Cande de la Cruz: su pasado como Chin Chin, el consejo del abuelo Cacho y el fantasma que vio en plena función

La actriz vive un gran año profesional. Estrenó una obra de terror, fue la host digital de la cuarta temporada de "¿Quién es la máscara?" y será una de las participantes de "Fuego sagrado". De estos y otros desafíos charló con El País.

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La actriz y participante de "Fuego Sagrado" Candelaria de la Cruz
La actriz y participante de "Fuego Sagrado" Candelaria de la Cruz
Foto: Leonardo Mainé

El gen artístico está instalado en la familia y Candelaria de la Cruz le hace gala. Siente que es un legado y ni siquiera se cuestionó cuál era su vocación. A diferencia de la mayoría de los niños, ella se divertía detrás del telón, viendo cómo su padre Maxi de la Cruz arrancaba sonrisas al auditorio. Y se dio el lujo de ser una Chin Chin en tiempos donde su abuelo Cacho de la Cruz hacía historia con el legendario Cacho Bochinche.

"Creo que sucedió adentro del vientre. Nací y la primera vez que vi teatro ya me enamoré, fue viendo a mi papá en bambalinas", comenta a El País la actriz y participante de Fuego Sagrado sobre su ADN artístico.  

Disfrutaba al ver lo que sucedía sobre las tablas, y le llamaba la atención cómo algo cambiaba en su padre cuando entraba en personaje. Esa magia le parecía alucinante y deseó sentirla en carne propia.

Primero fue autodidacta, más tarde se anotó en la academia de Mariana Sagasti, y con apenas 17 años decidió que quería formarse en Estados Unidos. Buscó una escuela, preparó un año el examen de inglés sola en su asa y aplicó para la academia de Stella Adler. Ganó una beca y, con 19 años, se fue sola a estudiar a Los Ángeles, donde se recibió de actriz de teatro y cine.

Decidió volver dos años y medio después, porque le resultó difícil conseguir trabajo solo con la visa de talento. Tampoco estaba lista para el desapego familiar, ni tenía la madurez emocional suficiente como para aguantar la presión de mantenerse y sobrevivir.

Al aterrizar en Uruguay, encontró en la danza clásica otra manera de canalizar. "Me salvó la cabeza apenas llegué para seguir nutriendo el instrumento. Voy religiosamente y noté cambios en mi cuerpo", dice.

Este año arrancó a estudiar cine pero abandonó porque no le daban los tiempos. En paralelo, surgió la oportunidad de ser host digital en ¿Quién es la máscara? (Teledoce) y no dudó en priorizar la experiencia de pasar el día entero en un set.

Es una de las participantes de la edición famosos de Fuego Sagrado y el reto la tiene súper entusiasmada. La cocina no era lo suyo pero investiga y lee lo que encuentra para ponerse a tiro. "Estoy muy emocionada por aprender sobre el mundo culinario, es re primitivo y me encanta. Estás mucho en el momento presente, es como hacer una danza. Es un arte", sintetiza.

La nueva temporada del reality gastronómico se estrena el jueves 29 de agosto a las 21:00 por la pantalla de Teledoce. Y repite jurados: Lucía Soria, Federico Desseno y Aldo Cauteruccio-

De la Cruz ansía, además, que le salgan más proyectos en televisión, quiere hacer teatro acá y en el exterior, y a futuro sueña con ser directora de cine. "Me veo haciendo proyectos con amigos y dando oportunidades", expresa.

También le encantaría mostrar al mundo un espectáculo que escribió, dirigió y protagonizó titulado Ana Frank que le valió el premio a mejor obra filmada en el Festival Río Web Fest. “Lo probé con amigos hace poco y se recibió muy bien. Es sobre un personaje histórico y con mi directora (Natalia Chiarelli) tenemos muchas ganas de llevarlo al teatro”. 

Una historia espeluznante

A principio de este año también se probó en El Juego, la primera obra de terror que se estrenó en Uruguay, dirigida por el argentino Fran Ruiz Barlett, y el proceso fue removedor e intenso.

De la Cruz cuenta que nunca había jugado a la Ouija y después de cinco semanas seguidas invocando demonios, pasaron cosas.

La noche de la última función fue de terror y para el olvido. Rodrigo Figueredo, un actor del elenco, se hizo un corte profundo en un dedo minutos antes de arrancar, y a partir de ahí todo fue tétrico.

"Nuestra primera escena era juntos, me abraza y me dice en personaje, ‘perdón, es que me corté la mano’. Miro y veo que estaba todo el piso lleno de sangre. Esa función la hicimos sin él: terminó esa escena, se fue, vino la emergencia, lo cosieron en el camarín y nosotros seguimos. Y toda esa función vi a un ser en una esquina, y Juan Calvo (otro actor) también. Esa semana me costó mucho dormir, tuve mucha parálisis del sueño. Me re metí en el viaje", revela sin salir del asombro.

Herencia De la Cruz

Maxi y Cande De la Cruz.

La madre de Cande de la Cruz confirmó que de verdad le tiraba el arte cuando vio los juegos que le proponía a sus amigas: las invitaba a su casa y las hacía bailar, actuar, y ella las dirigía. "No me anoté en una academia. Lo hacía en casa y con eso era feliz", aclara.

Tuvo un pasado como Chin Chin entre los 4 y los 8 años y recuerda que no iba a ningún ensayo porque su madre no la llevaba. Atesora escenas con su abuelo filmando PNTs. "Era tremenda experiencia pero llegué a la última parte del éxito de Cacho Bochinche y no lo pude disfrutar tanto", se lamenta.

A los 10 años debutó con su padre en Maxi Stand Up, donde hizo un cuadro de danza. Dos años después, Maxi actuaba en una obra de Aníbal Pachano y tuvo la fortuna de subirse al escenario para hacer un número de Charleston en Calle Corrientes. "Fue tremenda experiencia, nunca más me la voy a olvidar, aunque en el momento no dimensionás", se sincera.

- Si bien llevás el apellido con orgullo, ¿sentís que tenés que demostrar más o que siempre estás a prueba?

- Va más allá de eso, es conmigo misma: como actriz y profesional siempre estás queriendo superarte. Obvio, es una carga que existe, que la gente es consciente. Estoy arrancando y los comentarios más dañinos me lo hicieron los más cercanos. Por suerte, no he recibido mucha crítica, más bien cosas hermosas del público, porque también me dispongo con mucho amor y respeto. Amo lo que hago, quiero hacerlo bien y no me importa nada más.

Sin embargo, en esas ocasiones donde surge la comparación o se habla de "acomodo", recurre a su padre que vivió situaciones similares: "Siempre me tranquiliza. Sus palabras son siempre de apoyo, 'vos sabés lo que hacés. Yo también sé cómo es él conmigo: no tengo un camino hecho de rosas, trabajo mucho por lo que obtengo y es súper sacrificado", expresa.

La Máscara, las charlas con Cacho

El 2024 parece ser su año a nivel laboral. Aclara que la oportunidad de sumarse a ¿Quién es la máscara? no tuvo nada que ver con la influencia de su padre, que conduce el ciclo desde la temporada uno, pero "no pincha ni corta".

Necesitaba trabajar, accedió a un llamado, la producción consideró que tenía la formación necesaria para asumir la responsabilidad de ser la host digital, y la contrataron.

La Máscara le permitió, además, compartir más tiempo con su padre, ya que según confiesa, nunca se habían visto tan seguido, porque él vive en Buenos Aires y ella en Parque del Plata.

"Fue un sueño y trabajar con él me gustó mucho. Es muy rápido, tiene mucha cancha, es gracioso y es buen actor encima, entonces te da buenos regalos y yo los sé tomar. Hubo tremenda química", dice sobre su padre como compañero de trabajo.

Has dicho que estás segura de que tu abuelo está orgulloso de que continúes el legado, ¿qué te dice ahora que te está yendo tan bien?

-En las redes de La Máscara no me vio porque no maneja Instagram, me vio cuando le hice la suplencia a Juli Pintos en A todo o nada (Teledoce). Me llamó y me dijo, 'das divina en cámara, todo muy lindo, pero esto sí, lo otro no, esto hay que mejorar'.

¿Qué cosas te dice que no?
Me dijo: 'Nunca podés estar perdida, la cámara es muy traicionera, siempre tenés que estar con una sonrisa y presente en lo que está sucediendo'. Me encanta que me llame y me diga cosas específicas, me re sirve.

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