Un festejo multiplataforma y por partida triple. Eso es lo que propone Peyote Asesino para celebrar, justamente, El Peyote Asesino, su disco debut, que cumple 30 años. Este sábado, la banda volverá a la Sala del Museo con un show especial: por primera y única vez tocará el álbum entero y en orden, fiel a las versiones originales. Después, abrirá el arco y repasará otros clásicos de su repertorio.
Las entradas se venden en RedTickets a $1.200. La apertura estará a cargo de Catatumbo, banda referente del post-hardcore montevideano.
En paralelo al concierto, hay otras dos formas de celebrar el disco que incluye temas emblemáticos como “Todos muertos” y “Peyote Asesino”. La primera es el libro que el periodista Pablo Izmirlian publicó recientemente en la ineludible Colección Discos de Estuario Editora, donde reconstruye el origen del grupo y repasa cada canción desde la mirada de sus protagonistas.
La segunda llega hoy a las disquerías: una reedición en vinilo que, a diferencia de la de 2021, es una remasterización a cargo de Julio Berta que incluye un fotorreportaje de Matilde Campodónico sobre las sesiones de grabación, y un texto de Andrés Torrón que sitúa el impacto del álbum en la música uruguaya de mediados de los noventa. La remasterización también estará disponible en plataformas digitales.
El martes, Juan Campodónico, Fernando Santullo, Pepe Canedo y Carlos Casacuberta repasaron la historia de El Peyote Asesino en una charla moderada por Belén Fourment, periodista de El País. “La música del Peyote resultó ser muy noble, en el sentido de que aguantó, de formas inexplicables, el paso del tiempo”, comentó Santullo en el encuentro celebrado en Inmigrantes. “Vos hacés música porque conectás con alguien, y mientras eso tenga interlocutores, hay una razón para hacerlo”, agregó sobre la vigencia del grupo.
Al respecto de lo que implica reencontrarse con temas como “Wanker” y “Chupando la cuchara” —que no tocaban hace años—, Campodónico dijo: “Es como reconectar con quien era uno en ese momento y con las cosas que hacíamos musicalmente en esa época. Son 30 años, que parece muchísimo, pero se siente como si fuera ayer; hay un montón de cosas que no cambiaron”.
Casacuberta aseguró que “la energía y lo visceral” definen el ADN musical del grupo y que esos elementos permanecen inamovibles. “La identidad de la banda ya estaba en ese primer disco”, agregó Santullo. “Capaz que no perfectamente realizada, pero ya estaban todas las cosas que se iban a desarrollar en trabajos posteriores y para otros lugares”.
Al hablar de los recursos que son “marca de la casa” del Peyote, el rapero enumeró una serie de aspectos que también le dieron forma a Serial, el disco de 2021 que selló su regreso: “contundencia rítmica, distorsión, elementos de la electrónica y una mezcla entre un estribillo que se pueda cantar con un espíritu de investigación”.
Allí radica, según Santullo, el punto clave del grupo: “El Peyote es un laboratorio donde tenés un enorme campo hacia adelante, pero no tenés ningún problema en mirar hacia atrás cuando haga falta”.
-
La primera mujer que llenó el Centenario: 40 años del show de Mercedes Sosa que hizo posible Víctor Hugo Morales
Adonde lo lleve la música: Diego Drexler y el recorrido detrás de "Caminar", el disco que cambió sus formas
40 años de "Locura": la historia del álbum que consagró a Virus y que se celebrará por completo en Uruguay