Streaming

Fernan Cisnero

El comienzo de El ejército de los muertos es llamativo y verdaderamente un espanta neófitos: un festín de sangre, decapitaciones y asesinatos a quemarropa muy poco amigables para espectadores poco afectos al cine de horror. Es, en definitiva, otra película de zombies.

Pero la sobresaturación no es un problema porque, a juzgar por la permanencia de una franquicia como The Walking Dead y el interés del público por cualquier cosa que derive de ella, los muertos vivientes tienen una base de fanáticos leal y constante. Y El ejército de los muertos está para darle más de eso que les gusta tanto.

La razón porque otra película de un género tan recorrido merezca un despliegue como el que le estamos dando, es porque la dirige Zack Snyder, quien después de haber estrenado su versión (de cuatro horas) deLa liga de la justicia (está para ver en NsNow de Nuevo Siglo y vale la pena), anda con la autoestima y la estima bien alta.

Es, además, una producción de Netflix —que invirtió 80 millones de dólares en esto— que se sabe es la mejor manera de hacer universal un estreno. Igual, por las dudas, antes se vio en cines del hemisferio norte, lo que es toda una novedad en tiempos como estos.

Snyder ya se había metido en tema en Amanecer de los muertos en 2005, una sólida adaptación de una franquicia clásica. Ya por entonces se le ocurrió la idea para esta nueva visita aunque esta vez va por la exageración. Y cuando se dice exageración se está hablando de un tigre zombie o una zombie embarazada. Así de exagerado.

Snyder ha dicho que es su película más graciosa aunque muchos no entenderán el chiste; de hecho por momentos se toma un poco en serio. Lo que hace, en todo caso, es combinar la clásica invasión de muertos vivientes con las películas de robo del tipo La gran estafa. De hecho transcurre en una Las Vegas post apocalíptica y repleta de gente muerta que camina, torpemente, pero camina. Allí hay imitadores de Elvis, novias, coristas, ludópatas y el citado felino de Siegfried y Roy.

Todo empieza cuando un accidente libera a un zombie que era transportado por una misteriosa caravana militar. Los recaudos no estaban de más porque, por lo que se verá, transportaban una mutación, que no se explica mucho, pero que lo convierte en el más inteligente de su clase.

Se llama Zeus (Richard Centrone) y toma la ciudad del pecado en el divertido y sangiento montaje que acompaña los créditos.

Un tiempo después, un misterioso empresario asiático (Hiroyuki Sanada), contrata a Scott (Dave Bautista) para que reúna a una muchachada para ir a robar 200 millones de dólares que están en la bóveda de uno de sus casinos en la ciudad tomada. Aunque parece la peor misión del mundo, Scott, un forzudo trabajando en una hamburguesería, acepta el trato y consigue unos mercenarios dispuestos a hacer lo que sea por unos pesos. Allí está una exnovia, Cruz (Ana de la Reguera); Vanderoe (Omari Hardwick), un mercenario de buen corazón; Dieter (Matthias Schweighöfer), un cerrajero; Guzman (Raúl Castillo), un youtuber mata zombies y Marianne (Tig Notaro), una sarcástica piloto de helicópteros. A la troupe se suma Kate (Ella Purnell), la hija de Scott que no está en buenos términos con el padre después de verlo matar a su madre clavándole un cuchillo en la cabeza. Estaba infectada e iba para zombie.

Lo que sigue es una sucesión de desastres porque, previsiblemente, el plan se complica como todo lo que involucra empresarios misteriosos, robos imposibles y un millón de zombies.

Todo se cuenta en excesivas dos horas y media, un tanto mucho para una idea divertida, digamos, pero también ya vista. Lo que hace Snyder básicamente está más cerca de la estética de un videojuego con la tasa más alta de mortalidad de zombies en mucho tiempo. Hay imaginación en algunas resoluciones pero el conjunto se ve un poco repetitivo.

Es decir, Snyder no es un mal director y sabe cómo llenar el ojo. Es, además, un poco de entretenimiento descerebrado, lo que es apropiado para un película de zombies, pero que puede ser un poco mucho para públicos no tan familiarizados con estos monstruos.