Una historieta que se convierte en un libro de historia y cuestiona algunas ideas sobre Artigas

"Artigas. El Patriota sin patria" de Gonzalo Eyerhabide agotó su primera edición en tiempo rercord y es una novela gráfica que rescata una figura olvidada

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Gonzalo Eyerhabide

Es una “historieta histórica” pero Gonzalo Eyerhabide (“el Eye”) trabajó Artigas. El patriota sin patria como si fuera un libro de historia. Investigó y reflexionó con tanta seriedad y dedicación que, por ejemplo, hizo que el reconocido historiador argentino lo saludara desde el prólogo como “un hermoso libro destinado a abrir el apetito sobre estas historias acerca de personajes olvidados, no casualmente, de nuestra historia común”.

Ese personaje olvidado, o quizás nunca rescatado, es Joaquín Artigas, un mozambiqueño que, como su apellido lo indica sirvió en la casa familiar de José Gervasio Artigas. Fue, además, uno de los 33 orientales entre otros detalles biográficos que Eyherabide escribió y dibujó con una mano, siempre, en el humor.

Artigas. El patriota sin patria, que agotó su primera edición en tres meses (algo que no suele suceder con los conmics), es otro ingreso a la biografía de Eyherabide que incluye, además de su labor como publicista, novelista y ensayista. Hace unos meses volvió a la radio: tiene un espacio en el programa Nada que decir de M24; está los jueves a las 9:30.

Sobre eso, sobre su nuevo libro y qué le dijo Pigna, Eyherabide charló con El País. Este es un resumen de ese diálogo.

-¿Qué historieta lo hizo empezar a dibujar?

-Mi viejo (el escritor Gley Eyherabide) un día me trajo Asterix y Cleopatra y como aún no sabía leer miraba los dibujos y él me leía los textos. Quedé deslumbrado. Y me pasó lo mismo con las Peloduro que me dio mi abuela materna y que me enseñó que los personajes de historietas podían hablar en uruguayo. Con esas referencias, en unas vacaciones en Santa Lucía del Este hice una historieta de 72 páginas, Miguel Estoesgolf que era una parodia de Miguel Strogoff de Verne. Y a los 14 publiqué en una revista under, La oreja cortada, mi primera historieta Las aventuras de Maraño. Y de 1990 a 2012 dibujé en Guambia.

-¿Y cómo aparece este Artigas?

-Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una historieta larga y ahí surgieron temas que siempre me interesaron por ejemplo la identidad nacional que siempre es algo problemático, no resuelto. La historia fue mi vocación aunque decidí ir por Ciencias de la Comnunicación. Y un día leyendo la lista de los 33 orientales, veo que hay dos Artigas y uno es Joaquín Artigas, a quien en su Historia Nacional, Aníbal Barrios Pintos le dedica una página y media.

-No había mucho dato...

-Se sabe que es de Mozambique, cuándo se casó y cuándo fue padrino (encontré los documentos en la iglesia de Minas), que estuvo en la Isla de Ratas en 1829, que al año siguiente cobró el premio 33 Orientales y muy poco más. Era un esclavo. Pero esas cuatro o cinco puntas sirven como jalón de una vida y después imaginar a partir de releer textos o aprender de la historia de la esclavitud, por ejemplo. Fue un proceso de dos años y medio divididos en partes iguales entre la investigación, el guion y el dibujo.

-¿Hay algún dato con el que se encontró y se sorprendió?

-No es que descubrí nada pero hay dos cosas de la historieta que destacan asuntos que la historia oficial, si las incluye, lo hace en segundo plano. Una es la naturaleza oligárquica de José Gervasio Artigas: cuando recorrí Casupá quedé sorprendido por el tamaño de las tierras de su familia quien recibió cuatro suertes de estancias del rey en 1768 a lo que sumó campos que compraría luego. Era un gran poder económico. Mi sospecha es que la historia oficial republicana no nos cuenta un Artigas potentado porque no fue funcional. Hemos borrado de la historia de Artigas el lugar donde salía el poderío para armar el ejército y de donde salió Manuel Francisco con 200 hombres hacia la Batalla de las Piedras. Y ahí tenía que estar Joaquín.

-¿Era su intención que funcionara como una suerte de libro de texto?

-Le conté algunas de estas cosas a Felipe Pigna quien prologó el libro porque me interesaba que lo escribiera un rioplatense del otro lado del charco. Me dijo que tenía que hacer un libro con toda esa información -al final hice una página web donde cuento esas cosas, eyhistorietas.com- pero yo le insistía que esto era el libro. Podría haber hecho otra cosa pero siempre en clave de humor, que es lo mío. Pero la historieta es mi medio.

-Y le permite entrar por otro lado a temas complejos...

-Mi madre (la profesora y escritora Graciela Mántaras) me hablaba de un libro alemán que planteaba que el verdadero enviado de Dios fue Judas porque fue el más desgraciado de los hombres: un traidor. Después que hice la historieta me acordé de eso y quizás haya influido en darme cuenta que si hubiera contado la historia de José Gervasio Artigas, era muy difícil meterse con el bronce. Pero si corrés un cachito la cámara y te desplazás de José Gervasio Artigas a uno de sus esclavos, podés contar toda la historia con otra libertad y no dejar que te gane el bronce.

-Cambiando de tema. En estas semanas volvió a la radio. ¿Cómo se dio eso?

-Hace como tres años me fui de Del Sol, y me apareció la obsesión con el libro y el tiempo que le dedicaba a la radio se lo dediqué a eso. Cuando terminé, empecé a extrañar la radio que era un espacio que disfruto mucho. Ahí apareció la oportunidad en M24, es media hora de humor pero estoy asombrado de la cantidad de gente que me ha saludado por esta vuelta.

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