LANZAMIENTO

En el medio de una transmisión en vivo a través de su popular cuenta de Instagram, hace poco más de una semana, Lali anunció la inesperada salida de su nuevo disco de estudio. Todo indicaba que estaba frente a esa cámara para promocionar su flamante single “Ladrón” junto a la rapera argentina del momento, Cazzu, pero la artista sorprendió y mandó a sus fanáticos a las plataformas, directo a buscar Libra, su cuarto material solista.

Con el histrionismo que la caracteriza, Lali le anunció al público “maravilloso” que la sigue y que la acompañó durante las mutaciones que experimentó a lo largo de sus álbumes A bailar, Soy y Brava, que Libra —un nombre que refiere a su signo zodiacal pero también a la búsqueda del equilibrio, ha dicho— ya estaba para escuchar en plataformas digitales. “O sea, ¡existe! ¡Es un hecho!”, gritó aquella noche desde Madrid, donde está radicada para filmar la serie Sky Rojo, de Alex Pina para Netflix.

Lejos quedó la búsqueda que Mariana “Lali” Espósito comenzó en A bailar, donde lo que primaban eran las influencias del pop americano, los temas bailables y radiales intercalados con baladas cantadas a voz plena y los restos de su pasaje por el universo Cris Morena y la banda Teen Angels que se desprendió de la serie Casi Ángeles.

Lejos quedó la variación marcada que se daba entre los temas de Soy, un disco en el que buscó matizar un mensaje más profundo, una mirada social en algún punto, con temas de amor que que abundan en el repertorio. Aquella Lali, la de 2014, la de 2016, casi no aparecía en Brava y menos acá.

Brava mostraba la intención de cruzarse al género urbano y a las tendencias latinas dominantes, y Libra es la afirmación definitiva en ese bando. ¿Hasta cuándo? Se verá en el camino.

El productor artístico de Libra es Rafa Arcaute, quien acumula Grammy Latinos y ha trabajado con Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro e Illya Kuryaki & The Valderramas, pero también con Calle 13, el ascendente Camilo o Nathy Peluso. Cada tema tiene otro grupito de productores adentro y en la lista de featurings están, además de Cazzu, los venezolanos Mau y Ricky, el rapero puertorriqueño Noriel y la boy band con base en Miami CNCO. El álbum se hizo entre Miami, justamente, Los Ángeles, Madrid y Buenos Aires, y en los créditos hay personas de una cantidad de países diferentes.

Ahí va Lali, a una conquista que la saque del Río de la Plata y la instale de forma definitiva en el mercado latinoamericano. Ha trabajado por y para eso en los últimos años, pero aún no consigue una nominación a los Latin Grammy o una presencia activa y sostenida en los charts latinos de Billboard. La elite de lo urbano todavía parece reservada para caribeños.

Libra pule su propuesta y la engloba en un concepto que fusiona el trap o las bases de reggaetón con las melodías pop bien pegadizas. La sensualidad y el empoderamiento están al servicio de la interpretación de las canciones —no hay letras tan explícitas como en Brava—, que Lali canta en tonos medios y casi sin hacer gala de su rango o potencia vocal. Hay más énfasis en el fraseo y en incorporar modismos, palabras y tonos bien propios del género urbano.

“Bailo pa mi” es uno de los ejemplos claros, ya que utiliza expresiones como irse “pa’l party”, “los cabrones”, “el booty” o el estar “puesta pa’ ti”, además del “pa’ mí” que se repite una y otra vez en el estribillo.

Es un tema de espíritu chill, bien verano, que destaca junto con “Eclipse” y las ya conocidas “LALIGERA” —una canción que Lali asegura que la define y en la que advierte que viene de cero y va por todo— y “Lo que tengo yo”. El otro gran caballito de batalla es el featuring con Cazzu, “Ladrón”, cuyo videoclip fue dirigido por la propia artista y que en una semana suma más de tres millones y medio de reproducciones en YouTube.

Libra es el disco más definido de Lali, que igual sorprende con la balada final, “Una esquina en Madrid”, en coautoría con Fito Páez. Su vínculo con el rosarino va en ascenso; ya habían compartido escenario y ella grabó para el último disco de Fito, La conquista del espacio, el tema “Gente en la calle”. “Una esquina en Madrid” suena a himno pop en el que se saca las ganas de cantar fuerte y pide paz en la Tierra mientras que se habla a sí misma y dice que “ahora siento que soy yo sin hacer lo que se debe”.

“Un cuarto disco no es nada fácil; en una cuarta oportunidad hay que encontrarse con muchas preguntas, con mucha verdad”, dijo Lali cuando anunció la salida del disco. Su verdad musical está, ahora, en abrazar su faceta latina y explotarla entre sensualidad, sonidos trap y girl power.

Libra lo demuestra.