Las maestras de Franco Rilla (32) siempre destacaron su talento para el dibujo. La música también estaba ahí: a los 12 años agarró un teclado y a los 15 su padre le regaló un piano. Las melodías calaron hondo e incluso pensó en anotarse en la escuela de música, pero la actuación se coló en su camino gracias a una profesora del liceo, y su vida dio un vuelco inesperado.
Decidió probar con el arte dramático y, aunque en las primeras clases se sintió como un sapo de otro pozo, las sensaciones que empezaron a pasar por su cuerpo le demostraron que el escenario era su lugar en el mundo. Actuar lo hacía sentir vivo y se convirtió en su catarsis. A los 22 ya componía música para obras de teatro y, poco después, su nombre empezó a aparecer en plataformas internacionales gracias a pequeños papeles que se ganó a fuerza de castings.
Desde entonces, acumula ocho Premios Florencio, entre ellos uno como mejor actor por Último encuentro, dirigido por María Dodera, una figura clave en su camino artístico.
Participó en La sociedad de la nieve, las series Cromañón o Iosi, el espía arrepentido y la película Virus 32. Protagoniza La casa grande, una serie web uruguaya nominada en el festival Die Seriale y disponible en YouTube, y viene de filmar la película Barreda, donde se dio el lujo de compartir con ídolos de su infancia: Mercedes Morán, Carla Peterson y Luis Machín.
Sin embargo, asegura, es en el teatro donde su corazón late más fuerte. Por eso, el estreno de Páramo mañana en la sala Hugo Balzo, es un sueño hecho realidad para Rilla. Es un volver a trabajar por sexta vez con María Dodera, haber compuesto la música, estar solo en el escenario, tocar el piano.
Es, además, una creación colectiva en la que abordaron temas que lo movilizan. Hablan de la adicción al teléfono, las redes, la autoexplotación, la salud mental, con el mito de Edipo de fondo. La salud mental es, para Rilla, un asunto delicado: su mamá se suicidó, y esta obra tiene algo de sanación para él.
Páramo tiene funciones hasta este domingo 22, aunque es solo el inicio: el plan de Rilla es convertirla en una "obra de valija" y llevarla por el mundo. Las entradas se compran por Tickantel, y el estreno es la excusa para charlar con este actor, compositor y músico sobre el arte, el teatro y la vida.
Su primera experiencia en cine fue Virus 32, la película de zombis de Gustavo Hernández, donde actuó junto a Daniel Hendler y Paula Silva. Desde entonces, su carrera audiovisual fue en ascenso: participó en las series Cromañón, Iosi, el espía arrepentido y en el filme La sociedad de la nieve, todos proyectos a los que accedió por castings.
"Estoy en Disney+, Prime, Netflix. Es algo novedoso para Uruguay. Se vinieron grandes producciones a trabajar acá y, aunque hay que pagar derecho de piso, se va ganando terreno. Hay colegas que están demostrando que acá hay muy buen nivel de actuación", asegura.
Pronto se lo verá en Rompecabezas, una serie mexicana sobre la banda Timbiriche que se estrenará por la plataforma Vix. Además, el 5 de junio se lanzó la serie web uruguaya La casa grande, que protagoniza junto a varios compañeros de la IAM. "Es un código de comedia entre amigos y disfruto mucho salir de las producciones más grandes", dice.
En paralelo, trabaja en el monólogo Ahora/después, dirigido por Álvaro Armand Ugón y producido por Diego Sorondo, que se presentará en la Hugo Balzo del 28 al 31 de agosto. Las entradas están en Tickantel.
“Estar solo en escena es un desafío. Es muy desgastante, pero me siento preparado para hacerlo”, afirma sobre este año marcado por unipersonales.
El linaje artístico y las grandes oportunidades de Rilla
En la casa de los Rilla se respiraba arte. Su abuelo era poeta y entre sus 40 parientes hay cineastas, pintores, escritores y músicos. Sin embargo, Franco fue el primero en dedicarse al teatro. El arte, dice, estaba aceptado si se encaraba con compromiso.
Su primer acercamiento a la actuación fue en una clase de teatro que dictaba María Elena Pérez Algorta en el Latinoamericano, donde cursaba bachillerato artístico. Para el parcial final, les encomendó a los alumnos un monólogo escrito por ellos. Al ver a Franco en acción, no dudó en sugerirle que estudiara arte dramático.
Así, entró al Instituto de Actuación de Montevideo (IAM) sin tener mucha idea de nada. El primer día, al ver a sus compañeros revolcarse en el piso y a uno de ellos con un tatuaje de las máscaras del teatro, pensó: “¿Qué hago acá?”. Pero el espacio transformado y la conexión con sus compañeros lo envolvieron: “Las miradas, los cuerpos y el corazón empiezan a palpitar diferente. Entrás en una dimensión muy atractiva, que me enamoró”.

La primera gran oportunidad se la dio María Dodera con apenas 22 años. Fue luego de verlo en El club de los idiotas, la obra de egreso con su generación del IAM, dirigida por Jimena Márquez, en la que tocaba el piano en escena y para la que ademas compuso la música.
"María me llamó para hacer Las mujeres de Cervantes. Desde entonces no paré de trabajar con ella. En Slaughter, también con María, compuse la música. Para mí es un sueño combinar mis dos pasiones", dice.
En paralelo, empezó a abrirse camino en el audiovisual y se dio el lujo de ser dirigido por J.A. Bayona en La sociedad de la nieve, donde interpretó a Gastón Turcatti, el hermano de Numa (personaje de Enzo Vogrincic).
“Fue una superproducción impresionante. Rodé unos días. De hecho, la escena más linda que hice no salió en la película. Le pasó a mucha gente. Pero son oportunidades buenísimas”, reconoce.
Un monólogo, un viaje interno y la vida en la naturaleza

Páramo es la sexta obra que hace con Dodera y uno de sus proyectos más personales. Surgió a partir de la sugerencia de una productora de que encararan un monólogo.
Luego de mucha lectura, decidieron crear un texto desde cero. Llamaron al dramaturgo Gerónimo Pizzanelli y construyeron una pieza genuina basada en sus inquietudes.
La obra lo tiene solo en escena, acompañado por un piano y una silla. “Siempre supimos que yo iba a hacer la música. Además toco en escena y eso me potencia como actor”, comenta.
Debutaron el 31 de enero en el Festival Nuestra, el sábado pasado la presentaron en el Teatro Escayola de Tacuarembó, y ahora estarán en la Hugo Balzo desde mañana hasta el domingo 22 de junio. Su plan es aprovechar que solo necesita un piano y una silla para hacerla, y sacarla de gira.
El proceso fue intenso: “Estuve un año ensayando y recién hice dos funciones. En cine me aprendo la letra, hago alguna investigación y es entregarse en el momento. El teatro para mí es un templo", compara.
—La obra aborda la salud mental, las redes, la cancelación. ¿Te interpela personalmente?
—Muchísimo. Sufro la hipercomunicación y la adicción al teléfono. El tema de la salud mental me atraviesa porque mi vieja se suicidó. Todos conocemos a alguien que se mató y está bueno traerlo.
—¿Sentís que es sanadora la obra?
—Creo que sí. Cuando termine el proceso sabré qué tan sanadora fue. A veces la data llega con delay.
—En pandemia te fuiste a vivir a Maldonado, ¿por qué?
—Cuando todo cerró, me fui a una casita de mi viejo en Flores. Había verde, tenía playa, y me di cuenta de que era el lugar donde quería vivir, sin tanta contaminación visual ni sonora. Ahora vivo rodeado de naturaleza en un lugar soñado.
—¿Cuánto de lo que soñabas de niño sentís que cumpliste?
—Se me hace difícil decirlo. No tengo muy claro qué soñaba, pero sí sé que lo que más feliz me hace es que las personas que me rodean estén bien. Con la muerte de mi mamá algo se quebró en mí, pero también fue un motor para poner toda la energía en lo que hago.
—¿El arte se convirtió en tu refugio?
—Sí. No recuerdo bien qué soñaba, pero más de grande empecé a imaginarme en escenarios, haciendo música. Eso se cumplió y superó las expectativas. Estar en el Sodre, solo con un piano y la sala llena, es inmenso. Me da miedo —en el buen sentido— de hasta dónde pueda llegar esto.
-
En vacaciones de julio habrá más de 50 espectáculos: teatro para niños, musicales, conciertos, paseos y magia
La maestra rural que actuó en "El Encargado", tiene un amor de película y trae su unipersonal a Uruguay
Teatro dentro del teatro para reversionar un clásico: la Comedia Nacional estrena "La dama boba"
Brilló en Carnaval, explotó en “Gran Hermano”, revolucionó el transformismo y quiere revancha en Argentina