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Desde Rusia con mucha elegancia

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Fue excelente la elección de este magnífico festival de música rusa así como la invitación a un músico ruso como Yuri Sobolev para dirigirlas, ya que nadie podría interpretarlas mejor que alguien nacido en esa tierra.

Se inició la velada con las "Danzas Polovtsianas" de la ópera El Príncipe Ígor de Aleksander Borodin. Si bien la ópera quedó inconclusa, las danzas sí fueron perfectamente orquestadas por el autor.

Fueron estrenadas en San Petersburgo el 27 de febrero de 1879 bajo la dirección de Rimsky Korsakov. La segunda es la más conocida y su popularidad hizo que fuera usada para comerciales de televisión, por ejemplo.

Sobolev ofreció una versión sumamente convincente, destacándose especialmente la riqueza de matices y la potencialidad sonora que logró de la orquesta.

Luego se escucharon las Variaciones sobre un tema rococó para violoncello y orquesta de Tchaikovsky teniendo como solista a Stanimir Todorov. Estas variaciones nacen durante la estadía del compositor en París en diciembre de 1876. Presentan un choque entre el mundo galante y efusivo preclásico y la sensibilidad romántica. A diferencia de la mayoría de las obras de este autor ésta es más contenida. El sonido que Todorov extrae del violoncello, no es el de un mero virtuoso pues desde el pianísimo hasta el fortísimo su sonido consigue mantener la misma nobleza. Para Todorov el virtuosismo es un complemento al servicio de la expresividad esto se pudo apreciar en su magnífica interpretación de las variaciones de Tchaikovsky la que será muy difícil de superar. El público reconoció esto ovacionando al solista que tuvo que salir varias veces a saludar.

El artista búlgaro ofreció como bis, "El Cant dels Ocells", hermosa canción antigua catalana que transcribiera para violoncello el genial Pablo Casals. Como cierre se escuchó la suite sinfónica "Sheherezade" de Rimsky Korsakov. Con este brillante final Sobolev mostró que no son necesarios los gestos superfluos, ni los efectismos visuales para conseguir buenos resultados de una orquesta. En él todo es elegancia y fineza ,con su gesto sobrio y preciso comunica en forma sencilla su intención interpretativa.

Director: Yuri Sobolev. Solistas: Stanimir Todorov (violoncello) y Daniel Lasca (violín). Programa: Danzas Polovtsianas de Borodin, Variaciones sobre un tema rococó para violoncello y orquesta opus 33 de Tchaikovsky y Suite Sinfónica "Sheherazade" opus 35 de Rimsky-Kórsakov.

MÚSICA

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