¿Por qué es mucho más difícil de lo que Musk admite encontrar y eliminar bots en Twitter?

Elon Musk, Twitter
ESTEFANIA_LEAL

REDES SOCIALES

Es que entre las muchas promesas que Musk había hecho al anunciar que iba a hacerse con Twitter, estaba la de eliminar lo que se conoce como comportamiento inauténtico coordinado.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.

El millonario sudafricano, Elon Musk, pasó en una semana de ser el futuro dueño de Twitter a poner en suspenso su decisión de comprar la mayoría de las accionesporque exigía que esa red social demostrara que los bots no representaban más de 5% de los usuarios totales activos diarios.

Es que entre las muchas promesas que Musk había hecho al anunciar que iba a hacerse con Twitter, estaba la de eliminar lo que se conoce como comportamiento inauténtico coordinado. Esto es cuentas que fingen que son de usuarios humanos y que tienen comportamientos que podríamos llamar naturales cuando en realidad son cuentas generadas y administradas por sistemas automáticos que buscan instalar un tema o generar la idea de que algo interesa o indigna a mucha gente sin que eso sea cierto.

El plan que originalmente Musk había planteado para eliminar los bots (o el comportamiento inauténtico coordinado) de Twitter era generar una muestra de 100 de sus seguidores y analizar en ella cuantos bots había en esa muestra. Una vez que llevó a cabo ese “experimento” (entre comillas porque en realidad no tiene prácticamente ninguna definición metodológica que permita llamarle experimento ni vincularlo a algo parecido al pensamiento científico) llegó a la conclusión de que 20% de las cuentas en esa muestra eran falsas.

Sin embargo, y como era de sospecharse, medir la cantidad de bots en el universo total de Twitter es bastante más complejo. Encontrar esas cuentas no es difícil, si uno sabe donde buscarlas. Algunas cuentas en específico, que incluyen la de Musk, parecen atraer cientos de este tipo de bots. “Simplemente mencionando a Elon Musk en Twitter, inmediatamente llegarán a vos un montón de crypto bots”, dice el profesor de sociología de Duke, Chis Bail en un artículo del Washington Post.

Pero volvamos al “experimento” y la propuesta de Musk. Una empresa especializada en inteligencia artificial de nombre IV.ai revisó 100 cuentas que siguen a Tesla, la compañía que fabrica automóviles y es propiedad de Musk. Un análisis algorítmico de esas cuentas dio como resultado que más de 20 cuentas de 100 tienen altas probabilidades de ser bots. Un examen manual de esas mismas 100 cuentas concluyó que más de la mitad de esas cuentas son bots. Pero además el análisis de los temas en las conversaciones de esas cuentas no encontró ninguna evidencia de que ninguna de las cuentas sospechosas tuviera la intención de generar comportamientos inauténticos coordinados.

Llamativamente, sin embargo, la mayoría de esas cuentas desaparecieron tiempo después, lo que sugiere que Twitter y sus actuales sistemas de detección de bots no funcionan tan mal.

El problema es que en realidad todos los días se crean más bots de los que se detectan y, sobre todo, que cada día que pasa es más difícil notar la diferencia entre un humano y un bot en las redes sociales. Las cuentas automatizadas se han vuelto más sofisticadas y complejas en los últimos años (ya la técnica de que no tengan foto y usuarios con números no es útil para separar la paja del trigo). Muchas cuentas falsas son operadas en parte por humanos y en parte por softwares, o solo amplifican mensajes escritos por personas reales. Otras cuentas usan técnicas diseñadas para evadir la detección (humana y algorítmica) como poner muchos “me gusta” demasiado rápido y en poco tiempo o postear y borrar tuits. Hay además muchísimas cuentas automáticas y semiautomáticas, usadas por empresas y organizaciones, que no son dañinas sino en muchos casos útiles.

Las cosas no son tan fáciles como Musk podría estar haciéndolo parecer. Ni para Twitter ni para ninguna de las otras redes sociales, todas plagadas de este tipo de bots y de técnicas inauténticas. Tal vez por eso, después de haber prometido soluciones mágicas, el empresario y millonario habrá decidido que gastar 44 mil millones para no cumplir con sus promesas no era el camino más sabio.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar