Cómo es "Monstruo: La historia de Ed Gein", la serie sobre el asesino convertido en ícono que llegó a Netflix

Este viernes se estrenó la tercera temporada de la serie antológica creada por Ryan Murphy sobre populares asesinos; Charlie Hunnam se pone en la piel de Ed Gein mientras que Laurie Metcalf es su madre.

Imagen de la serie "Monstruo: La historia de Ed Gein".
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Foto: Difusión.

Ed Gein murió en 1984 en un hospital psiquiátrico, 30 años después de conmocionar a Estados Unidos con un historial de asesinatos, profanaciones de tumbas y una imaginación macabra que no es para estómagos débiles: se incluye un catálogo de lámparas, máscaras, cinturones y hasta un tazón hechos con restos humanos.

Ahora Netflix lo pone en el centro de La historia de Ed Gein la tercera temporada de Monstruo, la serie antología de Ryan Murphy que se volvió tendencia con las vidas y los crímenes de Jeffrey Dahmer y los hermanos Menéndez.

Esta vez son ocho episodios de una hora, todos ya disponibles en la plataforma.

Acá no hay preámbulos. El primer episodio arranca con Gein, interpretado por Charlie Hunnam (Rey Arturo: la leyenda de la espada, Sons of Anarchy), masturbándose con la ropa interior de su madre, Augusta, que tiene el rostro y sobre todo la voz de Laurie Metcalf. Cuando ella lo descubre le lee la Biblia y le avisa que las mujeres “son pecadoras, son Jezabel”, y que él nunca podrá estar con una.

Murphy va directo a lo que quiere contar: la represión, la castración emocional y todo lo que hace que este hombre de mediana edad que tiene un párpado caído y una voz un tanto aniñada se convierta en un monstruo. El resultado es perturbador, pero también hipnótico. Porque el terror no es por lo diferente o lejano, sino por lo cercano. Es un hombre más en un pueblito como cualquier otro.

Imagen de la serie "Monstruo: La historia de Ed Gein".
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Foto: Netflix.

Claro que Gein es también producto de una educación enferma, una madre obsesionada con la culpa sexual, el fanatismo religioso y el aislamiento social en el que vive. Y lo que da miedo no es él sino es el caldo de cultivo que lo engendró a finales de los años cuarenta con negacionistas del Holocausto, pese a las fotos y noticias que circulaban en todos los diarios. “Son mentiras de los liberales” le dice un cantinero mientras Ed parece obnubilado por las imágenes de los cuerpos apilados en los campos de concentración.

Además de mostrar los crímenes y la obsesión de Gein con una revista sobre “La perra de Buchenwald” (la sádica Ilse Koch que torturaba y mataba prisioneros, y hasta hizo una lámpara con la piel de sus cuerpos), Murphy conecta ese mundo grotesco con Hollywood. Robert Bloch y Alfred Hitchcock también son parte de la serie, y aparecen comiendo mientras el director inglés demuestra interés por llevar a la pantalla grande Psicosis, el libro de Block, quien vivía a poca distancia de los Gein y conocía de primera mano algunos detalles. El realizador le dice que la audiencia posguerra ya no teme a los monstruos como Frankenstein o El Fantasma de la Ópera: “El monstruo somos nosotros”. Y tenía razón. El Norman Bates de Psicosis, el Leatherface de El loco de la motosierra, o Buffalo Bill en El silencio de los inocentes, todos surgen de la misma fuente: Ed Gein.

“Quería hablar de esos temas, de cómo cada generación crea su propio hombre de la bolsa”, le dijo Murphy a Variety sobre la inspiración para esta temporada. “Cada generación tiene que aumentar la violencia, porque se acostumbra a ella”.

Y lo que hace Murphy en esta temporada de Monstruos, no solo es mostrar los crímenes (y sus posibles explicaciones) como en las anteriores, va más allá y refleja cómo se convirtieron en materia prima para el entretenimiento. Por eso, la filmación de la película Psicósis, el interés del director con los crímenes y la mente de este asesino, así como el trabajo de Anthony Perkins también son parte de esta serie. Resulta paradójico que ahora llegue a Netflix la historia de este hombre que cometió varios crímenes e inspiró películas, en una nueva ficción inspirada en su vida.

Imagen de la serie "Monstruo: La historia de Ed Gein".
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Foto: Netflix.

Buena parte del magnetismo de esta temporada se apoya en Hunnam. Para muchos, sigue siendo Jax Teller, el motoquero rubio y carismático de Sons of Anarchy, o el Nathan Maloney que descubría su despertar sexual en la revolucionaria Queer as Folk.

Es un actor inglés que comenzó su carrera de manera cinematográfica: lo encontró un cazatalentos en una zapatería cuando era adolescente. Para hacer de Ed Gein, Hunnam buscó el audio de cuando arrestaron a Gein, para encontrar un registro de su voz, mientras se despoja de esa aura de galán que cosechó en su carrera (fue el Rey Arturo de Guy Ritchie) para encarnar a este hombre gris, reprimido y de mirada extraviada. No sería extraño que este papel lo consagre, como pasó con Evan Peters tras su interpretación de Jeffrey Dahmer.

Hunnam dijo que pospuso meterse en el personaje todo lo que pudo, por miedo. "Lo retrasé lo máximo posible. Así que empecé a leer, y entonces me asusté de verdad". También dijo que, si bien hay poca información sobre Gein, los libros que encontró se sentían como "una celebración de lo grotesco, una celebración de lo depravado". Eso no era lo que quería Hunnam, sino encontrar lo humano en un hombre que fue reducido a un personaje.

Imagen de la serie "Monstruo: La historia de Ed Gein".
Imagen de la serie "Monstruo: La historia de Ed Gein".
Foto: Netflix.

El éxito de la serie Monstruo no es casual, un público ávido de consumir historias de true crime y conocer detalles mórbidos sobre los crímenes se volvieron una fórmula exitosa. La temporada de Dahmer fue vista por más de 115 millones de usuarios en los primeros tres meses, y la segunda, sobre los parricidas hermanos Menéndez también lideró el ranking de lo más visto en varios países. Y Murphy (también creador de la serie antológica American Crime Story sobre el juicio a O.J. Simpson y el asesinato de Gianni Versace) sabe muy bien cómo hacer su trabajo: su estilo combina una estética cuidada con una crueldad casi documental, como si dijera buscara mostrar el terror de una manera que sea imposible apartar la vista.

Y la eterna pregunta que ha surgido con esta serie antológica: si estamos consumiendo historia, arte o morbo, se mantiene en esta temporada. Porque Monstruo: la historia de Ed Gein funciona porque incomoda. Porque no se trata de un monstruo nacido en un castillo medieval, en un cementerio ni producto de una maldición: nació en una granja de Wisconsin, con una madre que lo llamaba “pecador” y vivió un pueblo que lo consideraba el raro pero inofensivo. Y su historia se ha convertido en el arquetipo del monstruo moderno, uno que continúa fascinando a todos.

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