Redacción El País
La expectativa sembrada alrededor del nuevo disco de Milo J fue superada con creces con el estreno de LA VIDA ERA MÁS CORTA, que nació con el consenso de la crítica: es uno de los álbumes más importantes de la música argentina del último tiempo y quizás el más relevante del año en la región.
Entregado de lleno a la recuperación del patrimonio folclórico, pero sin dejar de imprimirle modernidad y un tono propio del siglo XXI, el artista de 18 años que se consolidó como la gran revelación de la escena urbana conecta sus múltiples inquietudes en un repertorio profundo en el que se destacan la aparición de Mercedes Sosa y el aporte de la murga uruguaya Agarrate Catalina.
Milo J y la Catalina colaboraron por primera vez en 2023, cuando la murga lo acompañó en la ceremonia de los Latin Grammy en su reinterpretación de la sesión que grabó junto al productor Bizarrap. Desde entonces, se han cruzado en vivo en reiteradas oportunidades, tanto en Argentina como en Uruguay. Se debían el encuentro en el estudio y este disco fue el terreno más apropiado.
La murga le aporta un matiz folclórico uruguayo a varias de las piezas del disco, con arreglos corales más o menos explícitos. En algunos casos, como en el tramo final de "Gil", su colaboración con Trueno, o en "Ama de Mi Sol", cuya introducción son versos de "Giros", de Fito Páez, cantados por Nicki Nicole, los aportes de la Catalina están más subrayados. Pero en otros casos, como en "Recordé" o "Cuando el agua hirviendo", los coros aparecen de manera muy precisa, dando una pincelada sutil que completa la paleta de las canciones.
LA VIDA ERA MÁS CORTA es un disco doble, aunque la primera parte tiene 11 canciones y la segunda solo cuatro. Es un trabajo sobre la identidad, la memoria y lo ancestral, producido por el propio Milo con Tatool y Santiago Alvarado, con varias presencias destacadas. Además de Trueno están Soledad Pastorutti en "Lucía", Paula Prieto en "MmmM" y la chilena AKRILLA en "Llora Llora", todos en la primera parte.
La segunda parte solo incluye colaboraciones, bien distintas entre sí: están Radamel en un tema que lleva su nombre, los emblemáticos folcloristas Cuti y Roberto Carabajal en "El invisible" y el trovador cubano Silvio Rodríguez en la bellísima pieza "Luciérnagas", pero la atención se la roba el poderoso cierre con Mercedes Sosa. Su presencia, posible a través de fragmentos de estudio, eleva "Jangadero", un tema de Jaime Dávalos, y en el encuentro de sus propios graves con los de Milo traza el puente generacional que busca este disco, que además toma cánticos de pueblos originarios en una oda a la compleja y más profunda identidad argentina, pero también latinoamericana.
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