Milo J es un faro generacional con 18 años, sufrió la censura y vuelve a Uruguay para su segundo Antel Arena

Este viernes, el artista de Morón regresará a Montevideo con un show que incluirá canciones de "166 – Deluxe Retirada", la versión extendida de su último disco, editado la semana pasada. Los detalles.

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Milo J.
Foto: Captura de Instagram @milo.j.

Tiene 18 años y hace rato que se volvió un faro generacional. Con una voz profunda y ancestral —como si viviera su séptima vida—, Milo J se mueve con naturalidad entre el fraseo vertiginoso donde dispara las verdades más crudas y un canto aterciopelado que desnuda sus miedos más profundos. No es solo un fenómeno con 15 millones de oyentes mensuales en Spotify, sino un artista que entiende la música como un concepto integral.

Sus discos, sus shows y sus videos no son piezas aisladas, sino partes de una búsqueda estética y narrativa poco común en la música urbana —un género tan amplio como su propia propuesta—, tan inusual que le valió el elogio del público y sus colegas, pero también lo dejó en el medio de una situación vista como censura.

Camilo Joaquín Villarruel, que este viernes actuará por segunda vez en el Antel Arena (aún hay entradas en Tickantel desde 1.700 pesos), no solo grabó hits con figuras como Nicki Nicole, Bizarrap y Duki, sino que su propuesta también se asienta sobre la rica tradición del rock rioplatense. En su debut en el Arena, en abril del año pasado, estructuró su espectáculo en torno a recitados de Facundo Cabral, y reforzó ese diálogo con el cancionero local al invitar a Emiliano Brancciari y Agarrate Catalina para interpretar “Clara”, “Negra Murguera” y “Montevideo”.

Con la murga uruguaya también cantó en los Latin Grammy de 2023 y en varios de sus conciertos, incluyendo el recital que ofreció en octubre en el Estadio de Morón —su ciudad natal— para celebrar sus 18 años. En esa ocasión, además, invitó a Nito Mestre para versionar “Canción para mi muerte”, de Sui Generis. El momento quedó inmortalizado en el álbum en vivo 18.

Días atrás, en diálogo con El País, Mestre recordó el encuentro. “Me quedé asombrado con su show, que más que nada parecía un festival. Armaron canciones con un coro de niños, otras con cuarteto de cuerdas, y escuché una zamba que terminaba en rap. Pensaba quedarme a ver un tema, pero me sorprendió tanto que me quedé ocho. Eran 30 mil personas cantando sus letras de pe a pa”, relató. “Hace poco lo felicité porque cantó con Tini y están muy bien las voces octavadas”, agregó en referencia a su balada “Lo que me causa”. “Me gusta cuando los pibes van creciendo, y aunque yo insisto con que el reggaetón no me va, este pibe hace otra cosa”.

Su intercambio con Mestre no fue el único con un miembro de Sui Generis. La semana pasada, Charly García se comunicó con él para solidarizarse tras la suspensión de la pre-escucha gratuita de su disco 166 – Deluxe Retirada, que iba a realizarse en el Museo de la Memoria, un excentro clandestino de detención, tortura y exterminio que funcionó durante la última dictadura argentina. El evento fue cancelado horas antes por un operativo que incluyó a la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, en una acción que fue denunciada como censura. “Quedate tranquilo, ¿sabés las veces que me censuraron a mí cuando estaba en Sui Generis?”, le escribió Charly.

La escucha, que esperaba reunir a 20 mil personas, tenía un significado especial para Milo J: su abuela fue víctima del terrorismo de Estado. Según relató en un video tras la suspensión, “el Gobierno nacional mostró papeles y datos de salud, de planes de evacuación, que eran falsos. De salidas de emergencia que sí están, que dijeron que no estaban. Un montón de cosas que se las llevaron a una jueza y nos suspendieron el evento porque ya sabemos cómo funciona todo esto”. Rápidamente, colegas y seguidores salieron a apoyarlo. Entre ellos, Emiliano Brancciari, quien le dedicó el reciente show de No Te Va Gustar en Cosquín Rock, en Córdoba.

A pesar de lo ocurrido, el argentino publicó el miércoles pasado la edición extendida de 166, cuyo título se inspira en el ómnibus que se tomaba desde Morón para ir a Buenos Aires a grabar canciones. “El colectivo representa mucho esa etapa de buscármela independientemente, salir del colegio, subir al bondi y arrancar a golpear puertas”, le dijo a Rolling Stone tras su salida.

El álbum, además de celebrar sus raíces, presenta una serie de fotografías sobre su entrada al mundo de la adultez que se entrelazan con confesiones sobre la presión que rodea a su figura. “Antes de los 20” es una de sus declaraciones más firmes. La canción, un trap con tintes electrónicos, se inaugura con un audio grabado cuando era niño. “Y muchos dicen que tengo un montón de libertad, pero no, no tengo nada comparado con lo que quiero”, se oye al arranque. Cuando su madre le pregunta: “¿Y qué querés?, el cantante se lanza a un honesto diálogo con su pasado. “De no ser Cami por ser cantante (...) Hoy toca descansar, / Esta vida va a 220 y muy antes de los 20, / No sé cómo va a afectarme”, admite.

En “Retirada”, que abre la versión de lujo del álbum, redobla esa mirada cruda. “Por todos los días, / Por todas las noche’ despierto, / Busco la tranquilidad, / Porque sé que la felicidad es un momento”, dispara sobre un beat de tintes electropop que pasa desde un fraseo sumamente percutivo a la calma de una plegaria.

Ese cuestionamiento sobre su presente y la inquietud ante el futuro, como si su obra fuera una bitácora emocional, han sido una parte clave de su pluma. “Al principio hablaba sobre que me quería pegar y darme los gustos que nunca pude”, contó en su entrevista con Rolling Stone. “Creo que todo cobra sentido con el tiempo y supongo que no es coincidencia. Me sirve de desahogo ya que no siempre logro comunicarme con simples palabras. Creo que todavía no perdí eso”.

En el show de mañana en el Antel Arena, Milo J interpretará varias de esas canciones introspectivas y las hará dialogar con éxitos como “Rara vez”, “El bolero”, “M.A.I.” y su sesión con Bizarrap. Tal como demostró en su anterior concierto en el estadio cerrado, su propuesta en vivo se mueve entre las baladas acústicas como “Carencia de Cordura” y “Sincera Te”, y segmentos de un trap agresivo que dispara energía contagiosa. El recital tendrá campo de pie, por lo que se recomienda llevar ropa cómoda para quienes quieran animarse al pogo. Aunque Agarrate Catalina no está anunciada, es probable que sorprenda con un guiño uruguayo.

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