Cristian Castro se presentó este domingo en el Antel Arena, para dar su primer recital en Uruguay desde que se instaló en el país. Fue una fiesta a la que no le faltaron los hits que se prometían —estuvieron todos—, inconvenientes varios y serios con el sonido y hasta una invitada que cerró la noche con inesperado protagonismo: Florencia Infante.
La comediante y conductora uruguaya es una confesa fan del cantante mexicano. Integró un muy reducido club de fans durante su adolescencia, incorporó sus canciones a su espectáculo de amor y finalmente logró que Castro la fuera a ver actuar al Undermovie. Era una suerte de sueño cumplido.
Pero este domingo, el encuentro tuvo un segundo capítulo y a mayor escala, con varios miles de personas como testigos. Es que cuando estaba a punto de cerrar el recital, ya con los bises por delante, Cristian Castro anunció que quería invitar al escenario a una artista uruguaya, de quien elogió el talento y la dulzura. Entonces convocó a Flor Infante para que lo acompañara a bailar "unas cumbias", un enganchado formado por las canciones "Si me ves llorar por ti", "Amantes de ocasión" y "Una y mil veces".
Así, Infante apareció en escena de jean y remera, escoltada por Gonzalo Cammarota, quien se quedó a un costado en el escenario y registró toda la curiosa secuencia, para compartirla de inmediato en sus redes.
Florencia Infante quedó al medio del escenario y acompañó a Castro improvisando pasos de baile y siguiendo las letras de las canciones desde los teleprompters ubicados a lo largo de la escena. En algunas ocasiones bailaron juntos, de la mano, y él le dio la clásica vueltita; en la mayoría de los momentos, el mexicano siguió con su show y dejó a la uruguaya defendiéndose por sus propios medios, y sacando ventaja de su humor.
La conductora de TV Ciudad no disimuló la extrañeza que generaba tal situación, pero se animó a entablar diálogos musicales con el protagonista de la noche y a gesticular con gracia en busca de la complicidad del público. Él la incluyó en el saludo final y le dio un abrazo; ella, apenas pudo, aprovechó para correrse del foco y terminó la noche aplaudiendo desde el costado.
Fue el toque más uruguayo de la noche, la improvisada sorpresa de una fiesta pop que demostró que, en el público local, Cristian Castro todavía sabe cómo despertar intensas pasiones.