Bautista Mascia camina con confianza por el césped del Estadio Centenario. Ya lleva dos días atendiendo a la prensa para hablar de su actuación de mañana en la previa del show de Lenny Kravitz, así que a esta altura se mueve por el lugar con la seguridad de quien juega de locatario. Se coloca en el talud de la Colombes para hacer móviles de televisión con el escenario en construcción de fondo, y en los intervalos se cubre del sol del mediodía en el vestuario convertido en camarín. Sin embargo, no hay mucho tiempo para descansar. Mientras camina por la cancha, manda audios de WhatsApp para organizar la filmación del video de su próxima canción y organiza sus vacaciones junto a su novia, Denisse González, a quien conoció en la casa de Gran Hermano: Argentina.
Cuando se le pregunta si su nuevo lanzamiento continuará con la línea de la cumbia “Muero x decírtelo” y el cuarteto “Que te vuelva amor”, sus dos canciones tras convertirse en el primer uruguayo en ganar Gran Hermano, Mascia sonríe. “Va a ser lo que todo el mundo quiere en esta época”, responde con una carcajada. “Es una forma de que me tengan presente en su verano”, suma y, aunque no puede dar demasiados detalles —todavía no hizo el anuncio oficial—, sí le cuenta a El País que se tratará de una colaboración con músicos que se suelen “escuchar en este momento del año”.
Eso lleva a la pregunta obvia: ¿El recital de Mascia en la apertura de Lenny Kravitz va a ser de cumbia? La respuesta ya la tiene ensayada. “He visto debates en redes de por qué abro el show cuando hago otra cosa, pero si la gente se cree que voy a subir a cantar un cachengue como ‘Ya no me duele’, se va a llevar una sorpresa”, dice con una carcajada.
Es cierto que su carrera despegó en pleno furor de la cumbia pop, de la mano de Toco Para Vos y hits como “Hasta la luna”, “Solo necesito” y “Su fiel admirador”, pero desde que lanzó su carrera solista en 2020 se sumergió en un sonido que definió como “mood relajado” con tintes de R&B, beats minimalistas y letras introspectivas. En canciones como “Monet”, “París”y “Coffee” exploró su faceta de cantautor, aunque sin descuidar los ritmos urbanos que le brindaron hits como “Tu chongo de turno”, “Peaky Blinder” y “Donald”. Lo suyo es un equilibrio constante.
“Cuando arranqué mi carrera solista, lo hice con la idea de tener la libertad de jugar con lo que tuviera ganas; la idea es no limitarme”, explica. “Entonces, puedo hacer un cuarteto y después una balada acústica como ‘La canción más triste’. Me interesa que quienes me sigan sea porque le gusto artísticamente y no porque solamente les gusta un género. Puedo hacer un show de boliche en el que canto canciones sobre estar de joda, y después abrir el recital de Lenny Kravtiz con algo de pop retro que, al estar acompañado por la banda, tiene más rock”, asegura.
Su actuación de mañana iniciará a las 20.00, así que aquel que ya tenga su entrada para ver al cantante de “Are You Gonna Go My Way” y “Fly Away” y quiera conocer otra faceta del ganador de Gran Hermano, esta es la ocasión perfecta.
A días del inicio de la nueva temporada del reality, esta entrevista es una buena excusa para hacer un balance de todo lo que ocurrió en la vida de Mascia en este tiempo.
—¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando pensás en tus días en la casa de Gran Hermano?
—Me vienen muchos momentos de relajación que acá afuera no tengo. Es verdad que la casa era muy intensa y que pasaron un montón de cosas, pero la gente veía el show y el escándalo, y estuve siete meses ahí adentro. Recuerdo estar sentado en el sillón del patio, tomando mate y estar mirando a la nada, contando cuántos segundos pasaban entre que veía un avión y otro, o estar atento a los movimientos de un pájaro. Esas cosas de relajación nunca las tuve de tal forma en mi vida porque uno vive con el deber de estar haciendo cosas todo el tiempo. Y bueno, el relacionamiento con personalidades tan diferentes fue muy interesante. La idea cuando entré a Gran Hermano era crecer como artista y vivir la experiencia del aislamiento. Ahora que arranca esta nueva temporada siento que voy a revivir un montón de cosas y a acercarme de nuevo al programa, porque en estos últimos meses quería pensar en otras cosas. Naturalmente, estoy volviendo a encontrarme con el programa: el lunes voy a la primera gala y ya me llamaron para ir a hablar a programas de Argentina, y después tengo que ir a la sesión de los Personajes del Año de la Revista Gente, así que Gran Hermano siempre va a estar presente.
—¿Cómo es el trabajo interno para que tanta exposición no te afecte? Debe ser difícil enfrentarse a que todo el mundo quiera algo de vos desde que ganaste el programa.
—Sí, lo más difícil es a nivel personal porque me cruzo a un montón de gente en el día a día, y cuando estoy haciendo una nota hablo de Gran Hermano porque es parte de mi vida y sé que la gente quiere saberlo, pero muchas personas quieren tener esta conversación en lo cotidiano y eso se puede volver medio pesado. De repente, me voy a comprar algo a la esquina o me subo a un taxi y me preguntan sobre la casa, y yo siempre trato de responder con la mejor, pero cuando todo el mundo quiere algo de vos puede ser cansador. Podés acortar la charla y no querés ser mala onda, pero tampoco querés estar todo el tiempo hablando de cómo fue tu vida en la casa.
—¿Cuáles son tus lugares seguros cuando sentís que la exposición te sobrepasa? Imagino que tu relación con Denisse debe ser clave.
—Claro, porque más allá de que tenemos una relación muy linda los dos vivimos lo mismo. Entonces, ella es un lugar superseguro porque podemos estar tranquilos y no hablar directamente del tema. Lo mismo con mis amigos de toda la vida, con quienes me puedo juntar a tomar un vino y hablar de cualquier boludez. Con mi familia pasa algo parecido, pero como ahora vivo en Buenos Aires, es más difícil porque quieren saber en qué ando... El otro día festejé mi cumple e invité a los chicos de Gran Hermano; estuvo bueno porque todos hablamos el mismo idioma y nos relajamos del tema.
—La cara B de la exposición está en el hate en las redes. ¿Cómo te imponés a eso?
—Eso está, y yo lo había vivido hace un tiempo a nivel de banda. Pero ahora es muy personal porque cuando la gente me ataca lo hace directamente con mi nombre y mi cara. Hay gente que se dedica a eso, y me gustaría que le dieran menos cabida porque su victoria es que le den relevancia. Hace poco hablé de esto con Marcos (Ginocchio), con quien tengo muy buena onda, y la conclusión es siempre la vida: el que tiene ganas de joder a otros es porque tiene un problema personal, no es contigo directamente. Igual, no es algo que te termine de importar un carajo; siempre algo te afecta. Capaz es idealista lo que digo, pero siempre veo qué rescatar de esto.
—Lo importante, además, es que vos ya tenías una carrera armada. Si recién estabas empezando y no conocías la fama, sí podría haber sido algo demoledor, ¿no?
—Sí, es cierto. Y frente a eso es importante tener algo de donde agarrarme cuando pasa esto:la música. Hoy hablan mucho de mí en la televisión porque soy parte de ese mundo, pero ahora viene otro Gran Hermano, y capaz mañana se olvidan, pero la música siempre va a estar ahí. Y es lo que más me representa.
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