La propia discoteca
Sobre el disco Erotica de Madonna, un mojón en su destacada carrera.
Qué se puede decir de Madonna, salvo que es un camaleón que ha sabido aprovechar cada oportunidad para cambiar de piel, llegando a adelantarse a su tiempo como lo hizo en el disco Erotica, un compendio de las distintas personalidades de la diva, donde cuenta placeres y fantasías propias, y que llegó mucho antes del boom de lo erótico.
El disco, que comienza con Madonna diciendo “Mi nombre es Dita, seré tu amante esta noche”, no solo presenta a ese alter ego de la cantante, con el que cuenta sobre los límites del placer, sino que suena como si fuese cantada en un callejón de Nueva York, mientras la música intoxicante y como alquitranada se queda pegada, como un chicle en el zapato.
Erotica es un disco del que se desprenden muy buenas canciones que se pasean entre el pop y el dance como “Deeper and Deeper”, con sus sonidos saturados y esos cambios de voz de Madonna; “Bye Bye Baby”, donde la diva apela a aquella voz chillona que la había hecho conocida con “Material Girl” casi una década antes; o “Rain” que llega casi al final, como un bálsamo para cerrar el disco.
El disco fue otro mojón para la carrera de Madonna, como antes lo había sido Like a Virgin y después lo sería Ray of Light. Qué no me vengan con Taylor Swift o The Weeknd: los lectores de Cincuenta sombras tienen en este disco la banda sonora perfecta para la lectura.