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Crónica de la mañana en que Mario Vargas Llosa habló de libros con Blanca Rodríguez

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Mario Vargas Llosa

El premio Nobel de Literatura estuvo en Montevideo y entre sus actividades incluyó una presentación para invitados de "La mirada quieta (de Pérez Galdos)", su nuevo libro

Mario Vargas Llosa
Blanca Rodríguez y Mario Vargas Llosa. Foto: Francisco Flores

Era para muchos, el mejor plan para un jueves de mañana: escuchar a un premio Nobel de Literatura hablando de, justo, literatura.

El Nobel era Mario Vargas Llosa quien estuvo en Montevideo invitado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Económico (CED) para el que, el miércoles, dio una charlamás política. Pero ayer de mañana en un lujoso salón del hotel Sofitel, el peruano se sentó a charlar con Blanca Rodríguez frente a un centenar de invitados. La excusa fue presentar La mirada quieta (de Pérez Galdos), su nuevo libro donde aborda la figura del escritor español que escribió, entre otros hitos, Fortunata y Jacinta.

“Aprender a leer es la cosa más importante que me pasó en la vida”, empezó diciendo el peruano sobre el primer acercamiento a los libros en su infancia en Cochabamba. “Fue algo deslumbrante y la mayor ambición que he tenido”.

Defendiendo la literatura por encima de todas las cosas, dijoque aunque le gustaba mucho el cine, nunca una película le había dejado una huella tan fuerte como un libro. Buscando un ejemplo de una película que lo había impactado, mencionó El viejo y el mar, es de suponer que aquella con Spencer Tracy y lo que explicaría porqué prefiere la literatura.

El peruano pasó lista a algunas de esas lecturas que lo marcaron desde un libro “prohibido” de Pablo Neruda que escondía su madre, a su amor por William Faulkner, Dostoievski, Flaubert y Cervantes. A pesar de ser una charla, técnicamente sobre Pérez Galdós, Vargas Llosa dedicó mucho rato a hablar de Cervantes. Hizo, por ejemplo un repaso entretenido y educativo a la serie de eventos desafortunados que acompañaron la vida de Cervantes y habló del milagro y el misterio de escribir el Quijote.

“¿En qué momento lo escribió?, se preguntó.

Dijo que no hay manera de explicarse por qué suceden algunas cosas, entre las que incluyó la coincidencia del boom latinoamericano que asaltó las letras en español en la década de 1960 y del que él fue parte.

“Todas las explicaciones racionales valen pero al final ninguna vale”, dijo e hizo un repaso a algunas de esas obras que superan a sus escritores.

Entre esos misterios literarios mencionó a Juan Carlos Onetti, a quien le dedicó un libro (El viaje a la ficción). “¿Ustedes trataron a Onetti?”, preguntó. “Decía pocas cosas y las que decía no eran importantes pero escribió un libro maravilloso como Juntacadáveres, una obra extraordinaria que no lo alcanza a reflejar.”

Lo ponía, así en la misma categoría que autores que crearon una obra que, dijo, los supera: Víctor Hugo, Cervantes y un viejo conocido de Vargas Llosa, Gabriel García Márquez.

“¿Conocen a García Márquez?”, dijo en otro momento. “Es un misterio tan grande como Cervantes”. No hizo ningún comentario sobre su legendaria enemistad con el colombiano.

Y así, entre historias de libros y autores, el recuerdo al padre Justiniano quien le inculcó el amor a la literatura y de qué se necesita para ser un escritor (“leer”, dijo) se pasó una mañana de jueves escuchando a un Premio Nobel.

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