Redacción El País
Casi dos años después del final de su primera temporada, y a días de que se confirmara oficialmente que habrá una tercera entrega, House of the Dragon volvió por todo lo alto y lista para darle a los fanáticos un motivo por el que celebrar la llegada de cada domingo y librar al día de su inherente melancolía.

Con 60 minutos de tragedia, épica y tensión, el spin off de Game of Thrones, que se ambienta unos 200 años antes de los hechos de la serie original, estrenó este 16 de junio su segunda temporada con un primer episodio, "A son for a son" ("Un hijo por un hijo"), que dejó en claro que aquí la venganza es un plato que se puede servir caliente, y que decisiones como esa solo pueden llevarlo todo directo hacia la catástrofe.

House of the Dragon retomó la acción justo donde la había dejado en octubre de 2022, inmediatamente después de la muerte de Lucerys, el hijo de la autoproclamada reina Rhaenyra Targaryen (Emma D'Aarcy), asesinado por el temible dragón Vhagar de Aemond Targaryen (Ewan Mitchell).

El episodio, sin embargo, se abrió con un guiño directo a los amantes de Game of Thrones, con una escena en Winterfell, el hogar de los Stark, y con uno de los integrantes de la familia marchando hacia la Guardia de la Noche, el ejército protector del reino que tuvo un rol decisivo en el tramo final de Game of Thrones. Reapareció, como para recordarnos el origen de esta pasión internacional, aquella frase de "Winter is coming" ("el invierno está viniendo"), apenas una imagen que sirvió para tomar al público y ubicarlo de vuelta en la montaña rusa emocional que atraviesa a los altos mandos de Westeros. Lo dirigió Alan Taylor y lo escribió Ryan Condal.

Después, el capítulo fue una preparación de los hechos para la inminente guerra por el trono, el gran motor del universo creado por George R. R. Martin. El duelo es entre Rhaenyra, a quien su padre el rey Viserys (Paddy Considine) nombró como sucesora de la corona, y el bando de Aegon Targaryen, hijo de Viserys y Alicent Hightower (Olivia Cooke); los dos están coexistiendo como reyes, buscando aliados que respalden sus posturas y los defiendan en el potencial conflicto.

Mientras Rhaenyra intenta encontrar los restos de su hijo para así procesar su muerte, desde Rocadragón, Daemon (Matt Smith), su esposo —y su tío—, procura tomar decisiones en su nombre para atacar a los otros Targaryen, responsables de la pérdida que ahora atraviesa a su familia. En King's Landing, los Hightower tejen la gestión de Aegon mientras esperan el eventual ataque de Rhaenyra, que tarde o temprano irá a vengar a su hijo.

Porque como en algún momento advierte Otto Hightower, Mano del Rey, "el camino que lleva a la victoria es ahora el de la violencia". Nadie puede cambiar su destino.

House of the Dragon tampoco. Como en los mejores momentos de Game of Thrones, este regreso trajo dragones desplegando su poderío (y una escena con efectos especiales verdaderamente fallidos, cuando Rhaenyra finalmente da con los restos de su hijo y baja de su dragón), situaciones eróticas de alto voltaje, intrigas, infiltrados, consejos reales, malas decisiones y una profundización en el abanico de personajes que hace de esta una temporada absolutamente prometedora.

El final, también una evocación a aquellos giros de guion que supieron hacer de Game of Thrones una serie poderosa, fue un adrenalínico golpe que se cobró una nueva vida, concretó la venganza y encendió la mecha para la gran guerra civil que será la columna vertebral de esta temporada.

La temporada 2 de House of the Dragon tendrá ocho episodios, que se estrenarán cada domingo a las 22.00 por HBO, canal de los servicios de televisión para abonados, y en streaming por Max. Una vez emitidos, en Uruguay también se los puede ver en las plataformas NSNow y Flow.