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Gustavo Cerati, el genio que orbitó varios mundos

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Gustavo Cerati. Foto: Archivo

Lanzamiento

Hay un nuevo disco del músico argentino, que compila una serie de colaboraciones

Hay algo de justicia poética en dedicarle esta tapa a Gustavo Cerati, dice mi editor, y es cierto. El sábado pasado escribía en estas páginas sobre El ruiseñor, el amor y la muerte, el último y buenísimo disco solista del Indio Solari, y hoy lo hago de quien fuera, más por construcción social y por definición estética que por interés propio, su némesis en el rock argentino.

Gustavo Cerati murió hace cuatro años, tras pasar cuatro años en coma, y sé que no hablo solo por mí cuando digo que dejó, en el rock y en el pop en español, el vacío más difícil de llenar. Cerati fue grande, fue inmenso, y su obra —por suerte— sigue generando instancias para ser descubierta.

El viernes, en plataformas digitales (también estará editado en CD y vinilo, por el sello Sony) y tras un anuncio hecho días atrás en redes sociales, se lanzó Satélite Cerati, un compilado de colaboraciones que el argentino hizo a lo largo de su carrera, con artistas de lo más variados, que van desde Andy Summers de Police (la banda que inspirara de manera fundamental a Soda Stereo) hasta una banda tributo a The Beatles, Los Durabeats. En el medio hay canciones que fueron muy populares, como “El mareo” en clave neotanguera con Bajofondo, y otras que no tuvieron tanta difusión y acá pueden ser redescubiertas. La hermosísima “Los libros de la buena memoria”, incluida en el disco Escúchame entre el ruido vol. 2, un homenaje al rock nacional argentino.

El comunicado oficial asegura que editar este material, reunir sus participaciones en trabajos de otros, era una cuenta pendiente de Cerati, siempre demasiado activo y ocupado en su propia música como para darse el gusto. El momento de mostrar esos distintos mundos por los que orbitó el argentino (de ahí lo de Satélite Cerati) llegó ahora, a través de 14 canciones que funcionan como otro bloque de la discografía ceratiana.

Si bien el disco se compone de 14 temas editados —con la salvedad de que esta versión de “Tráeme la noche (Bring On the Night)” no estaba en servicios de streaming—, el objetivo principal es, más allá de mantener en circulación y comercialización a la música de Cerati, reunirlos en cierto marco, como en su momento se hizo con el recopilatorio Infinito, que agrupa puntos altos de su discografía solista para facilitar el recorrido.

Infinito es, para alguien que recién llega a Cerati, supongamos un adolescente inquieto, un resumen preciso de su faceta solista, esa que construyó después de haber hecho historia con Soda Stereo, esa que terminó de hacer evidente su talento y su necesidad de aportar material valioso.

Y Satélite Cerati es como una suerte de lado B del aporte del músico desde otro lugar: desde un segundo plano, incluso cuando se trata de colaboraciones en base a canciones suyas, como “Zona de promesas” con Mercedes Sosa, que fue parte del disco Cantora 2 de la folclorista, o “Te para tres” con Luis Alberto Spinetta, registro en vivo hecho para el espectáculo y disco Spinetta y las bandas eternas.

En cada intervención, la misión de Cerati es clara: enaltecer la obra ya concebida, llevarla a un nuevo lugar.

Lo interesante de este disco, que en Spotify figura como playlist (porque casi todas las canciones ya estaban en el catálogo de la plataforma), es que abarca todas las formas que Cerati habitó a lo largo de su historia musical, así como un amplio espectro de sus intereses.

Además de su voz espléndida, de su timbre amable y frívolo, acá hay aportes en la ejecución de instrumentos y en ideas de producción, pequeños chispazos de un genio que supo acompañar a figuras importantes de la música popular (por eso aparecen un Police, Mercedes Sosa, Fabiana Cantilo, Spinetta, Santaolalla, Lito Vitale), y a otras muchos menos masivas y hasta del under. Las colaboraciones con bandas como 202, Telefunka y No Lo Soporto son reflejo de su interés por la música nueva.

Que el cierre de guitarras poderosas sea con “Tesoro” y puro optimismo, de su amigo Leo García, parece una decisión muy acertada por parte del equipo detrás de este disco. Porque ahí está concentrado mucho de lo que Cerati es: un genio que aún desde la música ya gestada, tiene margen para seguir aportándole belleza a un mundo cada vez menos lindo.

"Sep7imo dia"

La música que alimenta a un circo famoso

El sábado último, Gustavo Cerati hubiera cumplido 59 años, y que el disco Satélite Cerati haya salido a la luz apenas 24 horas antes también tiene que ver con eso. Desde su muerte, además del compilado Infinito, se han editado varios libros sobre su vida, se han hecho especiales en televisión y se ha especulado hasta con una reunión de Soda Stereo sin él. Sin embargo, lo más concreto vinculado a su legado, además de los discos, es el espectáculo del Cirque du Soleil con música de Soda Stereo -Sep7imo día. No descansaré-, que repetirá funciones en el Luna Park entre el 31 de este mes y el 9 de setiembre. Luego se irá a Rosario.

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