por Fernán Cisnero
Viene precedida de todo el “hype” (cómo se le dice hoy a la expectativa) del premio a mejor director en Cannes, unanimidad crítica y de ser la nueva película de uno de los grandes nombres del cine mundial.
La decisión de partir (el título original coreano sería “La decisión de separarse”) es la última del coreano Park Chan-wook.
El descubrimiento internacional de Park fue el gran premio del jurado en Cannes Cannes Oldboy, la adaptación de un manga en 2004; Spike Lee hizo una remake en Hollywood. También en Cannes, Bat (basado en Emilio Zola), ganó el premio del jurado en 2009 y en 2005, Sympathy for Lady Vengeance se hizo de reconocimientos en Venecia.
Ha hecho una película en inglés, la inquietante Stoker, y muchos consideran The Handmaiden, un thriller erótico, como su obra maestra; puede ser aunque Oldboy es muy contundente.
Su cine es visualmente cuidado y con particular interés en la puesta en escena que es, de hecho, uno de los principales méritos de La decisión de partir.
Es un melodrama platónico y noir en su combinación de intriga policial (incluyendo un detective y una femme fatale) muy marcada por una historia de amor platónico. La principal referencia podría ser Alfred Hitchcock, con cierta cercanía con Vértigo, incluso en su división en dos capítulos bien diferenciados.
La historia sigue al detective estrella de la policía de Busan, Hae-joon (Park Hae-il), que está casado, aunque circunstacialmente distanciado por razones laborales de su esposa (Lee Jung-hyun). Tiene tiempo libro para obsesionarse con Seorae (la estrella china, Tang Wei), la viuda de un hombre que se cayó de un despeñadero en un día de campo.
Aunque es la principal sospechosa, Hae-Joon, como buen detective de serie negra, se enamora de la misteriosa mujer que no parece conmovida por la muerte de su esposo. Eso la convierte en una sospechosa.
Todo ese primer tramo está marcado, además, por algunos momentos de comedia, muchas veces centrados en un torpe asistente.
La segunda parte transcurre 13 meses después con el caso resuelto como suicidio, cuando Hae-Joon y Seoare se vuelven a cruzar en Ipo, una ciudad de la costa. El nuevo marido de ella también aparece muerto y a Hae-Joon le da una oportunidad de redimirse pero también de hundirse un poco más.
La trama es un poco entreverada y se hace un poco largo, lo que es atenuado, una vez más por el cuidado estético de la película, al que ayuda mucho la fotografía de Kim Ji-yong, un colaborador habitual. Los brillos se extiendem a la música de Cho Young-wuk, quien utiliza clásicos acordes occidentales para aumentar la tensión.
Al igual que en Con ánimo de amar, la banda de sonido incluye un bolero recurrente que aumenta la pátina melancólica que gana toda la película. Está muy bien actuada.
Park Chan-wook es parte de la promoción más importante del cine coreano, la misma en la que está Bong Joon Ho, el ganador del Oscar por Parásito.
Como ese cogeneracional, acá impone un estilo llamativo en el que todas las escenas están tan prolijamente presentadas que tienden al distanciamiento. Eso permite además llenar el ojo con momentos intersantes incluyendo una escena final desoladoramente triste.
La decisión de partir (****). Corea del sur, 2023. Título original: Heojil Kyolshim Director: Park Chan-wook. Guuion: Cheung Seokyung, Park Chan-wook. Fotografía: Kim Ji-yong. Editor: Kim Sang-bum. Músicaa Cho Young-wuk. Con: Tang Wei, Park Hae-il, Go Kyung-pyo, Lee Jung-hyun, Kim Shin-Young. Duración: 138 minutos. Estreno: 20 de abril , en cines.