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Karol G, la reina latina que se volvió símbolo de poder y trae a la región una de las mejores giras del mundo

Mientras Karol G rompe récords en América y Europa con su "Mañana será bonito Tour", sus fanáticas aseguran que ella representa todo lo que significa ser mujer latina. Retrato de uno de los grandes fenómenos pop del momento.

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Texto de Belén Fourment y video de Mateo Vázquez, enviados a Los Ángeles
Ser mujer y ser latina: eso, dicen sus fanáticas, es la columna vertebral del fenómeno Karol G. Ser mujer y ser latina: eso es lo que la volvió un ídolo de generaciones, un faro, una referencia pop internacional. Ser mujer y ser latina: por eso, porque su obra funciona como un lugar de encuentro de un montón de chicas que en algo se le parecen, Karol G está en la cima. Porque para su público, su música es la única inyección de empoderamiento que se necesita. Lo único que hace falta para convencerse de que el miedo no existe.

Eso dicen, el 18 de agosto de 2023, las fanáticas que llegan en masa al Rose Bowl Stadium de Los Ángeles, este recinto en el que la colombiana está a punto de hacer historia como la primera latina en agotar dos funciones. Cuando cierre su paso por Pasadena, 120 mil personas la habrán visto bailar, cantar, beber, gritar, reírse a más no poder, llorar al borde del ahogo, resplandecer como solo parecen hacerlo los diamantes.

Es apenas un número detrás del Mañana será bonito Tour, la formidable gira que aterriza en la región y es, hoy, una de las mejores del mundo.

Con este espectáculo, inaugurado el 10 de agosto en Las Vegas y con el foco puesto en su disco Mañana será bonito de 2023, Karol G (Carolina Giraldo, 33 años, de Medellín) se calzó el traje de pionera. Desde entonces ha conseguido los conciertos con mayor recaudación de la historia para una artista latina (más de 25 millones de dólares en las fechas del Rose Bowl), y se ha convertido en la primera mujer latina en llenar el Levi’s Stadium de Santa Clara y, por partida doble, el MetLife de Nueve Jersey; la primera mujer en agotar tres funciones en el Estadio Azteca de México y la primera en conseguir cuatro sold out en el Santiago Bernabéu madrileño, donde actuará en julio. En Costa Rica, con 104.686 tickets, rompió el récord nacional de venta de entradas que hasta ahora tenía la banda Coldplay.

Hay más: Karol G es la primera latina en hacer una gira por estadios. Del 10 de agosto en Las Vegas al próximo 23 de julio en Madrid, la colombiana habrá hecho 62 recitales entre las Américas y Europa. La parada en Uruguay, el país donde en marzo de 2020 hizo su primer show en un arena y al que también vino para cantar en la renovación de votos de Luis Suárez y Sofía Balbi, cuando esta fama desbordante todavía era una fantasía, estuvo a punto de concretarse.

Estará cerca: el viernes, sábado y domingo se presentará con entradas agotadas en el Estadio Nacional de Chile, en Santiago y con producción de Bizarro Live Entertainment; el 26 y 27 estará en Vélez, en Buenos Aires; el 2 de mayo en Asunción del Paraguay y el 10 en San Pablo, Brasil, donde pondrá fin a la recorrida latinoamericana que empezó a inicios de febrero.

Tendrá un mes de respiro antes de llevar su show a Suiza, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Francia, Italia, Bélgica, Portugal, España. Entonces coronará el año más estelar de su carrera, este delirio rosa que empezó, un día, con un corazón roto.

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La cantante Karol G, en vivo.
Foto: Difusión

El camino hacia "Mañana será bonito"

Karol G, niña con sueños de artista que dio sus primeros pasos en un reality televisivo, lanzó su carrera en 2012 y en algún momento pensó en abandonar la música porque sus metas no se alcanzaban, había cambiado el juego con “Tusa”, la canción de 2019 que la convirtió en un hit global. De ahí en más, todo fue un ascenso que ni la pandemia frenó. En 2021 lanzó el disco KG0516 y allí incluyó “Bichota”, la canción que la rebautizaría y que le daría un nuevo significado a un término del slang boricua. Allí donde había una palabra para nombrar a los narcotraficantes de peso (bichote), Karol G encontró una forma de resumir el poder.

¿Qué es, entonces, “bichota”? En las afueras del Rose Bowl, sus fanáticas dirán a El País esto: “Bichota es ser una mujer poderosa, sin miedo. Responsable, con mucha confianza. Bichota nos da el poder que ocupamos para seguir adelante”.

KG0516 fue una cima, pero en el contraplano, la vida de Karol G un poco se desmoronaba. La fama trae esas cosas, una distancia de los afectos, la ausencia en los momentos importantes y, en su caso, el final de una relación de perfil alto con otro cantante, Anuel AA. En ese contexto empezó a tomar forma Mañana será bonito, el álbum sintetizado en el mantra que Carolina, la persona, se repetía en todos esos días en los que sentía que nada iba bien. Optimista perdida, se convencía a sí misma de que mañana iba a ser otro día, otra oportunidad. “Mañana será bonito”, decía, como una plegaria y un decreto.

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Karol G, con el pelo rosa en la era de "Mañana será bonito".
Foto: Difusión

Lanzado el 24 de febrero de 2023, el álbum la hizo la primera mujer en debutar en el número uno de la lista Billboard 200 con un disco en español (luego, fue la primera en ganar el Grammy a mejor álbum urbano). Era un relato de claroscuros a ritmo de reggaetón, pop y energía playera, una vibra clave a la hora de construir la narrativa del show, que la tiene como una inocente sirena a la que se le congela el corazón y termina convertida en una depredadora.

Ese cuento, narrado con la voz de Morgan Freeman, en aquel Rose Bowl tuvo el marco de una fantasía. Como si se tratara de su propio Disneylandia, los alrededores del estadio eran un parque temático con inflables alusivos a la estética del disco, montados como estaciones en las que sus “bichotas” —Barbies latinas de curvas ajustadas, sombreros vaqueros y botas texanas, portadoras de un glamour pegajoso hecho de brillos plateados, escotes, cerveza, látex, mariposas y cabellos rojos, fucsias, turquesas— registraban su mejor versión. Esa noche, todo iba a basarse en una sensualidad salvaje y de una picardía infantil, como si ser mujer y ser latina se tratara de empujarlo todo (el placer, el cuerpo, el dolor) hacia la intensidad. Todo iba a ser esa vehemencia que, apenas salió Karol G a escena, en una plataforma y cantando el viral “TQG que grabó con su compatriota Shakira, se deshizo en chillidos y lágrimas como un gesto de amor.

¿Cómo es el nuevo show de Karol G?

Mañana será bonito, la gira (la novena más lucrativa de 2023 en América del Norte según Pollstar), es una superproducción, un despliegue de artilugios pocas veces visto en la región. Apoyada en pantallas de ultradefinición (una semicircular al medio, dos cuadradas a los lados), ha puesto en escena estructuras gigantes (una sirena, un tiburón, una nube móvil, plataformas) y contiene a la Bichota entre 16 bailarinas, cuatro bailarines, y su larga banda de mujeres que incluye a la bajista uruguaya Patricia Ligia.

Distribuye más de 30 canciones en cuatro bloques, que se hilan por un video animado (el de la historia de la sirena Carolina) y encadenan hits con la intención de que la fiesta nunca se apague. Las pulseras luminosas convierten al público en un manto brillante y es el marco en el que Karol G demuestra y devora, con un carisma que casi opaca todo lo demás.

Están los beats irresistibles, la mayoría con el sello de su productor aliado Ovy On The Drums, están reggaetones acelerados de rimas candentes y están los lentos de aires románticos, el convite a la juerga de “Besties” o la reflexión introspectiva de “Mientras me curo del cora”, el pop sexual. El destello de sus atuendos, el perreo, su forma de cantar casi siempre serena, el momento en que avanza con su banda y deja que sus músicas se luzcan, la interacción, el fuego, los remixes que convierten todo en una noche en Provenza o Ibiza.

Y sin embargo, es imposible apartar la mirada de Carolina. Hay algo en su magnetismo, en su cercanía, en el vínculo que genera con su gente que hace pensar que si nada de eso estuviera —ni los tiburones ni las luces ni los efectos—, el encanto seguiría siendo el mismo. Quizás ser mujer y ser latina se trata de eso: del poder de seducción, de la pasión, de una energía que casi puede tocarse.

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