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Liberá Tu Bicicleta pasó la meta de las mil entregas gratuitas

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Liberá Tu Bicicleta

SOLIDARIDAD

El que ayuda a reparar se lleva una; hay seis por sábado que se sortean entre 25 y 40 personas

Ahí había quedado una bicicleta herrumbrándose y ocupando espacio. Su dueño se había ido de la casa y se había desentendido de ella. Era un “clavo”. Hasta que alguien tuvo lo que Carlos Bruno definió como “la idea más boba del mundo” por su obviedad: regalársela a alguien. El vehículo fue reparado y entregado a un conocido que precisaba una bicicletapero no podía comprarse una. Su reacción motivó a los fundadores de Liberá Tu Bicicleta a instalar en la azotea de la misma casa un proyecto que recupera bicicletas en desuso para dárselas a quién las necesita. Eso comenzó en 2013 y, hasta el día de hoy, se han “liberado” alrededor de 1.100 bicicletas.

“No cambiamos la movilidad de la ciudad pero son más de mil personas de bajos recursos, inmigrantes o gente del interior a las que la bici les cambia la vida. Hay más de mil personas que su vida es un poco mejor porque tienen una bicicleta”, dijo Bruno, uno de los responsables de Liberá Tu Bicicleta, a El País.

Y añadió: “Casi todos hemos tenido bicis que se dejan de usar y no tienen un buen destino por alguna razón. No se venden porque valen poco, no se regalan porque están rotas y no se tiran porque dan lástima. La idea es recuperar esas bicicletas para la gente que precisa una y no tiene recursos para comprarla”. Los precios de las bicicletas nuevas oscilan entre los US$ 300 y los US$ 600, dependiendo del equipamiento, cambios y suspensión.

La entrega se hace cada sábado de forma gratuita. No se pide documento ni justificación. Solo que la persona –seleccionada por sorteo– la repare junto a los técnicos. Y, si un día deja de usarla, que la devuelva para liberarla otra vez.

Cada semana, Liberá Tu Bicicleta tiene unos seis vehículos para reparar y adjudicar. Estas se sortean entre un público que oscila entre 25 y 40 personas. Todas deben llegar al Velódromo Municipal, ubicado en Parque Batlle, los sábados a las 14 horas. La asistencia técnica se brinda hasta las 18.

“La bicicleta te cambia tu vida diaria en lo material y en lo emocional. Es una herramienta que te da ventajas. La gente se va súper feliz y aprovecha las oportunidades. Pasa mucho con los inmigrantes; llegan y se encuentran que el transporte público es carísimo y con la bici pueden repartir más currículos”, explicó Bruno.

Los técnicos de Liberá Tu Bicicleta lograron salir de la azotea de la casa de uno de ellos para instalarse en el Velódromo en 2015 para satisfacer la demanda. Consiguieron el espacio municipal a cambio de tareas de mantenimiento de las bicicletas que funcionan en el sistema de préstamo del proyecto Pedalear Parque Batlle.

“Liberá Tu Bicicleta funciona porque somos 10 personas que le dedicamos pila de ganas y entusiasmo. Funcionamos sin ningún apoyo estatal. No vemos ningún mango por ningún lado”, reconoció Bruno. Las bicicletas son donadas por personas que se acercan a través de sus cuentas de Facebook e Instagram.

Liberá Tu Bicicleta
Las bicicletas se sortean entre un público que oscila entre 25 y 40 personas. Foto: Carlos Buenos

Otras iniciativas.

Liberá Tu Bicicleta no solo se dedica a la recuperación de bicicletas y su posterior entrega. Otras tres actividades completan las jornadas de sus voluntarios: un taller de autorreparación para aquel que necesite reparar su propio vehículo, clases de pedaleo para adultos y un “taller rodante”.

Las clases para aprender a andar en bicicleta se brindan los sábados de 12.30 a 13.30 en las inmediaciones del Velódromo. En general, asisten mujeres de más de 50 años. Cada uno aprende a su propio ritmo. “Ya enseñamos a más de 70 personas”, dijo Bruno.

Por su parte, el taller rodante consiste en “un carrito lleno de repuestos” con el que se concurre a hogares de niños, CAIF o centros juveniles para reparar sus bicicletas rotas. A estas instituciones, además, se les regala las bicicletas de niños que son donadas. “Hemos crecido hasta ser el ‘emporio de la bicicleta’”, bromeó el responsable.

Montevideo: una "muy buena ciudad" para pedalear

Carlos Bruno, uno de los mecánicos y promotores de Liberá Tu Bicicleta, indicó que, contrario a lo que se puede pensar, Montevideo es una “muy buena ciudad” para pedalear. No solo lo dice por el tamaño y porque no hay demasiadas pendientes, sino porque los índices de siniestralidad no son altos. “A la gente le da miedo y el tránsito parece una picadora de carne pero los accidentes en la ciudad son nulos”, comentó.
Sí ve que los ciclistas pueden tener problemas en la periferia o en las calles rápidas. “Falta infraestructura y otras medidas para que se fomente el uso de la bicicleta”, afirmó.
A su juicio, si hay más ciclistas en la calle, el tránsito va a ser más fluido y menos peligroso para todos. También dijo que aquel que “se sube a una bicicleta, no se baja más”.
Los bicicircuitos de Montevideo están categorizados en ciclovías (separación física en la calzada), bicisendas (senda sobre la vereda) y calles donde se debe circular a 30 kilómetros por hora. Además, en los últimos años han aparecido más bicicletarios. No obstante, en los 23 kilómetros de la rambla, entre la Escollera Sarandí y el Puente Carrasco, solo hay 2,83 kilómetros de bicisenda.

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