Redacción El País
La llegada de la China Suárez a Argentina le ha devuelto el picante a uno de los escándalos más comentados del último tiempo, sobre todo después de que la actriz fuera a una entrevista con Moria Casán y asegurara que cuando conoció a Mauro Icardi estaba "enterrada" por lo mal que lo había pasado en una relación anterior.
Se refería a Benjamín Vicuña —no lo nombró, pero lo admitió cuando La One le lanzó su nombre— y dijo sobre él que no se sentía querida ni deseada en la relación, y que eso le había pasado factura. La China y Vicuña estuvieron juntos seis años y tuvieron dos hijos, Magnolia y Amancio.
El actor chileno, que ha cultivado un perfil bajo más allá de los escándalos mediáticos que lo han involucrado, se hartó de la situación y se mostró como nunca antes en una nota con Sálvese quien pueda (América), cuando un movilero lo interceptó. Él accedió a dialogar algunos minutos, visiblemente incómodo, y aseguró: "Todo esto no depende de mí, ¿qué puedo decir? Estoy con mis hijos, mi laburo, es un montón. Ya estaría bueno. (Los periodistas) Van a mi casa, vienen al trabajo, sé que no tiene que ver con ustedes, pero no entiendo tampoco lo del otro lado. Me parece triste, supertriste".
Luego dijo: "Es intimidad, fueron seis años, dos hijos hermosos, mucho amor. No entiendo por qué tener que estar hablando de esto, no entiendo por qué del otro lado se insiste sobre lo mismo", sin nombrar a la China.
Pero a medida que avanzó la nota, el tono y la intensidad de las palabras de Vicuña fueron subiendo y finalmente definió a la situación como "patética". Si la China estaba enterrada en la relación "me da mucha pena. Me imagino que ninguno de los dos nos dimos cuenta", lamentó.
"Es supertriste, como cualquier separación. No voy a ahondar más, no quiero, no puedo, me da mucho pudor", se resguardó, pero fue enfático: "Acá nadie mató a nadie, es una pareja que decidió separarse. Todo esto me parece muy raro, muy triste, muy patético".
Ante la insistencia del periodista y mientras intentaba retirarse del lugar, Vicuña insistió en que "no sé por qué necesitan hablar tanto" y reconoció su molestia con El Trece, el canal en que trabaja y donde se hicieron las dos entrevistas a Eugenia Suárez, primero la de Mario Pergolini y luego la de Moria Casán: "Más que doler, es no entender. No entiendo nada".
Finalmente, el actor chileno aseguró que trató de ser "conciliador" con su expareja y que lo único que quiere es cerrar este momento de tensión. Y antes de irse, advirtió: "Yo puedo llenar de cautelares, pero no lo hago porque pienso en la buena fe de las personas y en el criterio", aunque deslizó que no sabe hasta cuándo mantendrá esa postura. Su última frase fue letal: "Estoy hasta acá de que hablen de mis hijos".
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