles. "Esos negocios fueron suspendidos. Retomamos la compra y ahora se está realizando la selección de los fusiles", dijo.

Reiteró que ese documento no incluye resultados de una investigación dentro del Ejército sino que trata aspectos vinculados a la supervisión de los trámites de compras.

Preguntada sobre si habló con el general Miguel Dalmao sobre las presiones que habría recibido de Gonzalo Nin Novoa para que el Ejército comprara armas en Chile, Berrutti respondió que habla todos los días con el jerarca castrense, pero "no dialogamos" sobre la compra de armas. "Él ya me envió una carta relatando esa charla" con Gonzalo Nin Novoa, agregó tras participar en el acto de ayer en la Escuela Militar.

La ministra Azucena Berrutti manifestó su preocupación por los atrasos en los pagos a los soldados que se encuentran en misiones de paz. "Estos se realizan cuando se reciben los aportes de países que toman a su cargo esa responsabilidad", dijo. El Ministerio de Defensa no cumplió con los soldados porque esos fondos "no fueron depositados" en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y ésta no pudo enviarlos a Uruguay, indicó. Agregó que era consciente de la angustia que el tema generaba en los soldados.