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Estafaba a mujeres por Tinder y ahora un documental con su historia triunfa en Netflix

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Penilla, la protagonista de "El estafador de Tinder". Foto: Cortesía de Netflix

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"El estafador de Tinder" cuenta la historia real de un hombre israelí y algunas de sus víctimas. Quién es Simon Leviev, qué hizo y qué pasó con él

Supongamos que usted no está familiarizado con el uso de Tinder ni con la funcionalidad de una de las aplicaciones más populares de los últimos años. La definición breve, quizás brutal, es la de un catálogo de seres humanos que crean un perfil y deslizan el dedo sobre la pantalla, una y otra y otra vez, hasta que una foto, un nombre, una descripción llama la atención. El procedimiento es simple: si lo que vio le gustó y ese interés es correspondido, hay un “match” y a partir de ahí, las personas pueden iniciar una charla.

¿Con fines sexuales? ¿Afectivos? ¿Románticos? Los intereses serán tan diversos como los 330 millones de usuarios activos que, según los últimos datos de 2021, tiene la red social. Pero si se lo pregunta, de Tinder han salido matrimonios felices y también frustrantes encuentros fugaces. Como del bar, de las redes sociales o de la vida misma.

Y han salido, también, estafas, o eso viene a contar el nuevo documental de Netflix. El estafador de Tinder —la literalidad del título es pasmosa— se estrenó el miércoles en la plataforma, dura unas dos horas y ya estaba, al cierre de esta edición, primera como la película más vista por los uruguayos. Y es la historia real de un hombre que todavía está en libertad: si es de los que utiliza una app de citas, mejor que memorice su cara.

Cecilie Schrøder Fjellhøy es noruega, buscaba el amor ideal y así conoció a Simon Leviev. Hijo de un magnate de la industria de los diamantes, en su primera cita ya la llevó a pasear en avión privado y en un noviazgo que escaló rápido, la llenó de lujosos paseos y de serias promesas. Y de preocupaciones: su equipo de seguridad estaba todo el tiempo amenazado por unos “enemigos” que andaban tras él. Nada, al parecer, que uno no pueda esperar de alguien así de rico.

Imagen de Simon Leviev en "El estafador de Tinder". Foto: Cortesía de Netflix
Imagen de Simon Leviev en "El estafador de Tinder". Foto: Cortesía de Netflix

Por el acoso de esos enemigos y por la urgencia de escapar para estar a salvo, Simon le pidió los primeros favores a Cecilie. Al comienzo fue una tarjeta de crédito. Después, la extensión de un límite. Luego, miles y miles de dólares en efectivo. Y un poco más, y más, y más. Cuando Cecilie logró darse cuenta, le debía 250 mil dólares a distintos acreedores y no había forma de que pudiera devolverlos. Ni tenía cómo hacerlo ni Simon se hacía cargo. Solo seguía demandando.

Pernilla Sjoholm es sueca. Conoció a Simon por Tinder y aunque el vínculo amoroso no funcionó, se hicieron buenos amigos. Íntimos. Por eso, después de haber recorrido ciudades y haber compartido champañas caras, a Pernilla no le sorprendió que él le pidiera, con vergüenza, que le resolviera un asunto económico.

El modus operandi fue similar al que había experimentado Cecilie. Unas fotos de un guardaespaldas herido —las mismas fotos—, llamadas telefónicas ansiosas, una presión agobiante que no daba tiempo a encender las alarmas hasta que era tarde.

En ellas dos, algo así como la punta del iceberg, se centra El estafador de Tinder, un documental con impronta de televisión que no destaca ni por su pretensión artística ni por su original construcción. Lo fuerte es la historia y ahí, solo ahí, necesita sostenerse.

Es, en ese sentido, de la línea de No te metas con los gatos: un asesino en internet, miniserie documental de true crime producida por la directora de El estafador de Tinder, Felicity Morris.

Los testimonios, las recreaciones sutiles y todo el material proporcionado por las víctimas —videos, audios de WhatsApp y hasta selfies de corte íntimo— se combinan con la investigación periodística que terminó por desenmascarar a Leviev, cuyo nombre real es Shimon Hayut. Es un israelí que estuvo preso solo cinco meses y hoy vive en libertad, sale con una modelo, conduce autos caros y amenazó a la producción del documental con una demanda por difamación. “Todo se basa en una mentira”, aseguró.

Leviev, o Hayut, tenía un perfil de Instagram con más de 100 mil seguidores que hasta el estreno del documental era público. Luego lo configuró de manera privada, y al cierre de esta nota había desaparecido.

El documental, entre tonos de comedia romántica, drama y culebrón, habla de una estafa a decenas de personas alrededor del mundo, por más de 10 millones de dólares. Hayut operaba en una suerte de esquema Ponzi: lo que una víctima le daba lo invertía en la siguiente, y así sucesivamente. Nunca devolvió un centavo.

La historia, insólita y que daría pie para una película de acción real de Netflix (así lo reportó Variety ayer), tiene una suerte de final feliz en la venganza de una de las víctimas y en la inesperada amistad que construyeron Cecilie y Pernilla. 

La película revela que al menos una de ellas volvió a Tinder, porque nunca se sabe quién aparecerá al deslizar el dedo por la pantalla del celular: un conocido, un estafador o quizás, el próximo amor de la vida.

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