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Calera Real: la recuperación del primer emprendimiento industrial del país

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Calera Real del Dacá

SORIANO

La Calera Real del Dacá va a ser recuperada para ser transformada en sede del Museo de la Industria; ¿cuál fue su valor productivo?

¿Cuántos años cree que tiene el primer emprendimiento productivo del país? ¿100 años? ¿150? ¿200? Todavía está lejos de la respuesta correcta. ¿Y se le ocurre dónde estaba emplazado? ¿Colonia del Sacramento? ¿Villa Santo Domingo de Soriano? Bueno, ahí está un poco más cerca. La Calera Real del Dacá fue fundada en 1722 en un paraje que luego se convertiría en las afueras de la ciudad de Mercedes. Por motivo de su 300 aniversario se prevé su revalorización y su transformación en sede del Museo de la Industria.

“La calera fue un lugar sumamente importante no solo por la producción de cal (que se exportaba hacia Buenos Aires) sino porque representa la primera manifestación industrial que hubo en el país y fue el primer marcador territorial para la fundación de Mercedes y el desarrollo del departamento”, dijo el arqueólogo encargado del proyecto, Aparicio Arcaus.

Esta semana comenzaron las excavaciones arqueológicas en el sitio a los efectos de encontrar objetos de usos cotidianos y vinculados a la operativa.

Hoy solo hay ruinas a la vista: se conservan los cuatro hornos de cal y una construcción anexa que servía como depósito o resguardo para los obreros a la que le falta el techo y una de las paredes, así como otra vivienda de piedra roja en una parte más elevada del terreno.

La primera construcción mencionada tiene la particularidad de tener muros de más de un metro de ancho y es una fiel representante de las técnicas constructivas de la época. La segunda, de similares características arquitectónicas, está más entera dado que funcionó como vivienda particular hasta finales de la década de 1990. Esta será recuperada y se convertirá en la sede del Museo de la Industria. También hay restos de un pozo y un aljibe. El complejo posee, además, una escalera de piedra que permite subir a un mirador.

Respecto a la primera estructura, Arcaus recordó que los habitantes de Mercedes –los más veteranos– se han referido a ella como “La Capilla”. Algunos historiadores señalan que esto puede deberse a la creencia de que allí habría funcionado la primitiva “Capilla Nueva” levantada en 1788 por el presbítero Manuel Antonio de Castro y Careaga (fundador de Mercedes), pero esto fue descartado, dado que, en realidad, fue emplazada en donde hoy se levanta la actual catedral.

Calera Real del Dacá
Calera Real del Dacá. Foto: A. Arcaus

La forma de la construcción, el grosor de los muros y la disposición de los materiales concuerdan con la técnica de piedra sobre piedra unida con argamasa que se comenzó a observar por estas tierras a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.

La referencia más antigua que se tiene de la vivienda es el arrendamiento de la Estancia de la Calera en 1826 donde Doña Feliciana Echea “se reserva” habitaciones para vivir.

Aquí los muros son más finos (de 40 centímetros) y regulares y se realizó un canteado de la piedra y argamasas de mejor calidad.

¿Y qué se sabe de los hornos de cal? Son cuatro hornos de ocho metros de profundidad en promedio y seis metros de diámetro. Su sistema de construcción fue por excavación, consolidándose con piedras de la cantera y capa de arena y cal. No todos fueron construidos al mismo tiempo. Los documentos históricos a los que accedió Arcaus hablan de que se construyeron dos al principio. El que se señala como Horno 1 presenta una tipología diferente a los demás: está construido en piedra, dispuestas unas sobre las otras y con una doble arcada de ladrillos en la boca. No obstante, se cree que el más antiguo es el Horno 4, que sirvió de modelo para el resto.

La calera se mantuvo en actividad hasta 1850. Sus dimensiones le permitían una importante capacidad de producción para abastecer a toda la región. Además, contaba con afloramientos de pieza caliza cercanos y abundantes montes que proveían de leña como elemento combustible (se calcula que cada horneada insumía más de 150 carradas de leña). También se tenía el acceso a dos importantes cursos de agua (arroyo Dacá y río Negro).

Calera Real del Dacá
Calera Real del Dacá. Foto: A. Arcaus

“Llegó a tener un circuito de cal muy fluido sobre todo con Buenos Aires. La cal salía de la calera, pasaba por Villa Soriano y de ahí se embarcaba hacia Argentina. Dentro de lo que era la geopolítica y los circuitos comerciales de la época fue un lugar de referencia”, explicó Arcaus a El País.

El presbítero Dámaso Antonio Larrañaga deja constancia en su Diario de viaje de 1815 un paso por Mercedes que vio una “gran posesión con horno de cal”. El crecimiento demográfico y urbano de la ciudad de Mercedes aumentó la demanda de cal para la construcción, así como para pelar los cueros de los animales de la zona. Obras como la parroquia, el hospital y las viviendas de los más pudientes de Villa Soriano utilizaron cal proveniente del Dacá.

El renovado Parque de la Calera Real, al que se le sumará cartería, senderos, iluminación y recorridos, estará listo para fin de año; el Museo de la Industria, por su parte, tiene previsto ser inaugurado a mediados de 2022 para celebrar los 300 años de la fundación del primer emprendimiento industrial del país.

Las ruinas en su conjunto fueron declaradas Monumento Histórico Nacional en 1976.

Calera Real del Dacá
Calera Real del Dacá. Foto: A. Arcaus

Circuito turístico por la historia de Mercedes y Villa Soriano.

El Museo de la Industria que se instalará en una de las viejas estructuras de la Calera Real del Dacá recordará su historia desde el inicio, sus años de auge productivo y su posterior deterioro; también contemplará otros emprendimientos industriales de Soriano.

“La primera industria, que fue la calera, fue la génesis del desarrollo industrial del departamento; por eso mostraremos la historia de algunas muy chiquitas como la fábrica de velas, la fábrica de jabones, alguna cervecería y la fideería (la histórica se llamaba Nápoli) y los molinos hasta otras más grandes y contemporanéas como Arinsa que era un viejo ingenio azucareno, la instalación de Conaprole y alguna otra agroindustria”, explicó a El País el arqueólogo encargado del proyecto, Aparicio Arcaus.
El Parque de la Calera Real y el Museo de la Industria se insertará dentro del circuito histórico-turístico de Mercedes que incluye el Castillo Mauá (construido por el Barón de Mauá entre 1857 y 1862); el Museo Paleontológico Alejandro Berro; la Catedral Nuestra Señora de las Mercedes (Monumento Histórico Nacional construido en 1867); la Manzana Veinte (donde se encuentra la casa donde habitó Garibaldi hacia 1840 y que se conserva en perfecto estado); el Teatro Municipal (inaugurado en 1857); y la Casas de Francisco Matosas (famosas por sus fachadas de estilo Gaudiano). Mercedes también ofrece su Rambla Costanera, que bordea el río Negro con dos avenidas de dos kilómetros de largo, que son el circuito clásico de la ciudad. Creado en 1912, el paseo está decorado con esculturas, combinadas a una gran diversidad de árboles autóctonos. La ciudad también ofrece la Isla del Puerto, un precioso refugio natural en el margen izquierdo del río Negro. Está unida a la ciudad a través de una callecita.

El viaje a Mercedes puede completarse con una escapada a Villa Soriano (fundada en 1624 como reducción de indios chanáes) para conocer sus principales atractivos: la Estación Naútica (Ex Hotel Olivera), el Museo Maeso, la Casa de las Máscaras, el Museo de Marfetán y la Capilla de Santo Domingo (en la que se destaca su Cristo articulado). No hay que olvidar pasar por el gigante y añoso Timbó ubicado a la entrada del pueblo. La localidad es Patrimonio Histórico Nacional y mantiene las características coloniales de su época. No obstante, el ícono representativo por excelencia de la localidad es su antiguo muelle, que recientemente fue restaurado y adaptado a las necesidades contemporáneas.

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