Vivir como una estrella de Hollywood es oscilar entre el paraíso y el infierno, como han confesado muchas celebridades a lo largo de la historia. Si bien hay prestigio y lujo, estar en la cima también acarrea presiones constantes, juicios y una falta de privacidad. Por eso, es fundamental tener un refugio seguro.
Pero no todas las familias cumplen ese rol y, más bien, terminan siendo todo lo contrario a un refugio. La figura de Friends, Jennifer Aniston, lo sabe muy bien. La actriz, hoy de 56 años, tuvo una relación extremadamente conflictiva con su madre, a quien solo logró perdonar años después de su muerte.
Los dos padres de Aniston formaron parte del mundo del espectáculo. Su padre, John Aniston, participó en tiras como Love of Life y Search for Tomorrow, antes de volverse conocido por Days of Our Lives. Su madre, Nancy Dow, fue modelo y tuvo apariciones en películas y series.
Ser hija de artistas, con sus rutinas inestables, ya era difícil de por sí. Pero el primer gran golpe que Jennifer recibió de sus padres ocurrió cuando tenía nueve años. “Fui a una fiesta de cumpleaños y, al volver, mi madre me dijo: ‘Tu padre no va a estar por un tiempo’. No dijo que no volvería nunca más”, recordó la actriz en una entrevista con Rolling Stone.
John abandonó a la familia para irse con Sherry Rooney, su compañera de elenco en Love of Life, con quien tuvo otro hijo. Aunque padre e hija compartieron algunos momentos juntos, nunca quedó del todo claro cómo era su relación. De todas formas, ese vínculo no se comparaba con el que Jennifer tuvo con su madre, quien la crió sola. “Ella era crítica. Muy crítica conmigo. Era modelo, era hermosa, y yo no”, contó Jennifer a The Hollywood Reporter. “Y además no perdonaba jamás. Guardaba rencor por cosas que yo consideraba increíblemente infantiles”.
El comportamiento de Nancy Dow marcó tanto a su hija que, durante la promoción de la película Dumplin’ (2018, disponible en Netflix), Aniston reveló que se inspiró en la superficialidad de su propia madre para interpretar a Rosie Dickson, una madre que critica y rechaza a su hija por participar en un concurso de belleza. “No fui la niña modelo que ella quería, y eso me marcó. Solo quería que me viera y me amara, pero ella estaba ocupada con cosas que no importaban de verdad”, confesó Jennifer al diario The Sunday Telegraph.
Aunque la relación entre ambas ya era turbulenta durante la adolescencia, algunas actitudes de Nancy al inicio de la carrera de Jennifer terminaron de romper el vínculo. En 1996, dos años después de que Aniston debutara como Rachel en Friends, su madre apareció en el programa sensacionalista Hard Copy, donde habló públicamente de su hija. Tres años más tarde, publicó un libro de memorias donde reveló detalles íntimos de su vida familiar. Jennifer cortó completamente los lazos: no la invitó a su boda con Brad Pitt en 2000. Y aunque años después parecía haberse reconciliado con ella, Nancy tampoco fue invitada al casamiento con el actor Justin Theroux en 2015.
Su padre tampoco asistió a la primera boda. “No recibí una invitación. Brad es un buen muchacho, y si Jennifer es feliz, yo también lo soy”, declaró John Aniston en ese entonces a Rolling Stone.
El perdón
Las muertes de Nancy (en 2016) y de John (en 2022) hicieron que Jennifer Aniston reconsiderara ciertos sentimientos. “Perdoné a mi madre. Perdoné a mi padre. Perdoné a mi familia”, reveló a la revista Allure.
“Es importante. Es tóxico guardar resentimiento y enojo. Aprendí eso viendo a mi madre, que nunca soltaba lo negativo. Recuerdo que pensé: ‘Gracias por mostrarme en quién no quiero convertirme’”, agregó.
Sin embargo, esa reflexión solo llegó tras la muerte de su padre. De hecho, mientras John Aniston recibió una sentida despedida en el Instagram de Jennifer, Nancy Dow no tuvo el mismo gesto público.
“Es como si estuviera saliendo de una etapa difícil de mi vida y volviendo a la luz”, dijo Jennifer Aniston. “Tuve que hacer mucha terapia para sanar partes de mí que estaban heridas desde mi infancia”.
También ha dicho que se considera “un trabajo en progreso constante”. “Menos mal. ¿Qué sentido tendría la vida si todos alcanzáramos la iluminación y ya está?”, reflexionó. En otras palabras, Jennifer Aniston no solo logró superar la ausencia de un refugio en su infancia: ella misma se convirtió en su propio lugar seguro.
O Globo/GDA