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Mauricio Wainrot: "Cuando las compañías están muy sindicalizadas, sonamos"

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Mauricio Wainrot

ENTREVISTA AL GRAN COREÓGRAFO PORTEÑO

El notable coreógrafo argentino está trabajando con el Ballet Nacional Sodre en Carmina Burana

Es uno de los grandes coreógrafos argentinos y ya ha trabajado con el Ballet Nacional Sodre, donde montó dos de sus creaciones, El Mesías y Un Tranvía llamado Deseo. Ahora está ensayando con el ballet oficial su versión propia de Carmina Burana, título que abrirá la temporada de la compañía el jueves 21 de marzo. De ese y otros temas, el coreógrafo porteño habló llanamente con El País.

-¿Qué características destacaría de su coreografía de "Carmina Burana"?

-Es una obra muy fuerte, y eso también tiene que ver con la música. Es una obra abstracta: no la hice literalmente. No hice una historia de la obra, por más que hay textos cantados en alemán y en latín. Sí dividí la obra en los cinco momentos que creó el autor, conservando esa cosa cíclica que tiene. Es una obra muy bella, también por la escenografía y el vestuario de Carlos Gallardo. Carmina Burana es muy barroca, y el BNS es la décima compañía que la hace, y siempre ha tenido un gran suceso, en el mundo.

-¿En qué época está ambientada?

-Es una obra contemporánea, en realidad, atemporal. Esta creación mía tiene 20 años, y ya se ha convertido en clásica. Carlos Gallardo era un artista plástico, y la escenografía tiene que ver con eso. Juega con elementos: hay momentos en los que hay atriles, pero en lugar de tener partituras, tienen pasto, hojas. Son como juegos visuales.

-En América Latina ha mejorado el nivel del ballet.

-Sí, ha mejorado mucho. Y creo que el BNS hizo que el estándar de todas las compañías clásicas de América Latina se elevara. Julio Bocca tuvo mucho apoyo, afortunadamente, y espero que Igor Yebra lo tenga, porque tiene todos los valores para ser un gran director.

-En ese sentido se acercó el nivel de las compañías latinoamericanas a las europeas.

-Pienso que hay algunas compañías sudamericanas que están a la altura de las europeas. Yo no tengo dudas. Yo vengo a trabajar al BNS y para mí es lo mismo que trabajar en Suecia o en Alemania. Y en el Ballet de Santiago, de Chile, me pasa lo mismo. Y el ballet tiene como un lenguaje internacional, primero, porque no usa la palabra. Y más allá de eso, hay compañías que son mejores y otras peores. Creo que cuando las compañías están muy sindicalizadas, sonamos. La muerte de lo artístico en una compañía es cuando empiezan los problemas sindicales. Yo conozco compañías que tienen cinco sindicados diferentes trabajando al mismo tiempo. ¿Cómo podés arreglarte? El sindicato tiene que trabajar para que todos estemos mejor, desde lo artístico a lo técnico. Hay un punto donde todos nos tenemos que colocar para hacer las cosas. 

Mauricio Wainrot
Mauricio Wainrot. Foto: Difusión

-¿En Buenos Aires el ballet clásico vive un buen momento?

-Vive un momento, no puedo decir un muy buen momento. Hay mucho público, el Teatro Colón tiene mucho público, pero a mí me gustaría ver cosas un poquito más nuevas. Lo que pasa es que con el ballet clásico es muy difícil ver cosas más nuevas.

-Usted sí trabaja en hacer cosas nuevas.

-Yo para los clásicos, soy contemporáneo. Y para los contemporáneos, soy clásico. Yo sé donde estoy parado. Son los otros los que no saben dónde colocarme. Yo trabajé con 51 compañías, de todo el mundo. O sea que antes que me critique alguien, que muestre sus laureles. Tengo más de 200 obras hechas. El que me quiera criticar, que tenga al menos hecha la mitad.

-¿Ve que están surgiendo nuevos coreógrafos?

-Veo, claro que lo veo. Acá en Uruguay hay un gran movimiento de danza contemporánea, hay muchos grupos. Y en Buenos Aires pasa igual, y en México. En todas partes. La danza contemporánea está tomando espacios, a veces en desmedro de la danza clásica, cosa que me molesta mucho. Me molesta que sea como un avance de la danza contemporánea sobre la clásica. Creo que tenemos que convivir todos. No creo en la gente del clásico que habla con desprecio de la danza contemporánea, y viceversa. La danza es una, y punto.

-¿Usted actualmente dónde vive?

-Yo vivo en Buenos Aires. Es mi lugar en el mundo, hasta que me venga a vivir a Montevideo. Buenos Aires es una ciudad con mucha creatividad, como pocas otras del mundo. Pero muchas veces quise venir a vivir a Montevideo. Me encanta. Es una ciudad más tranquila, tiene menos gente, menos barullo. Y no tiene peronistas, y eso ya es importante. Eso lo podés poner.

-Usted hizo una gran versión de "Un tranvía llamado Deseo". ¿A veces los coreógrafos no se animan mucho a meterse con los textos teatrales?

-Yo lo hago, no sé lo que hacen los demás. El año que viene el BNS tiene previsto remontarla, cosa que me da una profunda alegría. O sea que el año que viene voy a venir también, si es que no cambian los vientos.

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