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Camilla Läckberg & Henrik Fexeus: los "frikis" detrás de una saga policial que se despide con "El espejismo"

La escritora sueca y el mentalista participaron en una conferencia donde hablaron del final de la trilogía, la posible adaptación a una plataforma y cómo se piensa matar a un personaje.

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Henrik Fexeus y Camilla Läckberg presentan "El espejismo".
Henrik Fexeus y Camilla Läckberg presentan "El espejismo".
Foto: Difusión.

Camilla Läckberg, la escritora sueca de novela negra que desde hace dos décadas no para de ganar lectores gracias a la saga Fjällbacka -y a quien comparan con Agatha Christie- y el mentalista Henrik Fexeus, especialista en lenguaje corporal y comunicación no verbal, unieron fuerzas para la serie de libros de editorial Planeta que comenzó con El mentalista, siguió con La secta y finaliza ahora con El espejismo, que llegará en los próximos días a las librerías uruguayas. La han leído más de un millón y medio de lectores en todo el mundo.

Es el último libro de esta colaboración entre Läckberg y Fexeus, quienes para la ocasión, hablaron con medios internacionales, entre ellos El País.

Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Foto: Difusión.

Se definieron como un par de “frikis”, muy opuestos entre sí pero obsesivos con los detalles. Tanto que investigaron sobre los escarabajos que se usan en museos para limpiar huesos y Fexeus bajó a las alcantarillas de Estocolmo (ella no fue porque le tiene pánico a las ratas). Hasta escribieron el último capítulo de la saga ya antes de comenzar con El mentalista, el inicio de la trilogía.

Los libros, escritos a cuatro manos por un metódico y una caótica como se definieron y que se pueden leer de manera independiente, están protagonizados por Mina Dabiri, una joven policía con varios problemas familiares y Vincent Walder, el mentalista que la ayuda a resolver los casos para la unidad de homicidios de Estocolmo.

Para Läckberg, quien lleva 40 millones de ejemplares vendidos en más de 60 países, esta saga se convirtió en un éxito debido a varios factores.

Portada del libro "El espejismo" de Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Portada del libro "El espejismo" de Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Foto: Difusión.

“Hay algo de nuevo en el género de la novela negra”, comentó. “Combinamos una historia muy tradicional de detectives, con algo de El código da Vinci, con acertijos y personajes como Vincent y Mina, que son raritos; tienen problemas para relacionarse con otros, lo que le ha dado voz a otras personas que tienen problemas para encajar en la sociedad”.

Y al igual que en la novela de Dan Brown, aquí se mencionan lugares reales (como el cubo mágico y la escultura de Subirachs de la Sagrada Familia), con una ficcional historia de detectives que se desarrolla en Estocolmo cerca de Navidad y presenta temas como la corrupción en el gobierno y el racismo en la sociedad. Eso sí, advirtieron, todos los datos que presentan, son reales.

“Los desafío a que encuentren un hecho que sea incorrecto, no lo van a hallar”, comentó Läckberg en la conferencia.

El final del camino

A la hora de finalizar la saga, Fexeus comenta que el reto no fue culminar la trilogía, ya que tenían claro el desenlace desde el inicio. “El reto era convencer a la editorial y decirles: ‘esto se termina, es el final’”, comentó.

“Para nosotros estaba clarísimo que esto iba a tener un principio y un final. Dicho esto, no tenemos ningún plan de continuación, pero ya tenemos edad como para saber que ‘nunca digas nunca’. Quizá dentro de unos años, nos llaman a la puerta Vincent y Mina con otra historia que contar”, comentó Läckberg, dejando abierta la posibilidad a más historias de la dupla.

Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Camilla Läckberg y Henrik Fexeus.
Foto: Difusión.

Al igual que en otras de sus novelas, como La princesa de hielo, Verdad o reto, o Mujeres que no perdonan, sus libros son muy cinematográficos. Y ante la consulta de si estas novelas serán llevadas a la pantalla, los autores dijeron que hubo un proyecto para adaptar la primera novela al streaming, pero que no prosperó.

“Era para una plataforma sueca que tuvo dificultades y al final no se pudo llevar a cabo. Pero hay conversaciones sobre la mesa. Si esas charlas se encauzan, quizá el proyecto sea más grande que el inicial”, comentó Läckberg, quien leyó Muerte en el Nilo cuando tenía siete años y quedó fascinada con los policiales y Agatha Christie (“cuando me comparan con ella me pongo contenta y me da un poquito me da vergüenza, porque es la reina del crimen. Yo, como puedo intento seguir su estela”, comentó),

Siente que su aporte ha sido hacer que las mujeres sean las encagargadas de la investigación. “Durante muchos años las mujeres han sido las víctimas, mientras que los personajes masculinos eran los que resolvían el crimen. Yo he puesto mi granito de arena para cambiar un poco la película”, comentó la escritora.

Camilla Läckberg. Foto: Difusión
Camilla Läckberg. Foto: Archivo.

—En una novela negra y teniendo en cuenta la atención que le ponen a cada detalle, ¿cuánto tiempo se dedica a pensar en la forma de matar a un personaje?
Fexeus: Creo que nunca ha sido una decisión consciente de decir: “va a ser así”, porque el contexto va hablando por sí solo. El motivo, quién va a ser, cómo va a ser, sale solo. Quizá Daniel de El mentalista, a quien apalean hasta la muerte un grupo racista, podía haber muerto de otra manera; pero como era delante de su novia, nos pareció que era lo más horrendo que le podía pasar. Pero no es una decisión consciente. ¿Dónde se encuentra ese personaje en el resto de la historia? ¿Cuál es el contexto? ¿Cuál es la situación? El propio texto nos dice si va a morir, y luego cómo. No el porqué, ya que hay decisiones que tomamos muy tarde.

Läckberg: Recuerdo que para la segunda entrega (La secta) estábamos en el avión de camino a Barcelona y después de tomar un par de copas de vino, decidimos matar a Peder. No estaba previsto deshacernos de él, pero luego de un par de copas, quedó afuera. Luego nos rompió el corazón, pero así ocurrió.

—Existe la concepción de que Suecia es un lugar idílico, sin problemas, pero en sus novelas muestran que esto no es así. ¿Se debe a que tenemos una mirada idealizada de esa sociedad?
Läckberg: Sí, tienen una visión idealizada (se ríe). Esa es la versión resumida.

Fexeus: Circula esta idea en todo el mundo, de Suecia como país idílico. Si vives aquí puedes ver que eso surge en la década de 1950. Pero el mundo ha evolucionado, y en Europa, en cuanto a violencia de bandas callejeras, estamos en el primer lugar de la lista. Eso muestra cómo ha cambiado el cuento. Sigue siendo un país bonito y agradable, pero no es ese lugar maravilloso que tienen en mente. No sé si existió alguna vez.

Läckberg: Y todo el mundo piensa que las suecas somos altas, rubias y delgadas y ya me ven. Henik sí tiene pinta de sueco a más no poder (se ríe).

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