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Preocupa a nivel médico el mal uso que se está haciendo de los antibióticos en niños

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SALUD

Fue tema de las II Jornadas de Pediatría Ambulatoria y, entre otras cosas, se abordó que hoy en día los pediatras están volviendo a prescribir antimicrobianos clásicos que ya no se utilizaban.

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Usar los medicamentos apropiados, en las dosis apropiadas, durante el tiempo apropiado bajo la supervisión adecuada y al costo razonable, preservando aquello de que siempre lo que queremos es el mayor beneficio medido en relación al riesgo de las intervenciones. “Ese es el espíritu general”, según explicó el pediatra Gustavo Giachetto, cuando se habla del uso racional de los fármacos en niños.

Este fue uno de los temas abordados en las II Jornadas de Pediatría Ambulatoria que tuvieron lugar los pasados 5 y 6 de mayo, organizadas por el Departamento de Pediatría - Clínica Pediátrica C de la Universidad de la República.

Giachetto, profesor de esta clínica, fue quien abordó el tema, que en esta oportunidad se centró en el uso de antimicrobianos, más conocidos como antibióticos.

“La resistencia a los antimicrobianos es un tema altamente prevalente. La Organización Mundial de la Salud ha declarado que es uno de los problemas de salud pública más importantes y que es muy frecuente que en los niños los antibióticos se usen en forma un tanto indiscriminada, exagerada”, indicó el especialista.

Esto ocurre sobre todo en meses de otoño e invierno, cuando los niños presentan frecuentes infecciones, mayormente virales.

“Muchas veces pasa que, sea por falta de actualización o por cortos tiempos de evolución, por ciertos temores o incluso por presión de los propios usuarios y las familias, se termina prescribiendo antimicrobianos para infecciones que no son necesarias”, advirtió Giachetto en diálogo con El País.

“Siempre hay un trabajo para hacer”, destacó el pediatra sobre el mal uso de fármacos que se da ya sea desde el lado del médico como del paciente o su familia.

“A veces uno le da una indicación a la familia sobre la duración del antibiótico y el paciente lo corta antes o no lo toma en la pauta que se le indicó. Otras veces pasa que se utilizan antibióticos de mayor espectro de acción que el necesario para tratar la infección. Son todos elementos que hacen que muchas veces los medicamentos se desvíen del uso recomendado”, alertó el médico.

También puede ocurrir que el usuario se automedique, algo que es frecuente que ocurra porque el acceso a los antibióticos es sencillo aunque en nuestro país se prescriban bajo receta. En ese caso hay que trabajar para que no puedan consumirlos sin consulta o indicación previa.

Jornadas que buscan ampliar conocimiento

Los pasados 5 y 6 de mayo se celebraron en Uruguay las Segundas Jornadas de Pediatría Ambulatoria y Primer Encuentro de Pediatría Ambulatoria del Conosur en el Radisson Victoria Plaza Hotel, organizadas por la Facultad de Medicina de la Udelar.

Las primeras habían tenido lugar previo a la pandemia y las segundas estaban previstas para el 2020, pero la llegada de la covid-19 al Uruguay obligó a postergarlas.

“Son encuentros que tienen por objetivo acercar la expertise de especialistas en distintos temas a los pediatras y a los médicos que atienden niños y adolescentes, como médicos de familia o en formación”, explicó el pediatra Gustavo Giachetto, uno de los coordinadores de la actividad desde su rol de docente de Clínica Pediátrica.

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Gérmenes que buscan todo el tiempo ser resistentes

“Los antibióticos combaten microorganismos y los microorganismos son bastante inteligentes y desarrollan mecanismos para evadir las acciones de los fármacos. O sea, la exposición al antibiótico es el principal factor de riesgo para el desarrollo de resistencia”, indicó Giachetto al explicar el concepto “resistencia a los gérmenes”.

El especialista acotó que hay que considerar que los antibióticos no solo se utilizan con fines médicos, sino que hay un gran uso de antimicrobianos por fuera del área de la salud.

“Toda la industria agropecuaria utiliza enormes cantidades de antibióticos y todos los días están eliminando una gran cantidad de ellos al medio a través de distintas vías. Todo eso favorece la aparición de cepas de microorganismos resistentes. Es un problema mundial que se tiene que abordar en forma múltiple”, señaló.

Vuelta a lo clásico.

Giachetto contó que los pediatras están volviendo a los “viejos antibióticos”.

“Se pueden usar en el tratamiento de los niños para recuperar antimicrobianos clásicos con usos específicos y pautas de administración ajustadas a la vivencia actual”, dijo.

Mencionó como ejemplo la clindamicina, un viejo antibiótico que antes no se utilizaba mucho y ahora se está recuperando para el tratamiento de infecciones exclusivas por estafilococo.

“Hay antibióticos clásicos que uno usa poco. Hay que recuperar el uso siempre y cuando los patrones de resistencia a los gérmenes sean adecuados”, explicó el especialista.

Agregó que el desarrollo de nuevos antibióticos es algo que se ha estancado un poco mientras que la resistencia a los gérmenes ha ido en aumento.

“Entonces en los antibióticos disponibles hay que ver de revisar los patrones de susceptibilidad y resistencia a los microorganismos y ver qué lugar pueden ocupar en el arsenal terapéutico”, detalló.

Para ello hay que tener presentes múltiples aspectos. Por un lado está la indicación, que el médico lo prescriba cuando hay una clara sospecha de infección bacteriana.

Lo segundo es ver si existe la posibilidad de hacer un estudio para saber la etiología de la enfermedad (origen, causas).

“Muchas veces no es posible, entonces el tratamiento es empírico sin saber lo que estamos tratando efectivamente. Se prescribe igual, pero entonces se elige el antibiótico lo más apropiado a la sospecha, en la pauta apropiada y durante el tiempo apropiado”, remarcó Giachetto en diálogo con El País.

Finalmente está la educación del usuario. “Debe saber para qué se le está recetando un determinado fármaco y debe tomarlo en las condiciones indicadas”, apuntó.

El pediatra destacó que en Uruguay no hay problema de acceso a los antibióticos. “Tenemos un arsenal terapéutico bastante apropiado. Por supuesto, siempre aparecerán algunas bacterias que son multirresistentes y difíciles de tratar, pero lo que es difícil de tratar aquí lo es en el resto del mundo también”, señaló.

Como conclusión Giachetto manifestó que “es una buena oportunidad para reflexionar desde la práctica ambulatoria sobre un problema que es altamente frecuente e importante. El buen uso de los fármacos es la norma número uno para prevenir el desarrollo de resistencias y para lograr beneficios terapéuticos”.

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Post pandemia: Fenómenos de infección particulares

La covid-19 también ha incidido en el tema del uso de fármacos. El doctor Giachetto contó a El País que han surgido documentos advirtiendo que tras la pandemia hubo algunas modificaciones en los patrones de susceptibilidad y resistencia de los medicamentos.

A esto hay que agregar que en estos dos últimos años se registró una caída en las consultas. “Las infecciones respiratorias estuvieron muy focalizadas en covid, pero hubo toda una patología que no la vimos el año pasado. En pediatría, por ejemplo, tuvimos muy pocas consultas en lo ambulatorio y muy pocos ingresos; no tuvimos las clásicas olas de enfermedades virales respiratorias”, señaló. En esto pudo incidir tanto el uso del tapabocas como el aislamiento domiciliario.

“Ahora que todo está retornando a la normalidad y empieza a haber circulación, se están describiendo fenómenos infectológicos particulares, surgimiento de enfermedades respiratorias virales y es posible que aparezcan cambios en el comportamiento de los microorganismos. Es lo que tenemos que estar vigilando”, advirtió el especialista.

Hay que tener presente que el principal mecanismo para contraer infecciones es la interacción social.

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