Falleció el periodista Julio Villegas, una voz que marcó generaciones en el periodismo radial

El comunicador estaba retirado desde el año 2011 luego de una extensa carrera de más de 50 años, principalmente en los micrófonos de Radio Sarandí y El Espectador.

Compartir esta noticia
Julio Villegas
Julio Villegas
Foto: Archivo El País

Julio Villegas, reconocido por muchos de sus colegas y todos sus oyentes como uno de los hombres de radio más influyentes y recordados de Uruguay, falleció a los 87 años.

Retirado desde 2011, su voz y su impronta marcaron a varias generaciones de madrugadores: sus programas bien tempraneros de Radio Sarandí, primero, y El Espectador después crearon un sello en la radiofonía nacional.

Era la mejor manera de empezar el día informados: su sello era leer las noticias con una impronta personal que fue puliendo en más de 50 años de carrera. Su completísima cartelera, la Radioagenda, era fundamental en tiempos sin internet para enterarse qué había en la ciudad.

Muchos periodistas han reconocido la influencia de Villegas en su carrera. Entre ellos están Jaime Clara, quien ayer fue de los primeros en confirmar la triste noticia.

“Fue un hombre de radio, un hombre de prensa, un hombre bueno y de los periodistas con más humor que he conocido en mi vida”, le dijo Clara a El País. “Destaco lo de bueno porque parece que la bondad hoy no es un valor que rinda y para mí es de los valores supremos que hay que seguir defendiendo”.

Villegas fue quien le dio la bienvenida a Clara a los medios montevideanos. “Con 15 años quería tener contacto con la radio y él con una paciencia infinita me llevó al estudio de grabación, me hizo leer El Día y durante tres horas, me estuvo hablando dando consejos y me dijo ‘andá a practicar y algún día nos vamos a encontrar’”, contó. Eso pasó en 1985 y hoy, Clara ocupa el horario tempranero que fundó Villegas. Y allí, dice, mantiene el tono amable del espacio. “Si tengo que definirme desde la mayor humildad trato de tener un estilo Villegas de hacer un informativo”.

La carrera de Villegas empezó a mediados de la década de 1950 en el Espectador y Radio Sport, que por entonces eran una sola empresa, como informativista y relator de ciclismo y en Broadcasting Centenario, hoy Radio Centenario, donde participó en radioteatros. Esos dos orígenes radiales, reconoció, fueron los pilares de su estilo.

En 1970 pasó a Sarandí por invitación de Jorge Nelson Mullins y allí estrenó Gigantísimo. Fue de los primeros espacios informativos del horario del que se adueñaría, las seis de la mañana.

En el equipo original del programa estaban los periodistas Mario Iván Da Rosa, Cecilia Prieto, Anibal Steffen, Raúl Barizzoni y Carlos Gómez (también estaría Jorge Arellano). Terminó como conductor principal y seguiría al frente del espacio por casi 30 años.

Su estilo era tranquilo, respetusamente coloquial y ocurrente. No sólo daba la noticia sino que la comentaba y en su tono y en su horario fue un pionero. Se volvería influyente; fundó una manera que aún identifica a buena parte de la radiofonía nacional.

Estuvo en Sarandí hasta 1999 cuando fue despedido. Inmediantamente fue contratado por El Espectador con una campaña publicitaria con la consigna “Villegas no se va”.

Allí comenzó otra etapa ilustre al frente de A las seis, Villegas que fue desde el 7 de junio de 1999 al 8 de abril de 2011. Cerraba, como le dijo el periodista Emiliano Cotelo en una entrevista ese día, “40 años de madrugones y cinco décadas largas de carrera profesional en radio”.

En esa entrevista en En perspectiva (que está en YouTube y es muy ilustrativa: muchos de los datos de esta nota fueron tomados de esa charla) contó que se levantaba todos los días de programa a las tres y media de la mañana. Llegaba a la radio antes de las cinco pero el trabajo empezaba el día anterior a la tarde.

Desde su retiro, mantuvo un bajísimo perfil y, es de esperar, horarios menos tiránicos.

Ayer, el reconocimiento de sus “discípulos” y el recuerdo de sus oyentes marcaron la despedida de un hombre fundamental en la historia de la radio uruguaya. Su voz y sus maneras son una parte de la identidad nacional. Fue quien nos enseñó que lo primero que hay que hacer al despertarse es estar informados. Y esa costumbre aún no se ha perdido.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

obituario

Te puede interesar