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Indígenas por la identidad y la memoria americanista

Reclamo. Apelaron a una conciencia ambiental y ecológica

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ANDRÉS LÓPEZ REILLY

Indígenas de América hicieron sentir su voz en Montevideo y alertaron sobre la necesidad de recuperar una conciencia ambiental como la que reverenciaron sus antepasados, en tiempos en que este valor es cada vez menos tenido en cuenta.

La tradición afirma que los charrúas dejaron de existir como colectivo el 11 de abril de 1831, a orillas del arroyo Salsipuedes, cuando comenzó el exterminio de la etnia. De todos modos, esa destrucción no impidió que la sangre indígena penetrara en capas de la población y llegara a nuestros días de forma mestiza, aún cuando, desde el punto de vista "oficial", los charrúas no existan.

La emboscada de Salsipuedes se hizo desde el propio poder gobernante, lo cual disparó entonces un reclamo que se perpetuó hasta nuestros días.

"Había un gobierno electo, una Constitución. Así que sería bueno que en algún momento el Estado reconociera lo que ocurrió aquel 11 de abril. Es tan importante como el reconocimiento del holocausto del pueblo judío", sintetizó a El País Enrique Auyanet, presidente de Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa (Adench).

Auyanet, quien a pesar de ser rubio y de ojos celestes no tiene ambages al defender su ascendencia indígena, exhibe un estudio de la doctora Cinthia Pagano, publicado en 2005, en el que se señala que al menos 34% de la población uruguaya tiene sangre charrúa. Recuerda además "que 115.118 personas se autoidentificaron como descendientes de indígenas en la Encuesta Nacional de Hogares 2006".

Este reclamo histórico se volvió a plantear en el marco del IV Foro Latinoamericano Memoria e Identidad, en el que participan representantes de 15 países y que culminará hoy en la Universidad de la República.

OTRAS REALIDADES. En otros países del continente, como Paraguay, México, Chile o Bolivia, los indígenas tienen una presencia muy activa y por lo tanto sus reclamos son otros. Son más escuchados pero también más discriminados. Una historia que se arrastra, en síntesis, desde la época de la Colonia.

José Luis Rosado, indígena arhuaco de Colombia, considera que encuentros como el Foro Memoria e Identidad son una buena oportunidad para alzar la voz. "Hace falta más diálogo y un poco más de voluntad política. Algunas cosas que se plantean dentro de los pueblos indígenas están en contra de las decisiones o de las políticas de Estado", dijo Rosado al ser entrevistado por El País en el paraninfo de la Universidad, donde su indumentaria tradicional no pasaba inadvertida.

Los arhuacos son uno de los tres pueblos nativos que habitan en las laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Norte de Colombia, y siempre han estado al frente del movimiento por los derechos de los indígenas en ese país. Desde la década de 1980, las laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta han estado ocupadas por colonos que cultivan marihuana y cocaína para el tráfico, por lo que la montaña se ha convertido en un campo de batalla entre el ejército, las guerrillas de izquierda y los paramilitares. Más de una vez se han visto atrapados por el fuego cruzado y sus miembros han muerto en estas guerras intestinas.

MADRE TIERRA. Para estos herederos de los pueblos primigenios de América del Sur, las sociedades deben recuperar el respeto a la Madre Tierra que defendían sus ancestros, en un mundo en el que la degradación del ambiente se encuentra en una escalada que parece no tener tener límites.

Julio Gutiérrez es consejero de la Embajada de Bolivia en Uruguay y descendiente de los indios aymará. Sostiene que la palabra "indígena" es despectiva citando el origen colonial del término.

"El mensaje que quiero dar como aymará es el siguiente: ocupémonos de pensar con nuestros propios cerebros. En todas las instituciones hemos asistido a un proceso de colonización y formateo cerebral. Hoy, el ser humano no piensa, solamente reproduce recetas. Y al hacerlo, le estamos causando daño a la naturaleza, a nuestra Madre Tierra. Queremos que el mundo entienda que primero tenemos que ocuparnos de la vida, de la existencia de la biodiversidad, de todos los ecosistemas en el planeta Tierra", subrayó el diplomático boliviano.

Visiones contemporáneas sobre antiguas enseñanzas

Enrique Auyanet | Descendiente de Charrúas

"Artigas vivió de los 14 a los 32 años en las tolderías charrúas, algo que nuestra historia no menciona. Mucha gente considera que esto opaca al héroe de los orientales, cuando es totalmente lo contrario."

José Luis Rosado | Indio Arhuaco (Colombia)

"Todavía existe un legado vivo, pero tenemos que volver a nuestra madre. El mundo debe mirarse como una casa, en la que si existen problemas entre los padres y los hijos, la cosa no funciona."

Julio Gutiérrez | Descendiente de Aymará (Bolivia)

Gutiérrez es consejero de la Embajada de Bolivia. Considera despectiva la palabra "indígena" porque fue acuñada en la época colonial. "Desde hace miles de años, somos los propietarios de estas tierras", aseveró.

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