Con solo dos semanas de escritura, rodaje compartido con niños en una colonia de verano, sets prestados y las ganas de crear entre amigos, La casa grande, serie web uruguaya creada por Paula Botana, logró lo que pocas: se estrenó el pasado 5 de junio por el canal argentino UN3TV y el primer capítulo ya superó las 10.000 visualizaciones en Youtube. Además, se llevó el premio a Mejor Idea en el festival alemán Die Seriales.
Lo que comenzó como un piloto universitario se transformó en una comedia de situación que retrata con humor y honestidad la crisis de los 30: las presiones familiares, las frustraciones laborales, las expectativas derrotadas y una herencia inesperada que irrumpe en la vida de Irina, la protagonista interpretada por Graciela Ingold.
"Es un retrato de los millennials, esa generación que quedó en el medio entre el mundo lento de nuestros padres y el hiperconectado del presente. Entonces tenés a la bruja que abre los Registros Akáshicos por Zoom y a los padres conservadores que solo miran a Peñarol", resume a El País Paula Botana, autora y directora de esta serie de siete capítulos de 20 minutos, perfecta para maratonear.
Una fantasía, un piloto casero y un sueño colectivo
El proyecto nació en 2019, cuando Botana estudiaba cine en la Universidad ORT. En la materia Guion para series, le tocó escribir un piloto, y creó una historia centrada en Irina, una joven de 29 años que heredaba un apartamento grande en un piso alto. Lo tituló Piso 9.
"Partió de una fantasía personal. Estaba estudiando dos carreras, no podía trabajar por falta de tiempo, y una noche pensé: ‘¿Alguna de mis tías sin hijos me dejará una herencia?’. Irina no soy yo, pero hay mucho de mí y de mis amigos en ella", cuenta la directora.
Durante las clases fueron desarrollando otros personajes y se entusiasmaron, pero el proyecto se pausó hasta 2022. En la fiesta de recibimiento de Monserrat Cabrera —directora de fotografía de la serie— entre fernet y baile reflotaron la idea. Todos tenían sus trabajos, pero las ganas de hacer algo juntos en el mundo audiovisual pesaron más.
Botana se puso a escribir, y en 15 días tenían todo armado para rodar el piloto. Creó los personajes pensando en sus amigos y compañeros del Instituto de Actuación de Montevideo (IAM) —entre ellos están Ornella Cattaneo, Franco Rilla y Graciela Ingold— y les contagió el entusiasmo.
Convocó a María Elena Pérez para el rol de la madre de Irina y a Néstor Guzzini como el padre. “El día que ensayamos me dolía la panza del miedo. Fue en mi casa, me acababa de mudar y tuve que pedir sillas prestadas a la vecina. El primero en llegar fue Néstor y se sabía toda la letra”, recuerda.
Amor al arte y un castillo como escenario
No recuerda cuándo dejó de llamarse Piso 9 y pasó a ser La casa grande, pero lo importante es que se tiraron al agua y salió bien. El piloto recibió una mención en el Festival de Cine Nuevo (Detour), y al año siguiente, aplicaron al Montevideo Filma. Era el único fondo destinado a series, así que ganarlo era clave. Lo consiguieron y filmaron en febrero de 2024.
El mayor obstáculo fue económico. El fondo era reducido, pensado incluso para postproducción. “Hicimos magia”, admite. Todo fue a pulmón y casero: desde el catering al vestuario y las locaciones.
Usaron sus ropas, filmaron en casas de amigos y familiares, e incluso el niño que aparece en pantalla es hijo de una amiga. "Todo para abaratar", comenta. El equipo cobró lo mínimo por su trabajo: “Es amor al arte”, sintetiza.
Para las escenas principales necesitaban una casa grande, pero alquilar una durante un mes era inviable. Consiguieron el Castillo Idiarte Borda, administrado por una comisión vecinal que les ofreció un precio razonable. En febrero allí funcionaba una colonia de verano, y no tuvieron otra que compartir el espacio con decenas de niños.
Pudo salir mal pero la buena colaboración de los profesores ayudó: "Nos manejamos. Ahora lo recordamos entre risas, pero en el momento nos sacó canas verdes”, se sincera.
Galardón y segunda temporada
Casa Grande se suma a una corta lista de series web uruguayas: No hay nadie (Joaquín Bravo) y El universo conspira (Leo Pintos), ambas estrenadas en UN3TV. Fueron sus propios creadores quienes ayudaron a Botana a contactar con el canal argentino.
“Siempre nos gustó el producto. Nos reíamos mucho filmando pero cuando empezaron a llegar las repercusiones, no podíamos creer”, cuenta. Y celebra que las amigas de sus tías se maten de risa viendo esta serie con una picada.
El canal se encargó de enviar la serie al festival alemán Die Seriales, donde obtuvo dos nominaciones —Mejor Serie y Mejor Idea— y se llevó este último premio. “No pude ir porque estaba con mucho trabajo, pero nos llegó un mail que decía: ‘Desde el otro lado del charco, felicidades: ganaron’. Fue muy loco. Nos dio visibilidad y los laurelitos siempre suman”.
Casa Grande conquistó al público, que ya pide una segunda temporada. Botana tiene ganas y el equipo está en sintonía: "Estamos todos polenteados para que se haga. Hay mucha gente pidiéndola, así que seguro se vendrá. Me tengo que poner a escribir", cierra.
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