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La revancha del Real de San Carlos: la plaza de toros reabre después de 111 años

Real de San Carlos

PATRIMONIO

La plaza de toros de Colonia reabre después de 111 años con un proyecto cultural y turístico que revaloriza su historia

Los amigos de Walter entraban para jugar al fútbol. Él no los acompañaba porque vivía más lejos. Pero sí recuerda que ese acto era una transgresión: no se podía entrar al ruedo porque la plaza de toros se venía abajo. Más tarde, cuando estaba en la facultad, pensaba que, ojalá, ese edificio icónico de su ciudad fuera recuperado y reabierto al público. “Son increíbles las vueltas de la vida”, dijo a pocos días de la reinauguración del Real de San Carlos. Walter Debenedetti fue el arquitecto encargado de la obra.

El 9 de diciembre, la plaza de toros de Colonia comenzará una nueva historia. Más de 200 artistas, el presidente de la República, el intendente y el ministro de Turismo e invitados compartirán el primer espectáculo en este espacio en 111 años.

Real de San Carlos
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“Por suerte se alinearon los astros. Estaba la voluntad política y estaba el dinero. Todo el mundo se puso la camiseta y por eso estamos en esta realidad. No la perdimos; la recuperamos”, dijo con entusiasmo.

La obra no fue sencilla. Los primeros meses, según Debenedetti, fueron los más difíciles “por la complejidad y la fragilidad de la plaza”. Había riesgo de colapso inminente. Los obreros no podían pararse en las gradas ni podían recargar peso en la estructura metálica. Muchas medidas tuvieron que tomarse con un escáner 3D porque no se podía tocar nada.

Pero, al final, se consiguió rehabilitar aproximadamente el 40% del Real del San Carlos y el resto se consolidó como ruina, es decir, se detuvo el proceso de derrumbe y se mantiene el aspecto original.

Real de San Carlos
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La estructura envolvente de ladrillos fue completamente recuperada con un material muy similar al usado en 1910; además, se repuso el techo del ambulatorio superior. La plaza de toros de Colonia tiene ahora dos ascensores panorámicos, escaleras nuevas, pavimentos nuevos, un ruedo recuperado al milímetro, infraestructura tecnológica para cobertura de internet, sonido e iluminación y más detalles.

Quedarán abiertos un restaurante, un museo taurino, una tienda de merchandising con posibilidad de agregar una cafetería y un centro de convenciones. “Se transformó en un centro cultural y deportivo y en un lugar de encuentro para colonienses y turistas”, comentó Debenedetti a El País. El gestor de la parte de espectáculos todavía no fue seleccionado.

En las visitas al ruedo, que serán guiadas, se podrá conocer dónde se preparaban los toreros y por dónde ingresaban los toros. El museo taurino será el punto del paseo que relatará la historia de los eventos que atraían a miles de turistas argentinos hasta que se prohibieron las corridas en 1912.

La inversión total ronda los US$ 8 millones; los fondos los aportó el Banco Interamericano del Desarrollo, el Fondo de Desarrollo del Interior y la Intendencia de Colonia.

Real de San Carlos
Real de San Carlos

Historia de la plaza de toros.

Aunque muchas generaciones han visto el Real de San Carlos en estado de abandono, algún día fue parte de un complejo único en América del Sur. El hombre que estaba detrás del negocio era el empresario argentino Nicolás Mihanovich (hijo): levantó la plaza de toros, un hotel casino, un frontón euskaro –con la cancha más grade del continente– y una terminal portuaria.

Miles de argentinos cruzaban cada semana en su barco, el Vapor de la Carrera. Desembarcaban –en un muelle de madera que se quiere rehabilitar– y tomaban un tren, también propiedad de Mihanovich, que los dejaba en la puerta del hotel.

El intendente de Colonia, Carlos Moreira, recordó para El País: “En ese momento, Colonia del Sacramento tenía 8 mil habitantes. Hizo una usina que le daba energía eléctrica a todo el complejo y a la ciudad también. Hizo una cosa monumental para la época”.

El jerarca agregó que el Real de San Carlos “es una obra icónica y diferente a todas”; además, es la única de su tipo que todavía existe en América del Sur. Y remató: “Era la Niza de América”.

Plaza antigua
Hace más de 100 años, el Real de San Carlos atraía multitudes. Archivo Marcelo Díaz.

No obstante, la suerte no estuve del lado de Mihanovich. Dos años después se prohibieron las corridas de toros y tiempo después el Estado argentino estableció un impuesto de 10 mil pesos a todo buque que zarpara del puerto de Buenos Aires a un destino menor a 80 kilómetros y que tocara puertos donde hubiera casinos.

“A partir de 1935 (la plaza de toros) quedó en un estado de semi abandono. En un momento temimos por su derrumbe. En dos oportunidades se le tuvo que hacer reparaciones porque se caían los ladrillos”, dijo.

Una vez, los colonienses hicieron “un abrazo” alrededor de la plaza para pedir por su recuperación o para despedirse por anticipado; el sábado 10 de diciembre volverán a hacerlo pero esta vez para celebrar que todavía sigue en pie y, por fin, en mejor forma.

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