Las confesiones de Dakota Johnson: qué no negocia en un hombre, su sello estético y por qué viaja con tijeras

Entre la conocida lista de nepo babies que habita en Hollywood, hay hijos de famosos que siguen los pasos de sus padres, otros deciden tener carreras completamente distintas.

La actriz Dakota Johnson nació en una casa de famosos, y a pesar de haber vivido bajo las luces y los caprichos de Hollywood, supo conservar su humildad, y ha sabido elegir los proyectos para hacer una carrera independiente de la de sus padres. Parte de esa imagen de “persona común” que suele proyectar se convirtió en su sello en películas y entrevistas donde, sin pudores habla de temas complejos.

Sin tapujos ha hablado de su infancia, de cuando su padre dejó de mantenerla mientras ella comenzaba en la actuación, también de sus relaciones, como de su rompimiento con el músico Chris Martin. También tiene un club de lectura en sus redes sociales que elogió la novela de una uruguaya.

Esta semana, la hija de Melanie Griffith y Don Johnson se prestó una vez más al juego de preguntas y respuestas e hizo público su odio y terror a cierto tipo de calzado. También explicó su gusto por las transparencias, y por qué, desde siempre, viaja con una tijera en su equipaje.

En una entrevista a Vogue Alemania, la actriz de 36 años que este año se destacó en la comedia romántica Amores materialistas, no dudó en decir qué considera innegociable cuando se trata de los hombres. Cuando le preguntaron si respondía inequívocamente a alguna señal de alerta, respondió: “Hombres que usan chancletas en público. Si los ven, corran”.

Además, la actriz que saltó a la fama con la saga Cincuenta sombras de Grey habló de uno de sus rasgos estéticos más distintivos: su flequillo.

Dijo que, si bien su característico flequillo requiere su mantenimiento, no está dispuesta a abandonarlo. "Llevo flequillo desde pequeña. Me lo corto yo misma desde que tenía unos cuatro años y me encantaba hacerlo. Lo he tenido toda mi vida, excepto entre los 10 y los 14. Y, la verdad, si no lo tuviera no me sentiría yo misma”, dijo.

“¿Me alegraría no tener que cortármelo todo el tiempo? ¡Claro que sí!”, continuó Johnson. “Pero también viajo siempre con tijeras, y me encanta tomarme un Martini mientras me lo emparejo”, reveló. Esa combinación de tijeras y alcohol, confesó, no siempre terminó de la mejor manera, pero por suerte, el cabello crece y todo error se vuelve subsanable con el tiempo.

La revista también le preguntó por otra de sus preferencias: los vestidos transparentes. En realidad, el medio le consultó si no tenía miedo de que esos vestidos que suele utilizar en estrenos y entregas de premios la hagan ver “demasiado sexy”. La respuesta fue tan franca como simple: “La verdad es que no me importa. He podido usar algunos de los vestidos más hermosos y me siento bella con ellos, así que los uso sin pensar demasiado”, continuó.

“A veces esos vestidos me quedan bien”, añadió la actriz. “Pero también hay algunos que me he probado y no eran para nada sentadores. Depende de la forma, el acabado, el color y todo lo demás. Así que si encuentro un vestido bonito con el que me siento cómoda, ¡claro que quiero usarlo! Y es divertido llevar un vestido sexy”, finalizó.

La Nación/GDA