El pasado 1° de julio, un telescopio del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (Atlas), ubicado en Río Hurtado, Chile, detectó un objeto interestelar inusual, que rápidamente captó la atención de la comunidad astronómica. Se trata del cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto conocido que proviene desde fuera de nuestro sistema solar.
Tras su descubrimiento, los datos fueron enviados al Centro de Planetas Menores y posteriormente analizados en el Observatorio Palomar de San Diego, California.
El cometa, cuyo nombre incluye la letra “I” por ‘interestelar’, generó gran volumen de especulación en redes sociales sobre su posibilidad de ser una nave extraterrestre.
Qué dice la NASA
Ante esta teoría, la NASA aportó una serie de explicaciones que vuelven imposible la hipótesis de que se trate de una nave extraterrestre. Según la agencia, no hay indicios que sugieran que 3I/Atlas sea una nave de origen alienígena.
Por el contrario, explican que se trata de un objeto natural que se formó en otro sistema solar y fue expulsado al espacio, el que ahora atraviesa a gran velocidad. De hecho, es su velocidad uno de los factores que más ha llamado la atención, y va en aumento a medida que se acerca al Sol.
Al momento de su detección, 3I/Atlas viajaba a más de 221.000 kilómetros por hora y se espera que alcance su punto más cercano al sol el 30 de octubre de 2025, al entrar en la órbita de Marte. Sin embargo, afirman que esto no representa ningún tipo de amenaza para la Tierra, ya que estará a unos 270 millones de kilómetros de distancia.
Los científicos sostienen que este tipo de cuerpos celestes permiten a la ciencia estudiar materiales que se formaron en otros sistemas estelares, por lo que su paso por nuestro sistema solar representa una gran oportunidad.
Ximena Mazariegos, El Universal/GDA