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Expertos alertan por reactivación de fallas geológicas en tres puntos del país

El Observatorio Geofísico del Uruguay vigila con atención tres zonas del país: Florida, represa de Rincón del Bonete y el litoral oeste.

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Geóloga Leda Sánchez

El Observatorio Geofísico del Uruguay tiene bajo vigilancia tres zonas del país: departamento de Florida –zona que se sacudió en mayo de 2021–, represa del Rincón del Bonete –donde se ha registrado microsismos entre septiembre y octubre de este año– y el litoral oeste –donde ha habido movimientos y no se cuenta con el monitoreo suficiente–.

Leda Sánchez, geóloga a cargo de la instalación y control de las estaciones del organismo, llevará los resultados de la investigación del sismo del 8 de mayo de 2021 al X Congreso Uruguayo de Geología, donde expondrá los riesgos que enfrenta el país al ignorar el potencial sísmico. “Estamos esperando la catástrofe”, advirtió.

Sacudón en Florida.

El evento de la pequeña localidad de Montecoral, en el norte del departamento de Florida, se debió a la reactivación de un ramal antiguo de la zona de cizalla de Sarandí del Yí. Si bien el término “falla” es más conocido que “zona de cizalla”, en síntesis, es lo mismo: una fractura en la corteza terrestre (en este caso, una con una extensión de más de 250 kilómetros de longitud).

“Es el primer evento de magnitud importante, mayor a 4, que fue registrado con el equipamiento de la Red de Sismología Nacional. Si no lo hubiésemos tenido, hubiese sido ‘cosa de mandinga’ como se decía antes cuando aparecían grietas de 150 metros y 40 centímetros de profundidad. Esas no fueron por una sequía; son eventos sísmicos”, señaló Sánchez a El País.

El problema con las reactivaciones es que movilizan estructuras que estuvieron quietas por millones de años. “Son fallas viejas”, explicó Sánchez a El País. Pero uno o más sacudones las transforman en “fallas capaces” y estas pueden moverse “de forma más recurrente”.

Si bien los microsismos en la zona de la represa de Rincón del Bonete no son naturales –al contrario, son inducidos por actividad humana–, la ocurrencia de estos puede tener el mismo efecto que en Montecoral: despertar fallas antiguas.

“Por ende, hay que estar controlando qué es lo que va a pasar”, apuntó.

estación sismo florida
Estación en Florida

Elsismo del 8 de mayo de 2021 tuvo una magnitud de 4,6 en la escala de magnitud local ML. Los pobladores de Molles del Timote, Capilla del Sauce, Tatita, Polanco del Yí y Montecoral reportaron un temblor con estruendo. La información fue ratificada por cuatro de las estaciones de la Red de Sismología Nacional. La más próxima al epicentro marcó hasta 4,9. No se sabe aún si tuvo réplicas.

Luego se determinó que el sismo –de carácter intracontinental, es decir, alejado de las márgenes de las placas tectónicas– tuvo una profundidad de unos 20 kilómetros, lo cual es bastante superficial (en general, los sismos ocurridos a una mayor profundidad causan menos daños porque la mayoría de su energía se disipa antes de llegar a la superficie).

Vale destacar que los sismos intracontinentales son poco frecuentes pero pueden ser de grandes magnitudes y causar enormes daños. Es más, Sánchez indicó que si un evento de la misma magnitud al de Montecoral hubiera tenido por epicentro a Las Piedras –donde ocurrió uno de 3,1 en la escala de magnitud local ML en 2016– o en Montevideo –como ocurrió en 1848– se hubiesen lamentado pérdidas humanas y económicas. “Hubiéramos sido Haití”, dijo en referencia al gran terremoto de 2010 (que se debió precisamente a una reactivación de falla); y añadió: “Porque no estamos preparados. Nuestras estructuras edilicias no están hechas para soportar aceleraciones del terreno”. El sismo de Las Piedras rajó planchas y mampostería y provocó grietas en paredes.

Uruguay no cuenta con ningún código de construcción sísmica.

Luego del terremoto de mayo de 2021, el Observatorio Geofísico del Uruguay instaló dos nuevas estaciones en la zona: una en Polanco del Yí y otra en la ruta 5 a la entrada del departamento. También se reparó la estación de Paso del Rey que estaba inoperativa el día del sismo. No obstante, la falta de personal hace que se vaya lento. “Tenemos procesada la información de solo tres meses”, dijo Sánchez. Cada estación cubre entre 100 y 150 kilómetros a la redonda.

Alertan por movimientos en Rincón del Bonete.

La ocurrencia de seis microsismos –entre 1,4 y 2 en la escala de de magnitud local ML– en la zona de la represa de Rincón del Bonete (entre Durazno y Tacuarembó) entre septiembre y octubre preocupa a la geóloga Leda Sánchez, una de los tres expertos que firman un informe presentado a autoridades, cuyo contenido adelantó El Observador. Esos seis sismos solo son parte una parte de los eventos registrados en el año; por ahora, rondan los 20.

“Aparecieron una serie de eventos y un par de reportes (de vecinos de Paso de los Toros) y empezamos a revisar porque esto es raro. Hay que mirar para atrás y tenemos años para procesar”, dijo a El País.

El origen de estos movimientos es la actividad de la represa, la única infraestructura instalada en la zona capaz de generar microsismos. En concreto, se estima que se debe a las variaciones en la cota del embalse. El peso de los grandes lagos de las represas hidroeléctricas puede producir sismos debido a los desequilibrios por su causa que deben compensarse con el reacomodo de masas en la corteza terrestre.

“Este no es un tema menor”, afirmó la investigadora. La sismicidad inducida cerca de la represa puede ocasionar daños edilicios que pueden significar gastos millonarios o, en el peor de los casos, “una catástrofe”. Por otra parte, los movimientos pueden reactivar fallas y aumentar la recurrencia de sismos (ver nota principal).

En el documento firmado por la geóloga Judith Loureiro, el sismólogo Oscar Castro y Leda Sánchez, se advierte que en Brasil, país que tiene una sismicidad parecida a la uruguaya, hay 26 represas “vinculadas a la generación de eventos sísmicos”. Y en el mundo hay varios casos de afectaciones graves por este motivo.

El informe fue enviado a los ministerios de Industria y Energía, de Ambiente y de Defensa Nacional, presidencia de UTE, Sistema Nacional de Emergencias y a las intendencias de Durazno y Tacuarembó por ahora “sin respuesta”.

sismos uruguay observatorio
El Instituto Astronómico y Geofísico de la Universidad de San Pablo prestó el primer sismómetro por dos años en 2012. Foto: Leda Sánchez

Preocupación por el litoral.

El litoral oeste también preocupa porque es una zona con registros históricos de actividad sísmica y que no está siendo abarcada por un número suficiente de estaciones. Además, está muy próxima a las centrales nucleares de Atucha y Atucha II (se ubican a 75 kilómetros en línea recta de Nueva Palmira) y a la futura Atucha III.

Sin ir más lejos, el 5 de agosto de 2021, el sismómetro del Observatorio Geofísico de Uruguay ubicado en el Parque Nacional de Anchorena estaba descompuesto (se había inundado y había sufrido roturas por el ganado) y no registró un evento cuyo epicentro estuvo del lado argentino del Río de la Plata y al que se le determinó una magnitud de 3,8.

Y en febrero de este año, el Observatorio fue el primero en reportar un sismo en la provincia de Buenos Aires.

Expertos reclaman política de Estado.

Argentina tiene un código de construcción sísmica; Uruguay no tiene ninguna normativa al respecto, según explicó Leda Sánchez, geóloga de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. En una investigación que realizó con los colegas Peter Baxter y Carlos Costa se afirma que se debe contar con este instrumento, además de voluntad para mejorar la evaluación de peligros, las posibles fallas en la región y su potencial sísmico. También es necesaria la ayuda económica para mantener en funcionamiento las estaciones del Observatorio Geofísico de Uruguay, cuya historia comenzó a pulmón en 2010. Por falta de presupuesto, todavía no se tiene un historial de registros instrumentales con los que se pueda estudiar qué sucedió antes y así inferir qué podría ocurrir en el futuro. Tampoco se tiene hecho un estudio que muestre “ciclos”. “El primer registro de actividad sísmica (en Uruguay) fue el 9 de agosto de 1848, hace unos 174 años. Podría ser que la recurrencia sea de 200 años, o más, o menos; pero no hay registros escritos anteriores. Ni estudios suficientes para estimar. Por lo que decir un ciclo, hoy, es pura especulación”, explicó Sánchez a El País.

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