Editorial Planeta

La joven Martina Ramos es la autora de "Ósculo", novela que comenzó a escribir en la plataforma Wattpad y concluyó junto a la editorial Planeta; sobre sus inicios y su libro es esta charla.
La escritora española Alice Kellen estuvo de visita en Uruguay donde presentó su nueva novela, "Quedará el amor", se reunió con sus lectores y charló con El País de su carrera y sus éxitos.
La editorial Planeta de Uruguay anuncia entre sus novedades para junio la publicación de "Las puertas de la memoria", un relato en primera persona por el histórico entrenador de la Celeste.
La best seller española habla de "Por si un día volvemos", su nueva novela, y cuenta por qué tiene el arco argumental más largo de su carrera.
La escritora argentina presentó su nueva novela "Los soles de Santiago", habla de la novela histórica, lo que la motivó a escribir del futuro, y sobre lo aprendido en El camino de Santiago.
Se encuentra en librerías "Antología fantástica" de Editorial Minotauro, compilado por Anna O'Malley y Valentina Marini, y compuesto por 14 historias del género a cargo de jóvenes autores uruguayos.
La escritora sueca y el mentalista participaron en una conferencia donde hablaron del final de la trilogía, la posible adaptación a una plataforma y cómo se piensa matar a un personaje.
La escritora nacida en Córdoba y finalista del premio Planeta por "El alma de las flores" habla de su reciente novela, "Apia de Roma" que se ambienta en tiempos de Julio César.
Con un listado preliminar de 10 editoriales de plaza hacemos un repaso por algunas de las propuestas para este año. No faltarán novedades.
HISTORIAS nicolás lauber Néstor Ganduglia. Foto: Leonardo Mainé A lo largo de sus 30 años de actividad, Néstor Ganduglia ha recopilado más de 200 relatos mágicos uruguayos, y otros 1.500 del resto del mundo. Muchos han sido plasmados en sus libros Historias mágicas del Uruguay interior, País de magias escondidas, e Historias de Montevideo mágico y también las ha contado en programas de televisión como protagonista o invitado. Ahora Ganduglia -quien es psicólogo, psicólogo social y magister en Educación Popular- editó Historias bajo la historia (Planeta, 750 pesos), donde reúne más de 60 relatos que pasan por el rey Nabucodonosor, Luis XIV, Mansa Musa y Napoleón. Como para acompañar la salida del libro, Ganduglia compartió tres leyendas con El País. Las cuenta él mismo. Néstor Ganduglia. Foto: Leonardo Mainé 1 "Hace unos años charlaba sobre apariciones, casas encantadas y luces malas con la peonada de una estancia no muy lejos de Guichón, un pueblo grande de Paysandú. Los muchachos me dijeron que fuera hasta un lugar donde sale luz mala. Fuimos, paramos en una lomita cerca y me mostraron un cimiento y un pedazo de pared de un rancho, nada más. Uno me dijo: ‘si se para acá de tardecita y no se acerca, a lo mejor puede ver cómo de ese rancho sale una lucecita, da vueltas hasta que sale el primer rayo de sol y desaparece'. '¿Y de quién sería ese rancho?', pregunté. ‘Todo el mundo le llama El rancho de la Melchora, pero si va por el pueblo averigua algo más’. Fui y resulto ser de Melchora Cuenca. Para la mayoría el nombre no dice nada, pero debería. Era índia guaraní, lancera de primera línea en el Ejército de la Independencia y por lejos la mujer más importante en toda la historia de José Artigas. Lo conoció en el Ayuí, se casaron, tuvieron dos hijos y cuando Artigas se fue al Paraguay, ella decidió quedarse. El primer gobierno de la República le ofreció una pensioncita. Ella no la quiso y se dedicó a vender la ropa que hacía por las calles del pueblo. A mí me encanta que la lucecita de doña Melchora siga dando vueltas por el rancho. Es como si esperara que alguna madrugada le diéramos el lugar que se merece en la historia. Por esto me interesan las historias mágicas: destapan lo que la historia decide barrer bajo la alfombra”. Néstor Ganduglia. Foto: Leonardo Mainé 2 "En Piedras Coloradas, un pueblito en Paysandú, conocí un policía. Me dijo que hace unos años él y otros dos estaban en un puesto de campaña. La oscuridad era tremenda y la linterna estaba sin pilas, así que lo único que podían hacer era tomar mate y vigilar con el oído. De repente uno de los muchachos hace un gesto para que escuchen. Se oía un llanto de mujer y un grito pidiendo auxilio. Buscaron por el pasto y encontraron a una mujer. Estaba flaca hasta el espanto, tenía el pelo pegoteado, la cara manchada y la ropa hecha jirones. Tenía un susto tan grande que mientras la llevaban al puesto, seguía pidiendo ayuda. En el puesto vieron que tenía una expresión de miedo tan grande que ni ellos se animaban a preguntarle qué pasó. Supieron que se llamaba Angélica, su marido era Fernando Morón y la quería matar. Habían discutido y nunca pasó más que una paliza, pero esta vez cuando ella se fue, escuchó dos disparos. Si volvía, la iba a matar. El sargento ordenó al agente que notificara mientras él y otro visitaban al sinvergüenza. Aún en la oscuridad de la noche se notaba que el rancho estaba en un estado espantoso. Gritaron pero nadie contestó. Salieron del rancho abandonado y vieron luz a un par de cuadras. Llegaron a la casa de un vecino que los atendió. Le informaron que tomara recaudos porque había un tal Fernando Morón, armado y peligroso. El vecino se agarró la cabeza y dijo: “está de vuelta por el pago. No se lo veía desde la tragedia”. Cuando vio que lo miraban con cara de no entender nada, siguió: “el de la mujer, pobre, creo que se llamaba Angélica. Ligaba golpizas y la última vez no tuvo tanta suerte, y mientras ella escapaba, él le tiró dos balazos en la espalda. Cuando llegó la policía ya se había escapado”. El sargento dijo: “llegamos tarde” y volvieron al puesto. Antes de llegar salió el agente y les dijo que la mujer se había pelado. Desapareció en el aire. El parte de aquel movió el asunto y días después lo encontraron con otro nombre, trabajando de peón en una estancia. Dicen que todavía está preso y seguro que cada tanto se pregunta quién habrá revuelto aquel avispero después de tantos años”. Néstor Ganduglia. Foto: Leonardo Mainé 3 "Esta historia es del barrio Peñarol y un gurí que se llamaba Fermín. Tenía seis hermanos y vivía con su madre que había quedado sola cuando se fue su marido. El Fermín, por entonces de nueve años tuvo que aprender el oficio de buscavidas. Barría la vereda, hacía mandados o acomodaba un galpón a cambio de unas monedas. Los domingos jugaba al fútbol en el barrio. En eso estaba cuando un vecino pasa por la canchita rumbo a su casa. En la mitad del camino paró en seco al escuchar una voz de tango. No le costó encontrar a los gurises, y a Fermín cantando. Lo felicitó y se lo llevó a su casa, su mujer no le iba a creer. Ella también quedó encantada. Desde esa mañana, Fermín supo que tenía un oficio nuevo: cantante. Los vecinos desparramaron por el barrio la habilidad del botija que se empezó a hacer conocido como Gardelito. Se volvió un personaje entrañable. Un domingo, gritaron “Gardelito”, pero no apareció. Causó extrañeza pero no alarma. Pero esa noche, su madre preguntaba, sin suerte, si habían visto al Fermín. La policía tampoco lo encontró. Desde entonces, Fermín, de 10 años pasó a ser un cartel más en la seccional. Semanas después la señora de la farmacia cerró la cortina y arrancó para su casa. En el camino escuchó esa voz que conocía bien. Al otro día se lo contó a sus clientes hasta que le avisaron que en la casa no había aparecido. Dos gurises escucharon la voz cantante, después un señor y de a poco el barrio se convenció que algunas noches, Gardelito cantaba por la zona. La mayoría señalaba “la casa del loco” que estaba abandonada y era de las pocas que tenía un aljibe en la puerta. Parece que vieron a la madre preguntando dónde se escuchaba la voz de su chiquilín, y alguien la vio tapándose los ojos y señalando la boca del aljibe. El barrio se convenció que Gardelito cantaba desde el aljibe. El Peteco tenía una novia pero no estaba convencido que fuera la mujer de su vida, y le hizo una prueba. Fueron al aljibe y le pidió que pusiera la cabeza en el pozo a escuchar. La muchacha se quedó un ratito, se levantó, miró al Peteco y le dijo que no había escuchado nada. Ese mismo día la dejó. Después comentó: “si no tiene la sensibilidad para escuchar la voz del Gardelito cantando, no es la mujer de mi vida”. Yo también hago el esfuerzo, y si bien nunca metí la cabeza en el pozo, estoy seguro que el Gardelito sigue regalándole una melodía a sus vecinos como hizo durante tanto tiempo”.
ENTREVISTA Andrea Frediani. Foto: Leonardo Mainé Hay personajes de la historia tan importantes que sus vidas se escribieron en libros. Y la novela histórica permite contar momentos, los íntimos como los conocidos, de algunas de esas personalidades. Para el historiador y profesor italiano Andrea Frediani, uno de los divulgadores más destacados de su país (también un best seller con más de un millón de ejemplares vendidos y reconocido con el Premio Selezione Bancarella), la vida de Julio César ya se había contado en tantas ocasiones que cuando le ofrecieron escribir un libro sobre el dictador, se negó. "Sentí que tenía que decirse algo que no se haya contado antes", le dijo Frediani a El País en una charla en el Instituto Italiano de Cultura durante su primera visita a Uruguay la semana pasada. El reconocido historiador, especializado en historia militar y medieval, descubrió que nunca se había contado la amistad de Julio César con Tito Labieno. “Ese es un hecho muy importante en la vida de César, porque se convierte en su mejor amigo y en un momento determinado se vuelve su peor enemigo. El motivo de ese cambio fue lo que me motivó a escribir la novela”, dijo Frediani. De la vida de César se conocen muchos momentos porque él se encargó de contarlos, pero, claro, desde su perspectiva. El historiador recuerda que César escribió dos libros: Comentarios de las guerras de las galias y Comentarios de la guerra civil, y que la última parte de Las guerras gálicas está inconclusa. “Es el momento en el que César decide ir contra la República, cruzar el Rubicón y cuando Tito Labieno, quien era su general, lo abandona. No conocemos la naturaleza de su amistad, y en la tradición de las novelas históricas, mi misión era entrar entre las noticias de la época para rellenar los espacios con imaginación”, dijo. Portada del libro "la sombra de Julio César" de Andrea Frediani. Foto: Difusión Sobre su novela, la figura de Julio César, y la importancia de conocer la historia, es esta charla con Frediani. —¿Por qué es tan importante conocer la historia?
ENTREVISTA nicolás lauber Cassandra Clare. Foto: Difusión Mitad humanos, mitad ángeles, los Cazadores de sombras llegaron para revolucionar la literatura juvenil. Millones de jóvenes (y no tanto) en todo el mundo han leído las aventuras de esta aguerrida especie que vive para luchar contra los demonios. La responsable de este fenómeno que no para de crecer con sagas e historias derivadas es Cassandra Clare. Ahora, la escritora estadounidense de origen iraní presentó La cadena de hierro, segunda entrega de la saga Las últimas horas. Sobre convertirse en un fenómeno mundial, el origen de esos cazadores de sombras y la serie y película que generaron, Clare con habló El País. —En toda su literatura aparecen los Cazadores de sombras. ¿Dónde encontró la inspiración para esta raza?