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Cómo prevenir el cáncer de próstata o encontrar el tratamiento adecuado

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cáncer de próstata

SALUD

Es el cáncer más frecuente en el hombre y el segundo en mortalidad. A partir de los 50 años es necesario concurrir al urólogo para controlar la próstata y así adelantarse al problema.

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"El título ‘cáncer de próstata’ no encaja para todos igual. Es como si yo dijera: ‘¿Sabés que me compré un auto?’ Tu primera pregunta es: ‘¿Qué auto? ¿Un Fitito o un Lamborghini?’ El Fitito está quietito y no pasa nada, pero un Lamborghini agarralo porque se te va a ir y no lo alcanzás nunca más. Es el tumor agresivo, para el que tenés que actuar rápidamente y no con un solo tratamiento sino con varios tipos de tratamiento y en el medio tenés una escala de tumores que vas evaluando”.

Así define el doctor Enrique Cardozo, presidente de la Sociedad Uruguaya de Urología, al cáncer más frecuente en el hombre y el segundo como causa de muerte por cáncer en Uruguay (el primero es el de pulmón).

El problema se centra en la próstata, que es una glándula del tamaño de una nuez que forma parte del aparato genital masculino. Está ubicada debajo de la vejiga, rodeando a la uretra y tiene la función, junto a los testículos y las vesículas seminales, de producir semen.

“Con la edad se producen trastornos debido al agrandamiento benigno de la glándula lo que determina alteraciones en las micciones de orina, lo que repercute en la calidad de vida de los hombres”, explicó Cardozo.

Los años también favorecen la aparición del cáncer de próstata, sobre todo a partir de los 50 años. Pero existen además factores de riesgo que hacen que quienes los presenten deban comenzar a controlarse a partir de los 45 años.

Entre esos factores está la historia familiar, como ser que el padre o los hermanos tengan este cáncer o la madre o las hermanas padezcan cáncer de mama. Además, los afrodescendientes tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata, así como ciertos pacientes obesos con algunos trastornos hormonales.

Uruguay: 1456 casos por año y 573 muertes

En Uruguay el cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres. En el período 2014-2018 se registró un promedio anual de 1.456 casos y 573 fallecimientos por esta causa, con una mediana de edad de 70 años (Registro Nacional de Cáncer).

Dado los avances en el diagnóstico y tratamiento, en la pasada década se ha observado una disminución de la mortalidad con una posterior tendencia hacia la estabilización.

Los principales factores de riesgo son la edad, la historia familiar y factores genéticos. Algunos estudios evidencian que una dieta rica en grasas, baja en verduras, el sobrepeso y la obesidad podrían vincularse al aumento de riesgo de cáncer de próstata, por lo que se aconseja mantener un peso y estilo de vida saludable (MSP).

cáncer de próstata

Varias etapas.

El cáncer de próstata es un proceso continuo que comprende varias etapas entre las que pueden pasar décadas. En cada etapa el tratamiento a aplicar dependerá del riesgo de cada caso.

En la etapa local el cáncer está localizado en la próstata; en la etapa llamada diseminación local se extiende a la pelvis; y en la diseminación a distancia se evade a otras partes del cuerpo como pueden ser los huesos, los pulmones o el hígado.

La mayoría de los cánceres de próstata en los estadios iniciales son asintomáticos y comparten síntomas secundarios con la hiperplasia prostástica benigna, que es el agrandamiento de la próstata. Esta última es muy frecuente y no reviste gravedad, pero incide en la calidad de vida del paciente porque determina que se levante varias veces en la noche a orinar, tenga inflamaciones o infecciones.

Cómo se detecta.

“El diagnóstico precoz permite que los tratamientos aplicados en las distintas etapas puedan lograr la curación”, explicó Cardozo.

Para ello el médico general deriva al paciente al urólogo, que es el especialista en el tema, pero también hay un porcentaje que concurre por propia voluntad al darse cuenta de que ya está en edad de consultar. “Lo más frecuente es que la esposa lo envíe a la consulta”, acotó el urólogo.

Una vez en la consulta urológica el paciente es sometido a un interrogatorio en el que se valoran los factores de riesgo, síntomas y enfermedades previas.

Además se le realiza el “famoso” tacto rectal, sobre el que hay tanto folklore alrededor. “Es un examen fundamental ya que la próstata está en contacto con el recto, lo que permite su valoración en cuanto al tamaño, consistencia, movilidad y límites”, describió Cardozo sobre un examen que lleva apenas unos segundos y no es doloroso.

Continúa con la solicitud del examen de sangre antígeno prostático específico, conocido como PSA por sus siglas en inglés. Se trata de un estudio complementario que determina la presencia de una proteína en sangre. “Por sí solo no sirve para el diagnóstico de cáncer de próstata porque las infecciones, las inflamaciones y la hiperplasia también elevan el valor del PSA”, advirtió Cardozo.

De acuerdo a todos estos elementos el urólogo definirá si es necesario realizar una biopsia de próstata –que es lo que confirma el diagnóstico de cáncer– o con qué frecuencia se hará el seguimiento del paciente en el futuro.

Existen test moleculares de sangre y orina que identifican el riesgo de padecer cáncer y definen si se es un buen candidato para realizar una biopsia.

“Es una forma de disminuir el número de biopsias innecesarias así como detectar tumores que tienen mayor potencial de agresividad”, señaló el especialista sobre estos estudios. Es importante decir que no están contemplados en el Sistema Nacional de Salud.

Una vez realizado el diagnóstico de cáncer corresponde realizar los estudios para la estadificación de la enfermedad; es decir, para saber si está dentro de la próstata o si se extendió a otras partes del organismo. En cuanto a la mortalidad, Cardozo indicó que todo depende de la etapa en la que se encuentre la enfermedad. “Un estadío temprano, dedicado a la glándula, con un tumor no muy agresivo, tiene entre un 50% y un 70% de curación. Pero el mismo tumor en la glándula, si es muy agresivo, baja la curación a un 20% o 15%”, detalló a El País.

Por eso Cardozo insistió en señalar que el cáncer de próstata es “una enfermedad heterogénea para la que no existe una única opción de búsqueda, diagnóstico, tratamiento o pronóstico. Cada tumor es diferente y el tratamiento debe ser personalizado y basado en las evidencias científicas que se actualizan en forma periódica a la luz del avance del conocimiento”.

Tratamiento a la medida del paciente

Luego del diagnóstico y estadificación del cáncer de próstata el médico valorará en forma conjunta con el paciente y su familia las diferentes opciones de tratamiento. Las mismas estarán dadas por las características del tumor, las características del paciente y por último sus preferencias.

Existen clasificadores genéticos que miden el riesgo de progresión del cáncer y permiten determinar quién es candidato para un tratamiento más intenso o menos intenso o si se necesitan tratamientos adicionales. Estos estudios no se encuentran contemplados por el Sistema Nacional de Salud.

Las posibilidades de tratamientos son: cirugía, radioterapia, terapias hormonales, Vigilancia Activa (ningún tratamiento al inicio y se lo controla periódicamente con PSA y repetición de biopsias; si el tumor cambia de patrón de agresividad se lo trata), quimioterapia.

Es importante señalar que hay tratamientos que pueden provocar efectos secundarios. “Por ejemplo, una cirugía de cáncer de próstata va a determinar que el paciente no va a eyacular más y va a tener disfunción sexual eréctil, que será leve, moderada o severa de acuerdo a la edad y a que no tenga antecedentes de disfunción. Además, puede quedar con incontinencia urinaria”, explicó el doctor Enrique Cardozo.

La radioterapia, en tanto, puede afectar el intestino, dar disfunción sexual eréctil, incontinencia urinaria (pero mucho menos y de otro tipo) o comprometer la uretra.
“Hay que sentarse a conversar y a explicar porque sino después el paciente dice ‘¡pero no me dijiste nada que no iba a tener más relaciones sexuales!’ Igual explicás, explicás, pero no hay caso”, se lamentó el urólogo sobre las decisiones a las que se ven enfrentados quienes padecen este cáncer.

cáncer de próstata

El CUDIM sumó la Inteligencia Artificial al diagnóstico

Una vez hecho el examen físico del urólogo y del PSA lo que se hace desde hace varios años es una resonancia magnética multiparamétrica de próstata que mide cinco niveles de riesgo de tener cáncer.

El análisis de la resonancia siempre lo hizo un radiólogo en forma visual, pero a partir de este año el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (CUDIM) le sumó un análisis por Inteligencia Artificial (IA).

“Eso quiere decir que nuestro diagnóstico va a estar apoyado en un algoritmo que interpreta qué tipo de lesión es, si es de baja o alta sospecha. Se hace el estudio en nuestro centro, se envía a una plataforma a España y a partir de una base de datos con muchos casos se establece un reconocimiento automático de las lesiones”, explicó la doctora Margarita García Fontes, coordinadora del Área de Resonancia Magnética del CUDIM.

Aclaró que no sustituye al análisis humano sino que se complementan ya que ninguno está libre de errores. Ya se hizo en 30 pacientes.

Noviembre Azul

Mes de la concientización y prevención del cáncer de próstata. Se busca alentar a los hombres a concurrir al urólogo.

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