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Aldo Martínez sobre su carrera y su presente: "La televisión era impensada para mí"

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Aldo Martínez. Foto: Leonardo Mainé

ENTREVISTA

Esta noche, el actor, conductor y cantante reestrena su unipersonal "Aldo al 100" en Sala Teatro Arocena. Antes, dialogó con El País.

Aldo Martínez tiene clara la intención de Aldo al 100, el unipersonal que reestrena a las 21.30 en la Sala Teatro Arocena. No se trata solo de repasar su vida a través de sus personajes más populares; esta es una historia de superación. “No digo que todos tengan el sueño de cantar y de subirse a un escenario, pero sé que muchos se pueden sentir identificados con el lugar del niño que desea cumplir su sueño. Esta es una historia de vida que le puede pasar a cualquiera”, dice desde uno de los sillones de la cantina de Canal 10.

Es un miércoles al mediodía y Martínez -un histórico carnavalero, cantante tropical y hasta ganador de Masterchef Celebrity- se prepara para una nueva entrega de El show de la tarde, el magazine que, desde el año pasado, conduce junto a Paola Bianco. “Mi historia se va escribiendo todo el tiempo y eso es lo que más me atrapa como artista”, comenta, casi gritando, para imponerse a las conversaciones de las otras mesas.

Y la reestructura de Aldo al 100 es un buen ejemplo de un camino que se expande. El espectáculo se estrenó a finales de 2019, pero aún le faltaban tres hitos en su camino. Todo se debe a su personaje de El Guasón, que deslumbró al público de los parodistas Nazarenos en el carnaval 2020. “Ese fue un disparador para lo que vino después”, dice en referencia a lo que sería su participación en la primera temporada de Masterchef Celebrity. "Gracias a eso me invitaron a participar del programa y ahí me pidieron mostrar al Aldo de casa y de barrio", relata. "Eso hizo un click y luego me llamaron para conducir El show de la tarde. Era impensado porque para mí la TV era solo ir a dar una nota".

Por eso, para este regreso -que se verá podrá ver hoy y el viernes 19-, sintió que debía agregar esos tres capítulos al guion. "Saqué al Manos de Tijera y ahora entra El Guasón, que además deja una reflexión sobre la salud mental", adelanta.

Aldo Martínez. Foto: Leonardo Mainé
Aldo Martínez. Foto: Leonardo Mainé

Pero, eso sí, hay varios inamovibles. Aroldo, Alfredo Zitarrosa, Carlos Solé, China Zorrilla, Evita Perón, Fosforito, Homero Simpson y Tabaré Vázquez -que interpretó este año en Zíngaros- son los encargados de reconstruir cada etapa de la vida de Aldo. “Todos tienen una relación con la historia, pero siento que también forman parte de la vida de la gente que va a ver el espectáculo”.

Martínez dice que le tiene cariño a cada uno de sus personajes -“hasta el más chico porque ahí comenzó todo”, asegura-, pero si tiene que elegir a uno con el que conecte de verdad, no duda en su respuesta. “Fosforito era el clown y el duende por excelencia. Era un tipo muy resiliente y yo lo veía disfrazado de Chaplin caminando por 18. Es una gran postal de Montevideo”.

Sobre el reestreno de Aldo al 100, que tiene entradas a la venta por 550 pesos en RedTickets, Martínez dialogó con El País.

—¿En qué características de Fosforito te vas más reflejado?

—En la del tipo común. Yo siempre fui muy de barrio y me rebuscaba siempre, como él. Otra cosa que tenemos en común es que me arriesgué, en un momento de mi vida, a intentar vivir de lo que me gusta y soy muy agradecido de eso. Dicen que el artista no puede vivir sin el aplauso del público y lo que busco, como decía Fosforito, es llamar la atención de la gente para sacarle una sonrisa. Eso es lo que más nos une.

Aldo Martínez. Foto: Nico Azaretto
Aldo Martínez. Foto: Nico Azaretto

—¿De dónde surge esa necesidad de hacer reír al otro?

—Es algo que me acompaña desde mi infancia. Yo me crié en Belvedere, Nuevo París y La Teja, que eran barrios muy carnavaleros, y me gustaba mucho la guitarra. Al principio, mi familia no me daba mucha bolilla cuando decía que gustaba la guitarra pero con el correr del tiempo me enteré de que mi madre fue profesora de piano, que mi abuela tocaba el violín y que mi abuelo fue tenor del Sodre durante muchos años. Ahí entendí por dónde venía mi faceta artística, pero no comprendía por qué, con tantos artistas en la familia, me decían que no me dedicara a esto.

—¿Y quién te terminó dando, en el momento en que más lo necesitabas, la confianza para apostar por el arte?

—Al final fueron mis padres. Una vez sorprendí a mi madre de una manera especial que cuento en Aldo al 100 y ahí empezaron a apoyarme. Ellos tuvieron mucho que ver en las decisiones importantes de mi vida, en especial cuando tuve que hacer un click grande para decidir si seguía trabajando o me dedicaba al arte. Es que fui laburante desde chico... (hace una pausa) en realidad, yo quería ser veterinario pero no pude ingresar a la facultad porque tuve que salir a trabajar. Pasé por una fábrica de lentes, fui sopletero, trabajé en una fábrica de curtiembres, vendí libros para profesionales en el interior y hasta trabajé en dos jugueterías y una cadena de supermercados. Lo mío eran las ocho horas y cantar cuando podía, pero el cambio llegó cuando entré a Sonora Palacio y tuve que dejar de trabajar porque no me daba el físico. En ese momento, mi viejo fue el que me bancó y me dijo: “Sos joven. Lo peor que te puede pasar es que vuelvas a trabajar”. Estas cosas las cuento en Aldo al 100 y siento que estas pequeñas historias pueden hacer que la gente se sienta identificada.

Aldo Martínez y Pinocho Sosa. Foto: Archivo El País
Aldo Martínez y Pinocho Sosa. Foto: Archivo El País

—Es que, al final, se trata de la lucha por cumplir un sueño.

—Claro, porque yo siempre soñé con subir a un tablado y me gustaban los parodistas. También tenía admiración por (Miguel) “Pendota” Meneses y terminé saliendo con él en carnaval. Fui cumpliendo sueños con otro gran amigo, el “Pinocho” Sosa, que era mi hincha número uno cuando iba a los festivales de folclore o de tango. Después entré a Sonora Palacio por no dejar pegado a un amigo que me fue a buscar y al final pasamos por todos los géneros y cambiamos un poco la historia de la música tropical. Al final, todos esos sueños se van cumpliendo y esta es una linda excusa para que la gente vea que si realmente cree, busca, tiene consistencia y no baja los brazos, puede cumplir los suyos.

—Recién hablaste de la importancia de la identificación. ¿Qué sentís que tu público ve en vos como para que conecte tanto contigo?

—Mirá, en Masterchef Celebrity, por ejemplo, siento que la gente vio al Aldo Martínez terrenal. Yo soy así siempre y creo que de ahí me dieron la posibilidad de hacer El Show de la Tarde y de mostrarme espontáneo y auténtico. Omar Gutiérrez decía que él era un periodista de cercanía y yo voy por ese lado. El carnaval me permite lograrlo y ahora me pasa con el teatro, que es algo nuevo para mí. Igual, yo soy muy autoexigente y me gusta ponerme a prueba. Sé que no a todos les tienen que gustar lo que hago, porque a mí me pasa lo mismo con otros artistas, pero lo que tengo claro es que siempre voy a buscar la forma de hacer que te guste algo mío o, al menos, darte la posibilidad de hacerte rever tu decisión.

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