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Tres personajes solitarios en la nieve y en Navidad en una película con cinco nominaciones al Oscar

Se estrena en cines, "Los que se quedan", una película de Alexander Payne con Paul Giamatti como un profesor algo severo y la búsqueda de su redención

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Los que se quedan
Dominic Sessa y Paul Giamatti en "Los que se quedan"
Courtesy of FOCUS FEATURES

Hay algo encantadoramente vintage en Los que se quedan, una tonalidad nueva en Alexander Payne, un director más cercano a dramas a veces satíricos sobre la vida contemporánea.

La única vez que rompió ese contrato de lectura, en Pequeña gran vida de 2017, una fábula política que ocurría en un futuro de ciencia ficción, no le salió del todo bien.

Los que se quedan es una película analógica como deja claro el ruido a disco de vinilo con que empieza, sobre créditos que son de memorabilia.

La forma más a mano de entrar a Payne es Los descendientes —una en Hawaii con George Clooney que le dio a Payne su segundo Oscar como guionista—, que está en el global catálogo de Netflix. Habría que ver, también, Las confesiones del señor Schmidt, aquella con Jack Nicholson y Kathy Bates compartiendo un momento incómodo en una tina de agua caliente; está en Prime Video.

Aunque los referentes estilísticos, filosóficos y culturales de Payne estaban más que claros con Bruce Dern en Nebraska o esa suerte de Bob Rafelson subtropical que es Los descendientes, nunca habían sido tan evidentes y personalizados. Cinéfilos tirando a veteranos hallaran cercanías con el tono de Hal Ashby, el legendario director del Nuevo Hollywood, de quien Payne toma prestada cierta atmósfera de Harold & Maude, uno de sus clásicos.

Algún zoom out, fundidos encadenados y una canción de Cat Stevens en una banda de sonido plagada de folk setentero certifican el parentesco y la pleitesía. Es un homenaje a una forma de contar historias, de hacer películas.

Los que se quedan es la reunión de Payne y Paul Giamatti, quien como en su anterior asociación, Entre copas (de 2004, la de dos amigos en tour enólogo por California), construye uno de los grandes personajes contemporáneos.

A Payne, Entre copas le dio su primer Oscar como guionista aunque Giamatti fue ignorado por razones jamás especificadas.

Ahora hay oportunidad de redimirse: Los que se quedan tiene cinco nominaciones incluyendo mejor película, guion (en el que Payne no participa; es de David Hemingson, quien tiene larga carrera en televisión) y mejor protagónico. Giamatti, claro.

Es Paul Hunham, un severo, misántropo y sarcástico profesor de “Civilizaciones antiguas” en el exclusivo y católico Barton College de Nueva Inglaterra. Como castigo por simplemente cumplir su deber con esmero (no le perdonó la nota al hijo de un senador), debe pasar las dos semanas de receso navideño custodiando en el campus vacío a aquellos que no van a pasar las fiestas en casa.

Al principio son cinco chiquilines, además de Mary (Da’Vine Joy Randolph, nominada), la cocinera negra que acaba de perder a su hijo en Vietnam. La acción transcurre en la Navidad de 1970 y la banda sonora también está cargada de muzak navideño.

El estudiantado queda rápidamente reducido a uno solo, Angus Tully (el debutante Dominic Sessa), un adolescente rico algo perdido, con problemas de conducta y quizás depresión, abandonado por la madre recién vuelta a casar y que lo prefiere lejos. Hay un padre ausentísimo.

Lo que se cuenta es la convivencia de estos tres seres vencidos, aunque principalmente se concentra en la relación paterno filial de Hunham y Leonard. Tras el recelo inicial y un viaje clandestino y revelador a Boston, se forja entre ellos un vínculo familiar. Los tres están buscando algo y -es una película navideña- lo van a conseguir.

Todos los rubros son cubiertos con una solvencia propia del cine al que están citando y al que apelan como corpus. Allí suman el fotógrafo Eigil Bryld, el diseño de producción de Ryan Warren Smith, la música de Mark Orton y la edición también nominada de Kevin Trent, tradicional montajista de Payne desde fines de la década de 1980.

Pero todo pasa por Giamatti. Su Hunham es una “civilización antigua” en si mismo con su olor (provocado por una trinetilaminura de las persistentes); sus moños y sus sacos de pana, sus sentencias y citas en latín; esa arrogancia; ese Jim Bean doble. Que no gane Oscar será calificado por la historia, mientras eso importe, como una injusticia.

Giamatti es crucial para que Los que se quedan sea una película tan entrañable, tan importante. Es la historia de una civilización antigua buscando su destino o, al menos, el próximo Jim Beam. ¿No estamos, un poco, todos en la misma?

Los que se quedan [* * * * * ]. Estados Unidos, 2022. Título original: The Holdovers. Director: Alexander Payne. Guion: David Hemingson. Fotografía: Eigil Bryld. Editor: Kevin Tent. Música: Mark Orton. Con: Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph, Dominic Sessa, Carrie Preston, Andrew Garman. Duración: 133 minutos. Estreno: 25 de enero.

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