"Este concierto está pensado para la gente que me sigue desde final de siglo. Es la oportunidad de recuperar en conjunto el placer que nos dan estas pequeñas canciones”. Con estas palabras, Melingo adelanta lo que se verá este viernes en La Trastienda, cuando el argentino regrese a Montevideo para interpretar las canciones de Tangos Bajos y Ufa!, dos discos fundamentales en su carrera solista.
El primero, editado hace 25 años, fue el que definió su interés por el proto-tango, que define como “el tango más africano, de principios del 900”. Con figuras como Edmundo Rivero, Ángel Villoldo y Julián Centeya como referencia, en 1998 el exmiembro de Los Abuelos de la Nada, Los Twist y Lions In love se sumergió en un proyecto que reformuló su personalidad musical.
Y si bien es cierto que en su momento reemplazó el rock y el reggae por el tango y la milonga, en esencia su búsqueda fue la de siempre. “Tangos Bajos tiene el interés por utilizar y repertir lo que yo venía haciendo con el rock: la fusión de géneros”, explica. “Mi intención primeriza era usar el proto-tango como un mixer a un montón de posibilidades tímbricas y estéticas que había aprendido con, por ejemplo, Lions In Love”.
Melingo recuerda con claridad el origen del proyecto. En 1997 condujo Mala Yunta, un ciclo del canal Sólo Tango, en el que músicos provenientes del rock interpretaban clásicos tangueros. Los episodios se encuentran en YouTube y por allí pasan artistas como Ricardo Mollo, Pipo Cipolatti, Fabiana Cantilo, Palo Pandolfo y Claudia Puyó.
Además de trabajar en Mala Yunta, ese año compuso “Ayer”, la canción que inauguraría el proceso creativo de Tangos Bajos. En ese sentido, la presencia de Fernando Samalea, el baterista y bandoneonista que tocó con Charly García y Gustavo Cerati, fue clave. “Le mostré las canciones y gentilmente se vino con su bandoneón a casa para sacar las melodías; me dijo: ‘estos temas los tenemos que grabar’”, rememora.
“La sustancia” del álbum, según define, quedó en manos del lunfardo fundacional que Edmundo Rivero rescató en los sesenta y los setenta con discos como Lunfa Reo. “El hilo conductor de Tangos Bajos es el lunfardo, el idioma literario con el cual construimos el tango-canción”, explica. “No solo es un argot del Río de la Plata que hace inversión silábica y toma palabras de otros idiomas que se resignifican en el nuestro; es el argot de los barrios bajos -también carcelario- y un conjunto de voces y técnicas que me sugerían un escenario y un clima para contar historias”. Así es como delineó a los personajes de canciones como “El Narigón”, “Leonel, el Feo”, “Noche transfigurada” y “José, El Cuchiyero”, que se volverían clásicos de su repertorio.
Tangos Bajos se publicó en 1998 y Ufa! llegaría dos años después, pero, según explica Melingo, el álbum proviene “de la misma camada de canciones de ese embudo de final de siglo; todas surgieron como un borbotón”. Su búsqueda tanguera continuó con trabajos como Corazón y hueso (2011) y Linyera (2014), pero fue la reedición de Tangos Bajos en vinilo lo que lo motivó a reencontrarse con esas canciones.
“Un grata persona que es fanática de ese álbum tiene un sello artesanal en California que se llama Calar Music y se le ocurrió reeditarlo”, relata. “Fue una alegría, además de que yo tenía ganas de reivindicar esas canciones”. Por eso presentó shows en Buenos Aires con ese repertorio y el viernes llegará a La Trastienda por invitación de su director, Danilo A. Sueiro. “Me contó que la sala cumplía 15 años, y como toqué ahí muchas veces, se dio forma al concierto que va a ser una conjunción de Tangos Bajos y Ufa!”.
Las entradas se venden en Abitab y los precios van de 1600 a 2700 pesos. El argentino estará acompañado de un trío de guitarra criolla, bandoneón y contrabajo; además participarán los cantantes Maxi Prietto y Julieta Lasso.
“Le tengo especial debilidad y cariño al público uruguayo porque siempre superan mis expectativas”, asegura Melingo. Y este viernes será momento de demostrarlo una vez más.