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Revolución desde una terraza: una huerta urbana funciona en azotea de Sinergia Design

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Huerta urbana en Sinergia Design. Foto: Marcelo Bonjour

ECOLOGÍA

En la azotea de Sinergia Design se inauguró una huerta que además de brindar alimentos propone un espacio de reflexión y consciencia.

El auge de las huertas urbanasen Montevideo ya tiene varios años, pero lejos de quedarse en una mera moda, el número de estos espacios sigue subiendo y parece no haber límites: jardines, pasillos, canteros, balcones y hasta terrazas se están convirtiendo en huertas, que funcionan como una herramienta revolucionaria.

Un nuevo espacio se suma a esta gran familia que busca conectar a los vecinos con la naturaleza y los alimentos, ya que el pasado martes 23 de marzo se inauguró oficialmente la huerta urbana que desde hace un tiempo crece en la terraza de Sinergia Design, un multiespacio que une gastronomía, diseño, cultura y cowork (Colonia 2235, barrio de Tres Cruces).

En este momento la azotea del lugar tiene plantada gran variedad de tomates, algunos canteros de hierbas aromáticas, hojas verdes como, por ejemplo, acelga, kale, mizuna, y también crecen zapallos, lavandas y romero.
Detrás de este proyecto colaborativo trabaja todo el equipo de alimentación en Sinergia, la empresa Huerta en casa, la cocinera y productora agroecológica Laura Rosano y los arquitectos del estudio RAMM. Todos los involucrados suman desde su propia vivencia y experiencia en diferentes áreas.

Omar Morales, gerente de la unidad de Alimentación de Sinergia, contó a El País que “el proyecto estaba planificado desde hace mucho tiempo, desde hace más o menos un año”. Y agregó que a raíz de la pandemia por coronavirus algunos de los proyectos que tenían se vieron pausados, pero otros fueron potenciados, que fue el caso de la huerta. “Para nosotros este proyecto era una gran prioridad y trabajamos para poder ejecutarlo a pesar de la pandemia. Como la naturaleza misma, se abrió paso y se apoderó del edificio”, sostuvo.

Laura Rosano. Foto: Marcelo Bonjour
Laura Rosano. Foto: Marcelo Bonjour

Rosano, quien desde hace años trabaja con frutos nativos y es dueña de la Chacra Agroecológica Ibira Pitá, donde los produce, fue una de las invitadas a formar parte de esta huerta desde el comienzo, cuando plantar las primeras semillas aún era un plan no tan cercano: “Primero hubo que acondicionar el techo del lugar, lo que llevó un tiempo de obra. Después hubo que pensar bien cómo se iba a diseñar la huerta y todo se fue atrasando un poco por la pandemia”, señaló.

En enero se plantaron las primeras semillas y hoy en día, con algunas lechugas y algo más que pudo ser cosechado, está todo pronto para trabajar en esa huerta que servirá como escenario para diferentes cursos y talleres.
Así lo explicó Rosano: “El principal objetivo es que sea una huerta educativa, abierta al barrio, que conecte a la ciudad con la naturaleza. La idea es abrir espacios de intercambio, no solo intercambios físicos como pueden ser de semillas o plantines, sino también intercambio de ideas, conocimiento, que se den charlas, cursos, tanto para gente de Sinergia como para los vecinos”.
Es por eso que en la huerta se irán programando los cultivos y los canteros según los cursos y visitas que haya. “El mantenimiento de la huerta será bastante interactivo. Queremos que los talleres relacionados con alimentación, por ejemplo, comiencen con un recorrido por el lugar, una cosecha y hasta que la gente pueda plantar”, sostuvo Rosano.

Y Morales agregó: “Mantenerla es un trabajo compartido, es la parte más linda, compartir ese privilegio”.

Huerta urbana en Sinergia Design. Foto: Marcelo Bonjour
Huerta urbana en Sinergia Design. Foto: Marcelo Bonjour

Habrá que esperar un poco, hasta que la situación por la pandemia mejore, para que el lugar sea un espacio de centro y reflexión para unidades educativas, vecinos del barrio y todo el que quiera. Se generarán instancias educativas con talleres relacionados a las huertas urbanas e intercambios y el lugar podrá ser visitado por quien lo desee.

Lo que se busca con estas huertas, concluyó Morales, es “generar un espacio de reflexión y conciencia, poder imaginar futuros distintos y vincular de nuevo la producción local a nuestra vida cotidiana. Creemos que tenemos la responsabilidad de conectar a nuestra comunidad, así como a los vecinos del barrio, a esta revolución”.

Un proyecto que se gestó en plena pandemia.

Al ser un proyecto que se gestó en plena pandemia, hubo muchos cambios que se hicieron sobre la marcha y planes que no pudieron realizarse.

La cocinera y productora agroecológica Laura Rosano contó que “una de las cosas que tenía muchas ganas de hacer es que la primera cosecha grande, que va a ser dentro de muy poco, pudiera ser con alguna escuela de la zona. Pero actualmente está todo muy complicado ya que con el tema de la pandemia no hay clases presenciales, así que capaz que esta primera cosecha se hace diferente a lo que habíamos pensado. Y todo fue así desde el comienzo: teníamos miles de ideas pero así como poníamos el pie en el acelerador, después había que ponerlo en el freno”.

Por estos días la huerta que funciona en la terraza de Sinergia está evitando las visitas del público en general por el aumento de casos de coronavirus que hubo a nivel nacional. Pero la idea es que cuando la situación mejore puedan abrir sus puertas para que cualquier persona pueda llegar a conocer este espacio.

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