El beso en la boca de Ignacio Álvarez a Leonardo Pereyra en medio de la polémica por caso Rubiales

Redacción El País
Ignacio Álvarez ha estado muy activo en cuanto a las opiniones sobre el beso que Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, le dijo a la jugadora Jenni Hermoso luego de que la selección española ganara la Copa del Mundo femenina en Australia.

La situación desató una polémica global y el tema se convirtió en el centro de las discusiones sobre abuso de poder y machismo. Mientras se investiga al dirigente, el periodista uruguayo ha sido crítico con la condena social y, en sus redes sociales, ha comentado el tema con dureza.

Esa conversación siguió ayer en Santo y seña, el programa que conduce en Canal 4 y donde el debate se reavivó. En la llamada sección "Mesa de periodistas", Pablo Fernández le dijo a Álvarez que había estado "tuiteando fuerte". El conductor fue irónico en cuanto a la trascendencia que se le dio al gesto e intentó minimizar la agresividad de la situación, al tiempo que Fernández subrayaba que lo ocurrido había sido "inadmisible".

"Es una reacción perfectamente humana", sostuvo Álvarez. "Con el diario del lunes te diría: bueno, sí, no está bueno", siguió, y trajo a colación un beso que se había viralizado meses atrás, entre Dalai Lama y un niño.

Fernández quiso hacerle ver que en la Copa del Mundo se había dado un "notorio" abuso de poder. Pero Álvarez insistió en que todo se había tratado de un acto "sin pensar, instintivo" y sin premeditación, y que fue "un piquito, como cualquiera le puede dar a cualquiera".

Entonces, en su defensa y para graficar su postura, sorprendió a sus compañeros cuando decidió pararse y, escenificando una eventual euforia por ganar un Mundial de fútbol, fue hasta donde estaba el periodista Leonardo Pereyra, le tomó la cabeza con las dos manos y le dio un beso en los labios. "¿Ahí hay un abuso? ¿Me vas a denunciar ahora?", lanzó en vivo.

"Andá a la euforia que quieras, pero notoriamente es un acto para reprochar", se mantuvo firme Fernández, mientras el tema continuaba en debate. "Hay un machismo imperante y desde que el feminismo reacciona frente a eso, está bien que se empiece a marcar (...) porque acá, detrás de la euforia, hay una dominación", razonó Álvarez. "Ahora, de ahí a que lo prendan en la plaza pública... Nos estamos pasando. Porque aparte, un piquito, ¿qué tanta historia tienen con el sexo y el contacto físico? Eso es un piquito de acá a la China, ¡qué tanta historia! No le está pegando, no le está tocando el culo. Es un piquito", remató.