Redacción El País
El director estadounidense Woody Allen opinó sobre el escandaloso beso que Luis Rubiales le dio a la futbolista de la selección española Jenni Hermoso tras la final del Mundial de fútbol femenino. Todo ocurrió en el marco de una entrevista realizada para el diario El Mundo. "Es difícil imaginar que una persona pueda perder su trabajo por dar un beso en público", aseguró el cineasta.
El director de películas como Annie Hall y Medianoche en París se encuentra en el Festival de Venecia presentando Golpe de suerte, su nuevo proyecto, y fue en ese marco donde fue entrevistado por el medio español. "Pareció que fue el resultado del momento, que ante la emoción de la victoria, dos personas que se conocían se abrazaron y él le dio un beso a ella", lanzó Allen. "Lo primero que pensé es que no se escondieron, ni la besó en un callejón oscuro. No la estaba violando, fue solo un beso y era una amiga. ¿Qué hay de malo en eso? En la primera información no sabíamos si la mujer se apartó y le dijo: 'No hagas eso'".
"Si fue inapropiado o demasiado agresivo, hay que decirle claramente que no haga eso y que se disculpe. No es que haya asesinado a alguien", agregó."Pero lo suspendieron de su cargo y podría perderlo todo. En cualquier caso, me faltan datos. Pero como ciudadano medio, estuvo mal, hizo algo incorrecto... pero no fue como si hubiera quemado un colegio”.
“No la estaba besando en su despacho con la puerta cerrada ni nada parecido donde ella estuviera amenazada", sumó. "Fue claramente a la vista de todos y ella no estaba en peligro. Pero claro, ella tiene todo el derecho a dejar claro que no quiere, y él tiene el deber de pedir disculpas y de asegurar que no lo volverá a hacer. Y hecho eso, seguir los dos adelante", concluyó.
Durante su paso por el Festival de Venecia, el director de 87 años también dijo que volverá rodar en su ciudad natal, Nueva York, "si alguien está lo suficientemente loco" como para financiarlo. Es que hace años que el director no trabaja en Estados Unidos; todo se debe a las acusaciones de agresión sexual de Dylan Farrow, a quien había adoptado siendo niña junto a su exmujer Mia Farrow.
Los hechos, que salieron a la luz pública en 1992, fueron investigados por la policía y un fiscal estadounidense, que exoneraron a Allen. El escándalo, sin embargo, volvió a resurgir en 2013, cuando Dylan acusó de nuevo al cineasta.
Cuando se le preguntó el lunes sobre la posibilidad de volver a filmar en Nueva York, donde se desarrollan la mayoría de sus películas, Allen respondió de forma irónica: "Tengo muy buenas ideas para Nueva York, y si alguién sale de la sombra y dice que está de acuerdo en darme el dinero y no entrometerse, '¡adelante! Si la gente está lo suficientemente loca como para estar de acuerdo con eso, ¡entonces sí haré una película en Nueva York!".