Aniversario

Los cazadores del arca perdida fue la película más taquillera de 1981, confirmó a Harrison Ford como una gran estrella, y supuso un punto de inflexión en el cine de aventuras. Cuarenta años después, la saga de Indiana Jones sigue acá: se está rodando la quinta entrega.

Inspirado en las películas de acción que marcaron su infancia, George Lucas comenzó a pensar a comienzos de los setenta en una historia titulada The Adventures of Indiana Smith, a la vez que planeaba la saga de Star Wars, según las notas que conserva la Biblioteca de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Lucas trabajó en el desarrollo de la historia del arqueólogo con Philip Kaufman, que fue quien introdujo la idea del arca perdida que contenía las tablas de los mandamientos de Moisés. Pero después dejó todo de lado para concentrarse en Star Wars.

Ante la posibilidad de que Star Wars fuera un fracaso, Lucas decidió viajar a Hawai junto a algunos amigos, entre ellos Steven Spielberg, quien quería dirigir un film de James Bond.

“Tengo algo mejor que eso. Se llama Cazadores del arca perdida. Me contó la historia y me comprometí a hacerla en la playa”, contó Spielberg.

La idea era una película más de serie B con aventuras, fascismo y misticismo, pero se convirtió en algo más grande.

Los dos cineastas llegaron a un novedosos acuerdo con Paramount: se quedaban con los derechos de merchandising, con gran parte de las ganancias por alquiler de vídeos y además incluían la realización de un total de cinco películas.

Tras varios intentos de contar con Tom Selleck -que no pudo por estar comprometido con Magnum- se eligió a Harrison Ford, popular por su Han Solo.

Para acompañarle, y tras pensar en Debra Winger, Amy Irving o Sean Young, se seleccionó a Karen Allen, actriz poco conocida pero que daba el perfil de heroína clásica al estilo que buscaba Spielberg para interpretar a Marion Ravenwood.

“Siempre pensé en Harrison como un Humphrey Bogart contemporáneo” y que su relación en la pantalla con Allen “era un poco como la de Elsa y Rick en Casablanca", afirmó Spielberg en una entrevista.

El rodaje comenzó el 23 de junio de 1980 en La Rochelle (Francia) y pasó por locaciones en Túnez, Inglaterra y California, para finalizar en octubre, con un presupuesto de algo más de 22 millones de dólares.

El estreno llegó el 12 de junio de 1981 (en Uruguay se estrenó en Navidad) y fue el más taquillero en la historia de Paramount. Fue nominada a nueve Óscar: se llevó cuatro en rubros técnicos.

Y su éxito provocó la realización de tres secuelas y apuntaló la carrera de Ford, que consiguió así dos personajes en la historia del cine. Y elevó a la categoría de iconos elementos como el sombrero y el látigo de Indy, además de hacer enormemente popular la música de John Williams, que se convirtió en una de las señas de identidad de la saga arqueológica.

“Fue simplemente una de las mejores experiencias de toda mi vida”, resumía Spielberg para la AFI.

También fue una gran experiencia para todos los cinéfilos, que siguieron con muchas ganas la evolución del personaje, la aparición de su padre (Sean Connery) o del joven Indy, que interpretó en "The Last Crusade" River Phoenix, cuyo fallecimiento truncó el relevo natural del héroe.

Los cazadores del arca perdida está para ver en Netflix.