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De las técnicas extremas de rodaje al agradecimiento a Lacalle Pou, 10 curiosidades de "La sociedad de la nieve"

Tras un largo y celebrado recorrido internacional, la película de Juan Antonio Bayona sobre la tragedia de los Andes se estrena este jueves en Netflix. Cómo se rodó y qué guiños locales hay.

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Agustín Pardella como Fernando Parrado en el rodaje de "La sociedad de la nieve".
Foto: Quim Vives / Netflix

Redacción El País
Cosechó ovaciones en festivales internacionales, se exhibió en una treintena de salas de cine uruguayas, está nominada al Globo de Oro y sigue en carrera para llegar a los Oscar. La sociedad de la nieve, la película de J.A. Bayona que retrata y le da voz a los muertos en la tragedia de los Andes, llega hoy a Netflix para seguir con una campaña que, hasta ahora, ha sido infalible.

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Pidieron permiso para centrarse en Numa

El relato de La sociedad de la nieve está a cargo de Numa Turcatti, el último fallecido en los Andes. Según contó a El País el autor del libro en que se inspira la película, Pablo Vierci, debió pedir permiso a sus familiares para usar su identidad. “Me puse en contacto con Daniel, su hermano menor, y me explayé por horas para decirle que queríamos que Numa representara al resto”, recordó. “Lo habló con Isabel, su otra hermana, y me llamó al otro día. Lo primero que me dijo fue que, conociéndolo a Numa, no le hubiera gustado la idea porque era una persona muy humilde. Entonces sentí que el proyecto se caía al abismo. Luego hizo una pausa y dijo: ‘Pero nosotros estamos de acuerdo porque se merece este homenaje’. Llamé a Bayona en estado de euforia y le dije: ‘¡Tenemos carta blanca!’”.

Hicieron tres fuselajes y filmaron en 35mm

La sociedad de la nieve requirió tres fuselajes para filmar sus escenas decisivas. Uno estaba a 2800 metros de altura en la Laguna de las Yeguas (España), donde los actores estaban en contacto directo con la nieve; el segundo estaba en una nave temporal construida en un estacionamiento de Sierra Nevada (también en España) donde, en pantallas LED, se proyectaba todo lo filmado en los Andes; y el tercero, en los pies de la cordillera, con un ascensor de cinco pisos para cubrir al fuselaje de nieve en las escenas del aluvión. Por otra parte, Bayona contó que la película se filmó en 35 mm y, una vez terminada, se escaneó. “De ahí salió el master, consiguiendo así el grano real que la película tendría si se hubiera rodado en los años setenta”.

Implementaron técnicas extremas

Para alcanzar el estado emocional que requería la película, los actores se sometieron a particulares técnicas de relajación y concentración. Por ejemplo, hicieron jornadas de gong, en las que permanecían acostados durante 40 minutos mientras los envolvían las vibraciones de los instrumentos musicales asiáticos; de allí pasaban directamente a la acción del film. Lo más exótico, quizás, fueron las lecciones de respiración holotrópica de una persona que viajó directo desde Bali al rodaje, para enseñarles un método de hiperventilación que busca llegar a estados alterados o ampliados de conciencia. “Te empezás a separar del cuerpo y empezás a tener una especie de visiones alucinantes”, contó el actor Enzo Vogrincic (Numa Turcatti) en charla con El País.

Se filmó en orden cronológico

A diferencia de otras películas, La sociedad de la nieve se filmó en orden cronológico durante 141 días. Ese recurso le aportó más realismo al proceso, pero tenía su lado B. “Lo más angustiante era que cuando estábamos filmando sabíamos que una vez que los actores morían, ya no los íbamos a ver porque tenían que dejar el set”, le dijo Vierci a El País. “Había psicólogos para contenerlos, pero era muy difícil saber que a uno le quedaban tres días y a otro cinco. En un momento dijimos: ‘¿Esto está pasando de verdad?’. Era muy doloroso para todo el equipo”.

Coche Inciarte fue el primero en verla

José Luis “Coche” Inciarte, uno de los 16 sobrevivientes de los Andes, falleció en julio a los 75 años. Transitaba una larga enfermedad, y Bayona le mostró La sociedad de la nieve antes que a ninguna persona. “Cuando supe que Coche estaba malito, le prometí que llegaría a ver la película”, escribió el director. “La vio hace unos meses, antes que nadie, y guardó el secreto a todos los demás. Al final de la proyección, solo hablaba de lo valiente que fueron sus compañeros”.

Lacalle y Cosse, en los agradecimientos

Los créditos finales incluyen varias sorpresas. Desde Cimarrón, la productora uruguaya que trabajó en la película, se agradece a jerarcas como el presidente Luis Lacalle Pou, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse; y el ministro de Cultura, Pablo Da Silveira, entre varios otros. Bayona, por su parte, le agradece a Guillermo del Toro y a su hermano Carlos, por estar a su lado “desde antes de nacer”.

Hay muchas presencias llamativas

El elenco de La sociedad de la nieve está lleno de presencias pintorescas. Maxi De la Cruz tiene un breve papel como el piloto del avión. Los músicos argentinos Louta y Rocco Posca interpretan a dos de los jóvenes que viajaron a Chile, Gastón Costemalle (fallecido en el accidente) y Ramón “Moncho” Sabella (sobreviviente). Y varios de los supervivientes dicen presente. Carlitos Páez hace de su padre, Carlos Páez Vilaró, en una escena con diálogo para la que tuvo que adelgazar, dijo, 20 kilos. Roberto Canessa, Fernando Parrado y, un poco menos, Coche Inciarte, son bien reconocibles, mientras que están, pero no llegan a distinguirse, el propio Sabella, Daniel Fernández Strauch, Gustavo Zerbino y Antonio “Tintín” Vizintín.

Se repite una voz de hace 50 años

Además de los ocho sobrevivientes que participaron del rodaje, hay una persona más que tuvo un rol clave en la verdadera historia de los Andes y que reaparece en esta película. Es el periodista Tomás Friedmann, quien en 1972 fue el encargado de entablar, por Radio Carve, la conversación con Páez Vilaró que le permitió al mundo conocer la lista de los 16 accidentados que aún estaban con vida, tras haber soportado 72 días en la soledad de la montaña. Friedmann volvió a grabar aquella emisión radial para La sociedad de la nieve.

Un superhéroe de Marvel estuvo cerca

Uno de los datos más coloridos del recorrido que ha tenido La sociedad de la nieve es que Tom Holland, quien interpreta a Spider-Man en el Universo Cinematográfico de Marvel, fue el anfitrión de una de las proyecciones de la película en Los Ángeles. Holland, que trabajó con J. A. Bayona en Lo imposible (2012), estuvo en diálogo con Roberto Canessa y Enzo Vogrincic, y luego compartieron una cena. “Más cholulo que eso no hay. Charlando con él, contándome cómo vio la película con Zendaya, o sea. Es una imagen que para uno es imposible”, dijo Vogrincic a El País.

Hay un montón de guiños uruguayos

Además de las calles, los barrios y algunas locaciones, como el céntrico Café Iberia (Uruguay y Florida), los toques uruguayos están presentes en distintas menciones que atraviesan la película. Sobre el inicio suena, además de una canción de la banda Los Shakers (“Break It All”), la locución de Berch Rupenian que presenta una emisión de su clásico programa Impactos, entonces por Radio Independencia. Aparecen un ómnibus de la Onda y un cartel de Pluna; se alude a los famosos chivitos del Bar Arocena, un punto clásico de Carrasco, y a las milanesas del extinto restaurante La Mascota; y los chocolatines Ricard tienen su momento estelar. Hay, además, una publicidad de Victoria, “las bicicletas más ganadoras”, que se oye justo en uno de los puntos clave del drama que hoy se vuelve mundial.

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