Era la última de las películas nominadas en la categoría principal de los últimos Oscar que no se habían estrenado por estos lados. Ahora, Nickel Boys, que también aspiraba a mejor guion adaptado (le ganó Cónclave) está disponible en Prime Video, la plataforma de streaming de Amazon, una de sus productoras. En Uruguay no se vio en cines.
Está basada en la novela del mismo nombre Colson Whitehead publicada en 2020 y que ganó el Pulitzer a mejor ficción. El expresidente Barack Obama la incluyó en sus hitos culturales de ese año, lo que es una certificación cultural importante; está publicada en español y en librerías locales.
Whitehead, un neoyorquino nacido en 1969, es de los pocos escritores en ganar dos veces el Pulitzer: también lo recibió en 2020 por su siguiente novela, The Underground Railroad, de la que hay una adaptación en miniserie dirigida por el oscarizado Barry Jenkins y que también está en Prime Video.
Nickel Boys es el primer largometraje de ficción del afroestadounidense RaMell Ross, quien estuvo nominado al Oscar documental por Hale County. This Morning. This evening que ya mostraba la tendencia experimental de su cine.
Ross nació en Frankfort, Alemania, en 1982 pero se crío en Fairfax, en el norte de Virginia, en Estados Unidos. Sus orígenes son el basketball (ronda los dos metros de altura y una lesión le frustró la carrera), la fotografía y la docencia (es profesor en la prestigiosa y cara universidad de Brown).
Además de sus películas nominadas, estrenó un cortometraje Easter Snap y el Ogden Museum of Southern Art de Nueva Orleans presentó una retrospectiva y un libro con las distintas facetas de su inquietud artística. Es -además, de fotógrafo, documentalista y cineasta- artista conceptual de relevancia.
En todos esos rubros está claro el carácter personal y experimental de su obra.
Nickel Boys, por ejemplo, está contada -técnicamente el recurso se llama “cámara subjetiva”- desde los ojos de sus dos protagonistas: es la experiencia relatada a través de la perspectiva de dos muchachos negros del Estados Unidos de la década de 1970.
Al igual que en Hale County. This Morning. This evening, los sucesos pasan alrededor de dos adolescentes. El protagonista sería Elwood (Ethan Herisse), un muchacho bueno que, haciendo dedo hacia su primer día en un college para afroestadounidense, se subió al auto equivocado: lo manejaba un ladrón del que Elwood queda fichado como cómplice.
Sin mucha chance de una defensa es enviado a la casa Nickel, un ficticio hogar para menores infractores, en el que los afroestadounidenses son tratados con particular desprecio y saña por los encargados blancos.
La historia recrea libremente lo que sucedió en la Arthur G. Dozier for Boys en Florida, un hogar de reclusión para menores, en el que sistemáticamente se torturó, se agredió sexualmente e incluso se enterraron estudiantes negros en fosas sin identificar. Allí murieron 81 niños entre 1913 y 1983.
Allí Elwood conoce a Turner (Brandon Wilson), de quien, a pesar de ser tan distintos (él tiene conciencia política; Turner es más librepensador, o sea le importan menos esas cosas), se hacen compinches en el mal trance de su encierro. Son humillados y testigos de tratos horribles a los internos.
El único personaje beatífico de la película es Hattie (Aunjanue Ellis-Taylor), la abuela de Elwood, que intenta infructuosamente sacarlos de ese infierno. Alguien definió la película como una versión oscura de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Es una buena precisión.
Es a través de los ojos de Elwood y Turner que se desarrolla la historia. El subjetivismo de la cámara, que es inusual y alguien puede hallar incómodo o desconcentrante, es poéticamente eficaz. Es un trabajo riguroso de Ross y el fotógrafo, Jomo Fray, con quien ya trabajó en su anterior largo documental. Los sonidos también juegan un papel crucial en la construcción de ese mundo.
El recurso de la cámara en primera persona se utiliza a menudo en el cine pero son pocos los ejemplos de una película completa apoyándose en él. Cinéfilos más viejos pueden recordar La dama del lago de Robert Montgomery que es de 1947 y los más jóvenes y arriesgados, Enter the Void del argentino Gaspar Noé.
“No estoy tratando de hacerte sentir que estás en los ojos o la cabeza de una persona negra”, le dijo Ross a la revista Sight Sound. “Mi objetivo es alinear la percepción de momentos en el tiempo con el espectador, no para ser un observador de la realidad de alguien, si no para coincidir con su subjetividad”.
Ross, como buscando la forma de contar la experiencia afroestadounidense, incluye imágenes de discursos del reverendo Martin Luther King y escenas de Fuga en cadenas, una película clásica sobre convivencia racial con Sidney Poitier y Tony Curtis.
“A través del archivo, estamos forzando que la narrativa deba estar ligada al mundo real”, dijo en Sight and Sound. “Ya no es algo que puedas mantener en una relación dramática segura, donde puedes tener tu catártico momento en el cine y luego volver a tu vida”.
Jugando con esas fuentes reales, sumándolas a un recurso novedoso y experimental y poniéndole subjetividad a la historia, en muchos aspectos, todo eso la ubica, cerca de Luz de luna, la película de Jenkins que ganó el Oscar en 2017. Ambas se apoyan en la búsqueda de una forma cinema para explicar una intransferible experiencia de vida afroestadounidense.
Nickel Boys fue la más atípica de las contendientes al Oscar a mejor película de este año. Es una reflexión poética que, tristemente, aún es pertinente.