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Fernán Cisnero

¿Cómo contar la historia de Dios? Aunque solía haber maneras más épicas para hacerlo, Amazon se decidió por un formato funcional: una miniserie de 10 episodios.

Se llama Maradona: sueño bendito y es una suerte de teleteatro biográfico con la vida del mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Su anuncio, su producción y ahora su estreno han estado rodeados de polémica, principalmente de una familia que no fue consultada por la producción. Maradona, poco antes de morir, sí autorizó la adaptación propuesta. Se anunció la segunda temporada.

Lo de sus feligreses ha ido por el lado de la aprehensión: meterse con Maradona, quien falleció en noviembre del año pasado y justo hoy cumpliría 61 años, es un asunto serio. Uno no se mete con Dios.

Polémica y temor suelen ser eficaces en la construcción de un éxito y más en tiempos de viralidad y memes. El estreno -en el Canal 9 porteño y en Amazon Prime Video, donde ya se pueden ver los cinco primeros episodios y después se liberará el resto de a uno por semana- adornado por alfombra roja, fiesta en el estadio de Argentinos Juniors y todo transmitido en vivo, tuvo un rating promisorio aunque no le pudo ganar a Doctor Milagro, la imbatible serie turca.

Maradona: Sueño bendito es una superproducción y eso se nota en algunos despliegues de puesta en escena y, principalmente en un elenco en donde parecen estar todos los actores argentinos. Acá figuran Juan Palomino, Nazareno Casero, Nicolás Goldschmit (son Maradona en tres etapas de su vida), Peter Lanzani, Julieta Cardinali, Mercedes Morán, Rita Cortese, Pepe Monje, Jean Pierre Noher, Leonardo Sbaraglia, Eva de Dominici, Darío Grandinetti, Federico D’Elia, Gerardo Romano, Laura Esquivel, Claudio Rissi, Martín Piroyanski, Fernán Mirás y Mex Urtizberea. Y es apenas una lista austera.

La serie empieza mostrando a Maradona en uno de los pozos de su vida pública: la primera vez que lo vemos está drogado, algo perdido, en una playa de Punta del Este. Desde ese presente ficcional, la historia se va armando con varios flashbacks cronológicos.

Así, al comienzo, se lo ve en Villa Fiorito, el barrio humilde del que surgió, donde es “Pelusa”, un niño chaplinesco que consigue, a través de un amigo, entrar en Cebollitas, un club de baby fútbol.

De ahí, apoyado por Francis, un entrenador de barrio, y su primer manager, Jorge Cyterszpiler llega a Argentinos Juniors, su primer club, la decepción de no ser convocado a la selección que sería campeona del mundo en 1978 y la gloria del campeonato mundial juvenil en Japón en 1979.

Hay, además, referencias a la dictadura argentina, con escenas de tortura y, en el capítulo dos, al menos, la presencia de las Madres de Plaza de Mayo.

Por ahí pasan los primeros episodios, mostrando una armonía familiar de pobreza digna. Doña Tota y Diego padre son dedicados, buenos y peronistas, como demuestran las lágrimas paternas ante la muerte de Juan Domingo Perón, una libertad cronológica que se toma la serie para hacerla coincidir con la entrada al fútbol de Maradona.

Al final del tercer capítulo viene el pase a Boca Juniors y aparece Guillermo Coppola (interpretado por Jean Pierre Noher y Leonardo Sbaraglia), su legendario amigo, confidente, mandadero y manager. En los primeros episodios se lo muestra mezquino e interesado, intentando esconder las razones de su colapso puntaesteño. Eran la cocaína y las malas juntas, claro.

La primera vez que se ven, Coppola ya lo invita a una fiesta tirando a casquibana; el canoso amigo es el villano, hasta ahora, de la historia. Una mala junta.

Por lo visto, la serie no va a escatimar esos detalles morbosos que para muchos ensombrecen una figura así de mística. A la ficción se la autentifica con imágenes de archivo del propio Maradona.

Los primeros capítulos los dirige Alejandro Aimetta, aunque en la plantilla también figuran como directores el español Roger Gual y el italiano Edoardo de Angelis. La serie la escribieron Guillermo Salmerón y Silvina Olschansky, que vienen de El Marginal.

Los primeros cinco capítulos disponibles en Amazon Prime Video llegan hasta su pasaje por Barcelona, el club del que se fue quebrado por un patadón de un defensa del Atlético Bilbao. De ahora en más, entonces, viene su etapa en Nápoles, su campeonato del mundo y un montón de buenas cosas y espantosas cosas.

Entre la agiografía y el morbo, Maradona: sueño bendito encuentra un terreno que muchos van a sentir polémico, lo que va a generar debates y memes. Y no hay mejor manera de medir el éxito.