ENTREVISTA

nicolás lauber

No había terminado la escuela y ya perseguía sueños. Con 12 años, Santiago Wilkins salía por su Tacuarembó natal a vender alfajores, almacén por almacén. “Me acuerdo del susto y los nervios que tenía, pero sabía que estaba haciendo algo diferente que me sacaba de la zona de confort y desafiaba”, recuerda hoyel informativista más joven de Telenoche. Con 22 años, Wilkins condujo la edición del sábado 28 de agosto junto a Viviana Aguerre, y luego en solitario durante la licencia de Nicolás Núñez, e hizo historia.

Cuando la familia se mudó a Maldonado, Wilkins no dejó atrás ese espíritu inquieto y el hambre de aprender. Estudió Derecho por dos años, pero se terminó decidiendo por la comunicación. Y después de un par de años en Canal 2 de San Carlos y Canal 11 de Maldonado, lo llamaron de Montevideo para que se sumara a las filas de Canal 4.

Tras llegar a la capital, encontró en Marcelo Irachet un compañero al cual pedirle consejos. “Cuando un está aprendiendo es bueno tener alguien que sabe, te apoya y da para adelante, y en el canal siempre sentí eso, el empujón, el dale que tenés potencial”, dice a El País.

Hace dos semanas le avisaron que estaba pronto y que lo iban a probar para que conduzca el informativo. “Me sentí bastante bien y cómodo, aunque algo nervioso al principio”, recuerda.

Ya sea al frente de Telenoche, como en móviles para el informativo o en el programa Zoom internacional, donde presenta noticias del mundo junto a Jimena Sabaris, lo que Wilkins no ha perdido es la sonrisa, a esta altura su sello distintivo.

Sabe que la gente no está acostumbrada a ver sonrisas en las noticias, “pero hay información que sí se presta para que uno esté más distendido”, dice. “Hay que ir jugando un poco con eso. En Zoom tengo más posibilidades de mostrar una sonrisa, porque son noticias divertidas. En el informativo no tanto, pero la sonrisa de un periodista en televisión puede generar algo positivo en la gente”, dice.

—¿En qué pensabas antes de tu primera vez conduciendo Telenoche?

—Pasan muchas cosas por la cabeza antes de que se prendan las luces y se escuche la cortina de Telenoche. Pensé en todo, volví para atrás y me dije: qué increíble, hace unos años estaba arriba del ómnibus yendo a San Carlos para presentar el informativo con tremendo sacrificio y de noche trabajando para ir a la facultad. Eran días de 24 horas los siete días de la semana entre trabajo y universidad. Y el sacrificio termina resultando en cosas positivas. Todo eso fue lo que pensé en cuestión de segundos y por eso arranqué tranquilo. Porque logré algo que quería hace tiempo. Las oportunidades no son muchas, pero si uno aprovecha y sabe decirle que sí, sale algo bueno.

—¿Aprovechar las oportunidades es tu frase de cabecera?

—Sí, yo primero digo que sí y después veo si estoy pronto o no, pero primero acepto. Las oportunidades no son muchas, sobre todo para gente tan joven.

—¿Te han dicho que sos demasiado chico para conducir el informativo?

—Sí, a lo largo de mi corta carrera, me han dicho muchos profesionales que iba muy rápido y que tenía que disfrutar el proceso, pero creo que cada uno tiene una velocidad independiente. No podemos dejarnos llevar por un estereotipo de velocidad, o que tenés que estar tantos años en un lugar, hacer tal cosa y después avanzar. Creo que las cosas se dan en base a lo que uno quiere y busca. Para algunos será muy rápido, para otros demasiado lento, pero cada profesional tiene su tiempo, y eso se va decantando en estas oportunidades que están buenísimas. Capaz que si hubiera seguido esos consejos no estaría donde estoy.

—-¿Cuál es tu vara para medirte?

—Uno tiene que crecer en base a uno, y no estar mirando hacia afuera. A veces uno comete el error de compararse con otro profesional, y cada uno tiene un estilo diferente. Otra cosa que aprendí: hay que ser auténtico. Al principio, cuando salía al aire, no era auténtico porque desconocía el medio, y siento que cuando empecé a ser yo y a trasmitir mi forma de ser, ese gurí que vino del interior y le causan gracia algunas cosas y se divierte con otras, hizo que conectara con la gente.

—¿La clave es ser uno mismo?

—Es lo importante, ser uno es todo. Cuando uno crea un personaje, no lo puede mantener en el tiempo y no disfruta de los procesos. Además, cuando uno es genuino, la gente siempre lo percibe.

—¿Cuál creés que va a ser tu impronta como conductor?

—Intento definirme en el camino. Me siento muy identificado con Roberto Hernández, creo que tenemos algo distendido y diferente a la estructura rígida de un informativo. También la información necesita ser descontracturada. Si bien en un informativo lo importante es la noticia, hay que contar historias y hacérselas llegar a la gente. Después iré viendo, con el tiempo, cómo me voy acomodando, cuáles son las demandas del canal y las cosas para mejorar.

Estar en la conducción de Telenoche no es el final del camino, sino apenas un paso más en su carrera. El joven comunicador quiere tener un programa que muestre a los emprendedores de nuestro país.

“Me gusta contar historias de superación y emprendimientos y tengo varios proyectos sobre programas que quiero hacer, que amplifiquen la historia de los líderes y las personas destacadas. Es importante que los uruguayos se enteren de que hay compatriotas que tienen éxito, para que se enteren que un gurí que sale de Artigas puede tener las mismas oportunidades”, dice Wilkins.

También quiere seguir creciendo en el canal. “Y seguir presentando Zoom, trabajando en el informativo, y volver a conducirlo si se me plantea la posibilidad y seguir creciendo. El futuro dirá”, agrega el joven comunicador.

Otro de sus proyectos está vinculado a su familia. “Mi padre es camionero y mi abuelo también, y siempre me gustaron los camiones, que es uno de mis pendientes. No es que voy a dejar mi profesión para manejar un camión, pero siempre quise estar vinculado a eso y el sueño es ver una empresa que tenga nuestro apellido. Es un poco en homenaje a mi abuelo y mi padre que se dedicaron toda la vida a eso”.