El director italiano, Ferzan Ozpetek, es muy prolífico —pero conocido esporádica y fugazmente en Uruguay— y tan importante como para hacer importante una película que es un homenaje al cine, a uno de sus oficios y, casi principalmente, a él mismo. Esa película es Diamanti que se estrenó ayer en Uruguay.
Está ambientada en la actualidad (donde aparecen Ozpetek y algunas de las actrices de sus 15 películas anteriores) y en la década de 1970, y gira en torno a la vida, los romances y algunas complicaciones domésticas de un grupo de costureras trabajan en un taller de vestuario para películas en Roma.
“Las vidas de las actrices y las de sus personajes se entrelazan en una danza de rivalidad y hermandad, de lo tangible y lo que permanece oculto, en una historia donde cada puntada es un testimonio de resistencia, amor y arte”, dice su resumen oficial.
La crítica italiana la saludó como una carta de amor a las mujeres, al arte del diseño de vestuario y al poder emocional del cine. Se estrenó en cines italianos en diciembre del año pasado y se volvió un tremendo éxito de taquilla.
Algunos han comparado su estilo con el de Pedro Almodóvar.