Natalia Oreiro defendió la crianza de su hijo de 14 años sin celular y contó a qué edad piensa regalarle uno

Redacción El País.
Natalia Oreiro defendió para su hijo Merlín Atahualpa una crianza sin conexión. El adolescente está a punto de cumplir 14 años y no cuenta con un celular. La actriz reconoció que en breve le regalarán un aparato pero sin línea ni acceso a Internet y recién a los 16 años tienen previsto como familia que el joven acceda al mundo de los smartphones.

La comunicadora uruguaya hizo estas revelaciones en una entrevista para Infobae en los últimos días. "Tiene casi 14 y no tiene celular. Para su cumpleaños le vamos a regalar uno que no tiene conexión", reconoció Oreiro.

Consultada sobre cómo hacía para consensuar con otras familias de los compañeros de Atahualpa, la uruguaya habló de la importancia del diálogo interfamiliar. "Si tiene un grupo de pertenencia que están todos muy hiperconectados, realmente es difícil porque él siente que se queda afuera. Si en su grupo más cercano lográs consensuar con las familias, es más fácil. Él también está muy acompañado desde la escuela en ese planteo. En su curso son 38 compañeros, de los cuales entre 12 o 14 todavía están con esto de no tener hasta los 14. Y a los 16 sería la entrega del teléfono que se le llama inteligente”, dijo la artista.

Foto: La Nación

“Tenés que darle herramientas y no es un ‘porque no’, sino explicar por qué no. Y cada familia es un mundo. Es una decisión muy personal, pero bueno, si me preguntan, eso es lo que pienso”, sentenció, insistiendo en que el secreto está en “darle otras cosas, que le tomen gusto a otras cosas”, aseguró y enumeró visitas a librerías, carpintería, herrería, origami, deporte, entre otras actividades.

En otro tramo de la nota, Oreiro hizo referencia a su papel en la película La mujer de la fila, donde interpreta a Andrea Casamento, activista por los derechos de las personas detenidas y sus familias.

Cuando interpreto a un personaje real, que no solo existió sino que sigue haciendo cosas por la sociedad, es muy difícil desvincularse. Con ellas tuve un compromiso, porque la mayoría se sintieron no solo miradas sino tenidas en cuenta y protagonistas de esa historia. Hoy su barrio no las estigmatiza sino que las acompañan. Ahora se sienten tratadas de otra manera cuando antes tenían que ocultar su situación, porque la sociedad juzga y dice: ‘Algo deben haber hecho, los criaste mal, se lo merecen’. La película pone el foco en las familias, empatiza con esas realidades y nos hace sentir que a cualquiera nos puede pasar”, aseguró.

Foto: Instagram @nataliaoreirosoy